viernes, 13 de julio de 2012

But it's better if you do; Capítulo: #18

Capítulo: #18

Pánico.

Las horas pasaban volando cuando estaba con él. Esa estúpida sensación que apenas conocía llamada enamoramiento se apoderaba de mí en cada respiro.
Tampoco contaba con demasiado conocimiento sobre el tema pero cuando confirmas que el nerviosismo, las mariposas y las incontrolables ganas de estar con esa otra persona no son un mito, te sentís tan… tan… ¿es “bien” el vocablo adecuado?
Tengo mis dudas sobre esto último; la inseguridad es mi compañera desde que tengo contacto con él y el miedo hace visitas a mi mente de manera constante junto con sus esposas las dudas.
Impresionante, los matrimonios múltiples no son legales por estas tierras y aún así el miedo siempre encontraba alguna otra duda con quien unirse y mortificar a alguien. Un matrimonio siniestro, pero con amor…
Él se empecinaba en hablar y hablar, y yo simplemente no podía hacer más que escuchar las historias de cuando tenía cuatro años y molestaba al niñito que vivía al lado de su casa hasta el punto de recibir una carta de amenaza por parte del hermano mayor de aquél, un chico de veinte. Increíble, pero cierto.
“Como todo lo que salga de su hermosa boquita…”
Sí; yo Frank Iero, estoy completamente enamorado de un sujeto con el cuál había hablado escasas veces.
Enamorado y condenado.
Creo que voy a poder solucionar eso en algún momento, al menos eso espero.
Estábamos sentados en el sillón, yo recostado sobre él mientras escuchaba sus divertidas historias y lo miraba completamente embelezado. Sentía a sus labios alentar, llamar a los míos para hacer contacto; pero mi dignidad se negaba, no iba a dar el primer paso nuevamente.
Gerard paró de hablar al notar mi insistente mirada en esa zona que me tenía hipnotizado. Sonrió de lado y se acercó a mí con lentitud, sin decir nada.
“A milímetros…”
- Lamento interrumpir este sublime acto, pero el Señor Nestor te está esperando en la sala, Gerard.- Informó el chico de las bebidas.
- Decile que en unos minutos estoy con él, Bob.- contestó Gerard suspirando.
- No te demores.- agregó el rubio cerrando la puerta.
Gerard volvió a lo suyo, sentí sus labios curvarse en una sonrisa mientras me besaba, cosa que me hizo sonreír a mi también. No fue muy duradero, Gee se separó de mí sin haber pasado un minuto diciendo:
- El Señor Nestor se va a fastidiar si demoro mucho más. ¿Me querés acompañar?-
“Nestor, Nestor, Nestor, Nestor, Nestor, Nestor, Nestor, Nestor… ¡El padre de Jamia!”
-¡¡NO!!- le grité y él abrió los ojos bien grande. Empecé a temblar, no pude evitarlo ¿Y si me descubrían?
- ¡Frank! ¿Qué pasa? ¿Te sentís bien?- se preocupaba por mí, me tomó por los hombros y me dirigió hasta la cocina donde me ofreció un vaso de agua que tomé mientras sentía sus manos acariciar suavemente mi espalda.- ¿Mejor?. –Asentí.- Vení.
Me llevó hasta su cuarto e hizo que me sentara en su cama, él permaneció parado.
- Co-conozco a ese señor que te bu-usca.- dije cuando al fin pude recuperar el aliento.
Se escuchó el sonido de la puerta de entrada abrirse y posteriormente una discusión.
- Espere aquí sentado, Señor. Ya llamo a Gerard, digo… al Señor Way.- decía Bob. Sus pasos se acercaban hacia donde nos encontrábamos y mi pánico aumentaba. El rubio traspasó la puerta como si se tratara su propia habitación y se sentó a mi lado con facciones cansadas.
- Está en el living, es muy insoportable; no se va a mover de ahí hasta que hable contigo. Dice que Lyn-z le pegó una patada en las partes “sin razón alguna”.-
- ¡¡Lo estoy esperando, Way!!- gritó el cliente desde la sala contigua y yo volví a temblar.
- ¿De dónde lo conoces, Frankie?- me preguntó luego de girar los ojos en señal de irritación.
- Es amigo de mi padre y el papá de…- ¿Cómo llamarla?- Mi mejor amiga.- dije al fin.
- ¡¿Padre?! Estas delirando, Frank. ¡El tipo no tiene más de 25 años!- exclamó Bob con desesperación.
- ¡Peor!.- Los dos abrieron los ojos aún más grande.- Es su hermano, si me ve acá va a sospechar algo y se lo va a contar a todos. No soy el tipo de chico que frecuenta estos lugares.- me expliqué con un poco más de calma.
- Ok, vos Bob te quedás acá con Frankie mientras yo saco al pesado del living, cuando escuchen que cerré la puerta esperan un poco y salen por la otra.- dijo escarbando en el bolsillo derecho de su entubado pantalón.- ¡Aquí están!- exclamó entregándome unas llaves- Y vos te metés adentro del auto azul que está apenas salís, salgo en cuanto pueda.- me dio un inocente beso en la mejilla y salió disparado hacia el living.
- Lo tenés loquito.- comentó Bob luego de que Gee cerró la puerta soltando una débil y pero irritante risita.
- Es tan raro…- pensé en voz alta, sin querer, obviamente.
- Es buen tipo, hace un par de años somos amigos; pero sí, en ocasiones es “desconcertante”- contestó simulando comillas con sus dedos.
- ¿Qué te dijo de mí?- sabía que esa pregunta era la clásica que hacía una chica a su mejor amiga cuando ella hablaba con ese chico especial con el cuál había salido el viernes anterior por la noche; pero era la única manera de saber un poco más de él, de su visión, de sus sentimientos.
- Eh… ¿No es mejor que se le preguntes a él?- consultó haciendo una mueca muy graciosa con la boca.
- Sí, le pregunto a él; veo que te pone un poco nervioso.-
Estaba en automático, hablaba mecánicamente, sin prestar atención a los que aquél chico que parecía malhumorado decía esbozando sonrisas y soltando carcajadas por doquier. Era simpático, me dí cuenta aunque en mi mente se repetían tres palabras que me mataban de a poquito: “Mi mejor amiga”
- Y futura esposa.- se me escapó.
- Bueno, no todavía, es un poco pronto. Pero sí, me encantaría encadenar mi vida a la de ella.- decía con tono soñado y yo agradecí a toda entidad de carácter divino por haberme salvado el pellejo como tantas otras veces.
Me esforcé por volver al mundo real y así poder escuchar lo que acontecía en la sala contigua; Bob hizo lo mismo que yo.
Al parecer la tarea se le estaba complicando, Paul, el hermano mayor de Jamia, estaba empecinado en que despidieran a Lyn-z.
- ¡Que ni lo sueñe!- exclamó Bob y yo lo miré por el carácter impulsivo que poseía su actitud.- Es una buena chica, necesita el dinero y es amiga de Gee, no la va a despedir.- se explicó.
Pasaron al menos diez minutos para que el ‘click’ que producía la tranca de la puerta se escuchara, anunciando su partida. Me paré para salir en busca del auto azul, pero mi acompañante puso su brazo impidiéndome el paso.
- Hay que esperar o te va a ver igual…- dijo apoyando un dedo sobre su boca en un mudo pedido de silencio.
Permanecimos unos momentos más allí parados, cuando me dio la señal salí del cuarto y me indicó por qué puerta debía salir. Lo abracé en agradecimiento. Me caía bien ese sujeto…

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