miércoles, 7 de marzo de 2012

No te atrevas a morir sin mí; Capítulo: #10

Capítulo: #10

El constante goteo de la sangre que aun salía lentamente por la herida del cuello del vagabundo, golpeando insistente el charco de sangre bajo él


El zumbido cada vez más agudo en sus oídos, al punto de hacerle perder contacto con el entorno


El temblor espasmódico en su lado izquierdo, lo hacía balancearse y perder el equilibrio


Gerard recorrió con su mirada el sector de la alcantarilla donde había decidido esconderse por esa noche, todo lo anterior lo mortificaba, más los ojos abiertos del vagabundo que parecían recriminarle su muerte


- Te hice un favor –


Murmuró no muy convencido de aquello, ¿Acaso tenía Gerard el poder de decidir quién merecía vivir y quién no? Pero para su sanidad mental, le era mejor pensar así, alimentase de prostitutas, vagabundos, ladrones, adictos, eso en su propia percepción de la vida le hacía pensar que estaba limpiando la escoria de la humanidad… escoria con hijos, padres, hermanos, amigos… Amantes, ¿Dónde estarían los suyos?


No es un secreto que Gerard disfrutaba en su propio cuerpo de los besos entre Frank y Mikey, que su piel se estremecía al sentir que su hermano se aproximaba al tibio cuerpo de Frank, su boca se llenaba de saliva al sentir a través de Mikey el sabor de los labios de Frank.


Pero tampoco es un secreto que en su interior estaba rabiando de celos, muriendo de temor, el tiempo es un arma de doble filo, ayuda a sanar, pero también a olvidar ¿Y sí Frank y Mikey llegan a amarse más de lo debido, Y sí se olvidan de él?


Sacudió con dificultad su cabeza, alejando los pensamientos de una traición que lo mataría más pronto que el mismo virus que contaminaba su cuerpo.




Tomó el cuerpo del vagabundo por los pies, arrastrándolo hasta el extremo más alejado de la alcantarilla, en un intento de no pensar en esa muerte que se sumaba a los cientos de muertes que ya cargaba encima, regresó a su lugar, cubriéndose con cajas de cartón para esquivar un poco el frío, cerró los ojos sin dormir, tan solo los cerró para poder pensar en él, en el huracán de hombre que era dueño de su corazón, su alma y cada uno de sus respiros.


Sonrió al recordar el día que lo llevó a la reunión anual de vampiros, lo hizo más que nada para que Frank conociera por completo a lo que se enfrentaría si decidiera por fin ser un vampiro, era contraproducente, pero Gerard jamás le mentiría, o le ocultaría la verdadera vida que tendría que llevar si aceptaba ser como él.


Frank vomitando lleno de asco, y él sonriendo sin que Frank se diera cuenta, sintió pena por Iero, pero a la vez se sintió aliviado, el malestar era solo una reacción física, algo que con el tiempo aprendería a manejar, lo importante de esa noche es que Frank no salió corriendo, no le gritó en la cara que lo dejaba, cómo Gerard había imaginado, no, Frank simplemente se asqueó físicamente por lo que vivió, pero su alma y su corazón, a pesar de lo que veía, aun estaban con Gerard.


Casi todo en esa noche fue perfecto, lo único que Gerard no midió es que Havok se interesara tanto en Frank, al punto de pedirle una noche con él.


Se acomodó mejor bajo los cartones, enrollándose apretadamente para no sentir más frío, y dejó que su mente volara de nuevo, recordando las peticiones de Havok, “Solo una noche, solo una vez, tu puedes estar ahí si quieres… ¡Gerard, no me niegues esto!” Gerard pensaba quedarse en el lugar con Frank hasta el amanecer, pero Davey no dejaba de insistir, no lo culpó, Frank es demasiado… para cualquiera, nadie puede pasar por su lado y negar que es un ser absolutamente apetecible, y antes de entrar en una pelea o discusión con Davey decidió retirarse con Frank.






*-*-*-*
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El sonido de la grava blanca al ser pisada por Frank y Mikey alertó al dueño de casa, quien se apresuró a abrir la puerta de la entrada principal, su rostro palideció un poco más de lo habitual




- Ya sé a qué vienen –




Inclinó su frente, moviéndose un poco hacía adentro, señalándoles con su mano la entrada; Sin hablar cruzaron el salón, acomodándose en los muebles de la cocina, un largo silencio los envolvió, Mikey esperaba que Frank fuera el primero en hablar, Frank no sabía cómo empezar, y Davey, él solo se mordía los labios al ver de nuevo a Frank, con los meses pensó que su obsesión se había menguado, pero tener a Iero frente a él, en su casa, invadiéndola del aroma natural de su piel, acaparando todos sus sentidos, renovando ese deseo insano de poseerlo, que no le permitía hablar, ni pensar, tan solo verlo, y derretirse en cada segundo.


Frank dejó de buscar las palabras ideales, tan solo dejó que su corazón hablara.


