miércoles, 7 de marzo de 2012

Perdona si te amo.

Perdona si te amo.

Autor: patheticx_vampire
Clasificación: G
Género: Romance, drama, songfic.


Como cada noche desde el día en que nos conocimos, nos encontrábamos los dos en mi habitación. Tu cuerpo sobre el mío danzaba al compás de mis gemidos.

Todo empezó siendo sexo, nada mas que eso.

Era tu capricho.

Dos conocidos entregados a la calentura, a los momentos de pasión que eran olvidados durante el día. Nunca me pareciste una persona de fiar, siempre desconfiaba de ti, incluso dormía poco cuando terminábamos de tener sexo, por miedo a que fueras a hacerme algo o incluso a robarme algo.

Era solo sexo.


Mas un día, donde la lluvia era algo fuerte, no te fuiste… Desperté sintiendo tu calor a mi lado, sintiendo tus quejidos y tus movimientos a mi lado. Despertaste como si estuvieras en tu casa, luego de estirarte un poco, bostezar y rezongar, notaste mi presencia.

- lo siento me quede dormido – dijiste sonriéndome sin ninguna expresión en particular-
- no importa – dije sentándome en la cama –

Tú seguiste acostado, yo tan solo te miraba de reojo. Prendiste un cigarro, inhalaste profundamente, lo asías muy seguido, entonces pensé que seria bueno hablar. Te mire fijo, pensé que dirías algo o por ultimo arias algo un gesto algo, nada. Era como si yo no existiera en tu pequeño mundo, temí preguntar lo que rondaba en mí desde hace un tiempo. Pero quizás había que arriesgarse…

Estoy aquí.

- ¿Gerard? – dije algo desconfiado –
- ¿ah? – dijiste sin importancia –

La pregunta era fácil, yo tan solo tenia que soltarla no mas, no me importaría la respuesta, era todo curiosidad. Pero pensarlo era muy diferente a estar en el momento y preguntarlo.

- tu… yo… - ¡palabras de mierda que se enredan!
- No te entiendo Frank… -
- ¿tú me quieres? – listo –

Te sentaste en la cama, cruzaste tus piernas sin ningún pudor a que yo viera todo tu cuerpo. Suspiraste, apagaste el cigarro en mi velador, tocaste seductoramente tu pelo y sin querer en mi algo se estremeció.

- No –

Fue corto, directo y preciso. Luego de eso, me besaste. Te saliste de la cama, buscaste tus ropas, te las pusiste de apoco, sabiendo que yo estaba observándote, lo asías con gracia, como si fuera de seda la ropa. Cuando terminaste de abotonar el último botón de tu camisa, saliste… No fue necesario que te llevara hasta la puerta.

No hubo despedidas a excepción de ese beso, no hubo más palabras y todo quedo hay.
Desde ese día no hubo mas preguntas. Volvió todo a sexo que era lo que nos interesaba a los dos. Tú como siempre seductoramente llegabas a mi lado en aquella barra del antro donde nos conocimos. Como siempre pedías el mismo trago, como siempre suspirabas cerca de mi cara, como siempre tu cara estaba sudada, como siempre tocabas tu pelo sabiendo que yo te observaba, como siempre tomabas al seco tu trago y luego tomabas mi mano…

La rutina no cambio… Pero para mi algo cambio, con el tiempo, con el pasar de los días, con cada minuto, segundo que pasaba a tu lado, algo en mi cambio.


Me negaba rotundamente a creer en lo que ya era algo obvio, y quizás si todo hubiera salido bien hasta el día de hoy lo hubiera negado todo y parecería que mi mundo es perfecto.

- Fran… ¡Frank! – gritaste antes de caer en mis brazos –
- Gee… - dije despacio, luego acaricie tu cabello –

- ¿Estas enamorado? – dije sonando lo mas normal –
- ¿Cómo? – dijiste levantando tú cara y mirándome de la forma más tierna que jamás nunca me habías mirado… -

Escúchame si trato de insistir.

