jueves, 22 de marzo de 2012

Just like, magic; Desenlace - Capítulo: #2

Capítulo: #2

Sabía que hacer eso era en vano. Pero algo en su cabeza no lo dejaba en paz si es que no lo intentaba.

Decepcionado y sintiéndose solo, el mago sollozaba en silencio, sentado en el piso del escenario. Se llevó la mano derecha a los ojos y los secó. Pero estos seguían emanando gruesas lágrimas. Aspiró aire ruidosamente e intento calmarse.

Era un idiota, eso era lo que era.

Iero había desaparecido, él lo había desaparecido. Y no sabía como hacerlo volver.
Justo al frente, la caja en la que se ejecutó el truco lucía inocente. Minutos antes, había intentado regresarlo a este mundo, como tantas veces. Pero era en vano. Ni siquiera llamarlo a gritos había resultado.
Entonces se rindió, su enferma cabeza, que estaba ya algo loca por el dolor y la desesperación, le hizo espiar la puerta del teatro.
Tenia esperanzas... todavía las mantenía vivas.

Esperaba verlo entrar, con su traje negro, con su sonrisa imborrable y sus ojos brillantes. Esperaba verlo entrar y otra vez invitarlo a su camerino a pasar un minuto a solas, entre copas de vino y besos.

Pero eso nunca sucedía, la realidad lo golpeaba como un bate y lo hacia recordar que Frank Iero, ya no pertenecía a ese lugar.

Lo había perdido... para siempre.
Y lo comenzaba a olvidar también.

- ¿Qué no los oyes? – la voz de Macarena irrumpió en sus pensamientos
- ¿Qué? – dijo el mago, dando un respingo
- Están pidiéndote – dijo ella arreglándose el pelo, tras su espalda. Mikey se abrochaba la camisa

Sus cejas se levantaron, no imaginaba a su asistente y a su primo teniendo aventurillas en su nariz. Agudizó el oído y confirmó lo que decía ella. Comenzaban a impacientarse por la demora.

- Está bien... ¿todos están listos? – este buscó en su bolsillo y saco un pañuelo blanco, se limpio la nariz y los ojos disimuladamente y lo volvió a doblar

Volteó, todo su equipo esperaba su señal. Este hizo una mueca, en su cabeza resonó un claro grito de: “¡Las cortinas!” con la voz de Iero cortándole lo poco que le quedaba de cordura. Asintió con la cabeza, incapaz de hablar y la tela se abrió hacia arriba.

El teatro estalló en aplausos, miles de imágenes antiguas desfilaron ante sus ojos e hizo una mueca. Quería volver a llorar.
El mago sonrió forzadamente y empezó el show, mientras hacia uno de sus trucos, levantó la cabeza hacia la puerta y apoyado en esta, una alucinación de su cabeza le sonreía. Gerard se la creyó por unos segundos.

Por que Iero le había prometido que iría a todo lado con él...

Fue entonces, cuando su truco de hipnotizar a la gente falló.
Fue entonces cuando descubrió horrorizado… que su magia también estaba fallando.


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