- Davey… si existe algo que podamos hacer, por favor, ¡Por favor! Dinos qué –


Humedad en los ojos acompañó la súplica de Frank, Davey suspiró profundamente, hablando sin dejar de ver los verdes ojos del guitarrista


- Créeme, que ya habría hecho algo, si pudiera, pero es imposible Frank… - Apretó sus labios con fuerza, él sabía que quienes lo visitaban estaban muriendo de angustia –No hay nada que hacer, Gerard está condenado… no hay nada… nada –


Se quedó repitiendo esa palabra en un tono más bajo cada vez, meneando su cabeza de un lado al otro, hasta quedar en completo silencio


- Él me dijo… un vampiro puro podría ayudarlo… Havok tu eres un vampiro puro… debes saber cómo –


Mikey se sentó en la silla del comedor próxima a la que Davey ocupaba


- Tu madre también lo es, ¿Por qué no le has pedido ayuda a ella? –
La mirada de Mikey Way se perdió en la nada, descansó su frente sobre sus brazos apoyados en la mesa


- Ella… lo condenó antes que ustedes, “No fue así como los eduqué… lo primero que les enseñé fue a no dañar a la humanidad, ahora Gerard, debe pagar las consecuencias de sus actos” Fue eso lo que dijo cuando todo esto pasó, sé que le duele… pero no, ella no lo va a salvar –


Havok acarició superficialmente la espalda del bajista


- No es que ella no quiera, Mikey, es que no hay nada que podamos hacer –


La silla que ocupaba Frank cayó al piso ante el brusco movimiento del guitarrista para levantarse


- ¡Entonces vamos a dejarlo morir!, ¿así de simple? –


- No hay nada que podamos hacer, ¡Nada! – Aseguró Davey


Frank movía desesperado su cabeza de un lado al otro, su única esperanza estaba muriendo en las negativas de Havok, al tiempo que su alma se disolvía en medio del dolor


- No… no puede ser así… esto no puede… -


Sus palabras teñidas por la angustia, su corazón palpitaba a destiempo, cerró los ojos, pensando solo en él, en Gerard en el poco tiempo que le quedaba, en sus días de cuenta regresiva a la muerte, suspiró profundamente


- Mikey ¿tú puedes sentirlo? –


- Sabes que sí, todo el tiempo –


- Y, ¿sabes exactamente dónde encontrarlo? –


- Si, Frank… ¿a qué vienen estas preguntas? –


- Llévame con él –


Los ojos de Frank enfrentaron los de Mikey, el bajista notó que no existía la más mínima sombra de duda en ellos


- Frank, sabes que Gerard nos prohibió buscarlo, es peligroso, si algún asesino está tras él y lo encuentra en compañía, no se va a detener, nos matará a todos… -


- No necesito que vayas conmigo, solamente dime dónde está, yo iré solo –


Mikey se levantó despacio de la silla, restregando con fuerza su rostro con las manos


- ¿Frank, qué ganas con ir? Tu presencia no lo salvará –


- Yo – Sus labios comenzaron a temblar profusamente – Yo solamente quiero estar con él… cuando – No pudo sostener en alto su mirada, sentía que pronunciar esa palabra era sentenciar ese amor que sentía – Cuando Gerard muera –


- Frank… - La voz de Mikey se escuchaba débil, lejana – No puedes… Gerard se esconde por días enteros en cloacas, y mausoleos, sin comer, sin dormir… tu eres humano, no soportarías una semana viviendo así –


El corazón de Frank comenzó a latir con furia, su mente había terminado por aceptar los deseos de su alma, y sin más pronunció con firmeza las palabras que Mikey Way jamás pensó oírle decir


- Conviérteme –


- ¡No!... no sabes lo que dices, no sabes lo que pides… -


Frank sonrió, limpia y felizmente, sonrió como no lo hacía en meses


- Claro que sí lo sé Mikey, sí Gerard no puede ser salvado, entonces yo voy a estar con él, junto a él, amándolo hasta el último segundo de su existencia –


- Y… después ¿Qué?, ¡Ah! Dime Frank, ¿después qué… pasarás una eternidad lleno de dolor? –


- Si – Respondió con seguridad – Prefiero eso, a vivir los años que me quedan pensando que quién más amo en el mundo murió solo… sin mí… - Suspiró, acercándose a Mikey, tomando el rostro del bajista en sus manos, parándose en la punta de sus pies para ver directamente a sus ojos – Entiéndeme, me duele demasiado pensar que Gerard muera solo… que muera sin mí, no importa lo que pase conmigo después, yo solo quiero que él esté entre mis brazos cuando la luz de sus ojos se extinga para siempre –


Mikey se alejó suavemente de Frank, caminando hacia atrás, respirando con dificultad


- No Frank, uno simplemente no engendra a alguien por las razones equivocadas, no puedo… No voy a hacerlo –


Havok rompió el silencio que guardaba durante la discusión de Frank y Mikey, caminó hasta pararse en medio de los dos


- Yo si voy a hacerlo… pero… - Esquivó la mirada ansiosa de Frank – A un precio –


- ¡El que sea!, no me importa… Tan solo hazlo –


El cuerpo de Havok comenzó a temblar por la anticipación


- Antes de hacerlo… tienes que tener sexo conmigo –


A Frank le pareció extraña la petición, no se esperaba algo así, pero no tuvo que pensarlo dos veces, era un pequeño sacrificio a cambio de pasar los últimos días de su amado junto a él


- Está bien –


Havok sonrió, mientras levantaba su mano derecha


- Espera, no me respondas aun, eso no es todo –


Mikey estaba petrificado, lleno de celos, y petrificado, ¿hasta dónde llegaría Frank por Gerard?


- Dime que más… te lo repito, nada es demasiado por la oportunidad de estar con Gerard –


Los ojos de ambos se encontraron, Frank lleno de seguridad y Havok de esperanza


- Debes jurarme, que cuando él muera… Te vendrás a vivir conmigo, por siempre –

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