- Que ¿si estas enamorado? – Te sonreí, agachaste tu cara –
- Supongo… - dijiste algo bajo –
- Que rara respuesta… - reí tímido –
- ¿Tu? -
- ¿Yo que? – suspire –
- ¿Estas enamorado? –
- No lo se… -
- ¿Cómo es eso? –
- Es que… creo, no estoy seguro – sonreí un poco –
- Ah – dijiste sin importancia –
- ¿Por qué siempre yo? –
- Tú – dijo sonriéndome mientras me daba un pequeño beso – siempre tan poco especifico – reí divertido –
- ¿Por qué siempre te acuestas conmigo? ¿Por que siempre llegas a mí, después de estar con mil más en el antro? –
- No lo se… - suspiraste – eres diferente al resto… creo que por eso –

Primero sonreí, luego me reí mucho, claro, tu no te contagiaste con mi risa y a cambio me miraste extrañado, se sentía tan bien tener tu cuerpo sobre el mío, sentir todo tu cuerpo, sentir tu miembro rosar con el mío…

- ¿Eres Gay? – las preguntas salían solas, no me juzgues –
- La verdad nunca me lo e preguntado – dijiste con voz pesada –
- Somos dos –

Y volví a reír, simplemente al estar a tu lado todo paresia divertido, todo paresia feliz, PERFECTO.

- La verdad creo que soy bi – dije suspirando en su cabeza –
- Esta bien por ti… - que cortante fuiste –
- Yo creo que todo el mundo siempre termina siendo bi de alguna forma, o en algún momento se le pasa por la cabeza –
- Puede ser – dijiste con voz pesada, tenias sueño –
- Seria raro de todos modos ver a todo el mundo ser bisexual –

Reí nuevamente y tú te saliste de encima de mí.

- ¿Te han dicho alguna vez que hablas mucho?

Aguanta soportándome.

- ¿Te molesta acaso? – dije algo tímido, con nerviosismo –
- Tengo sueño… - bostezaste tapándote con mis brazadas –
- OK, pero… ¿Puedo hacer una ultima pregunta? –
- Será… - dijiste ya medio dormido –
- ¿Mañana puedo despertar y ser tu lo primero que vea? –

Te volteaste, me miraste, reíste por primera vez desde que nos conocimos…

Me besaste.

- quizás –

Te volviste a voltear, y ya no hubo más voces.

Por algo que muy en el fondo mío deseaba, al despertar estire uno de mis brazos y espere encontrarte, mas eso no sucedió. A mi lado no había nadie, tan solo la silueta de que alguien estuvo junto a mí.

Sabia que no tenia que hacerme ilusiones sin embargo en mi interior algo no andaba bien, pensaba todo el día en ti y cuando te tenia cerca deseaba que el tiempo no se acabara nunca.

Entonces empecé a olvidarte. Sin siquiera saber bien si me gustabas o si te amaba, pero necesitaba sacarte de mi cabeza…

Las noches ahora tenían su diferencia, yo era frío, deje de mirarte. No te buscaba en el antro, me quedaba mas rato sentado con mis amigos que en la barra o bailando, estaba con uno y con otro tratando de que entendieras que no estaría contigo que fueras y buscaras otro…

Pero me esperabas.

Y admitiendo mi idiotez, yo no me negaba.

Los dos juntos en mi cama moviéndonos al compás de nuestros gemidos, los dos acariciando cada extremo de nuestros cuerpos, pero no te miraba…

Te miro fijo y tiemblo.

Lo hacías, buscabas mi mirada, pero yo no quería, sabia que si lo hacia caería, sabia que si te miraba, que si mis ojos veían tus hermosos ojos aceptaría que Te Amo.

Primero no decías nada, te limitabas a buscar mi mirada, pero cuando íbamos llegando al orgasmo la buscabas con intensidad y al ver como yo me negaba en tu cara se fruncía el seño.

Hasta que hablaste…

- ¿Por qué ya no me miras como antes? – dijiste terminando de apagar un cigarro –
- No te entiendo - sonreí de mala manera –
- Antes me mirabas, me mirabas cuando llegábamos juntos al orgasmo –

Y te sonrojaste…

- Yo… - suspire – no lo se –
- Mírame – tomaste mi cara entre tus manos obligándome a mirarte –
- ¿Qué haces? –
- Quería ver tus ojos… - sonreíste –
- No te entiendo… -
- ¿Qué no entiendes?
- Dices que no me quieres… - no me dejaste seguir –
- Te Quiero –

Me besaste.

El mundo pareció desaparecer mientras nuestras lenguas jugaban, uniéndose nuestros labios, nuestros dientes chocando, tus manos tocando mi cintura y las mías revolviendo tu pelo…

Fue el primer beso de verdad.
El primero con sentimientos, el primero que no era por calentura…
O al menos eso creí yo…

- Te Amo –

No quería decirlo, no quería que te atormentaras con mis palabras.
Pero cuando uno ama, las palabras salen solas, los Te Amo salen solos por que son sinceros, son de verdad.

No dijiste nada, me miraste sin sonreír, la verdad es que con ninguna expresión.

Suspire, la verdad es que no debía amarte, lo de nosotros era algo de calentura, pero yo me enganche mas de la cuenta…

Al despertar a la mañana siguiente pude sentir la lluvia caer fuerte sobre la ciudad. Estire mis brazos por que estaba algo doblado y grande fue mi impresión al encontrarme contigo a mi lado. Dormías con una cara inigualable, transmitías paz, alegría y amor.

La verdad te estuve mirando alrededor de una media hora, hasta que pude sentir como te comenzabas a mover y para no atraer mas sospechas me levante, me fui a la cocina a preparar café.

Llegaste bostezando mientras arreglabas tu pelo. Ya se me había hecho una costumbre mirarte cuando lo asías y la verdad es que me encantaba, asías que me volviera más loco por ti de lo que ya estaba.

- Siento no haberme ido antes, es que la lluvia me puede y siempre hace que me quede dormido hasta mas tarde – sonreíste –

Y si fuera por mí, que lloviera toda la vida entonces.

- no importa, ¿Quieres café? –
- Bueno, me encanta el café –

Y gracias a la lluvia aprendí algo más sobre ti.

Así de fácil con palabras sencillas somos capases de expresar grandes sentimientos, así de fácil y con una palabra estupida te perdía…

Esa noche no te encontré en el antro. Y después de un aproximado de siete meses supe lo que era estar una noche sin ti, sin tus besos, tus carisias, sin tu esencia… Era increíble lo indispensable que eras en mi vida, me sentía tan tonto, tan perdido, tan solo…

El antro no tenía ninguna gracia, por que ya no estabas tú…

Esa noche llegué temprano a mi departamento, agobiado, con mil preguntas en mi cabeza, con un sin fin de paranoias por tu culpa… Y tarde más de un mes en dejar de lado todo eso, por que desde ese día no volviste…

El antro era oscuro sin ti, pero yo seguía yendo, con la maldita ilusión de que te encontraría ahí.

Aprendí palabras nuevas tras tu ida, entendí palabras nuevas y sentí palabras nuevas, como por ejemplo: NADA. En eso me convertí gracias a ti.

Mas de una vez creía verte en el antro, pero tan solo eran trampas de mi mente, tan solo eran ilusiones mías, nada era verdad. Y riéndome en estos momentos, se que todo nunca fue real.

Era tu capricho.

Conocí gente nueva, aprendí formas nuevas de tener sexo, pero era eso nada más.

Era solo sexo.

Y así de rápido cambio mi vida, en un poco más de un mes, era otro Frank Iero.
Y como si eso fuera poco, la vida no se cansaba de hacerme sufrir.

Mi vida en cierta forma había vuelto a ser la de antes. Tenia una NOVIA la cual apreciaba mucho, pero por favor que no se malinterpreten las cosas, era aprecio nada de cariño ni mucho menos amor. Eso solo lo sentía por Gerard Arthur Way Lee. Lo bueno de esto, era que podía mantenerlo oculto en el fondo de mi corazón y dejarlo salir en las noches, después de haber ido al antro con mi novia Jamia.

Cuando antiguamente eras tu quien estaba a mi lado regalándome mil gemidos, en la actualidad la soledad me acompañaba junto con un par de lagrimas unos cuantos Te Amo y una que otra maldición asía mi por amarte.Iba algo apurado asía la casa de mi novia, si bien recuerdo estábamos de aniversario de mes, y ella siendo cursi y todas esas cosas quería celebrarlo.

Un ramo de rosas blancas en mi mano izquierda, en la derecha un cigarro y mi vista en el piso. Tenía la seguridad de que Jamia se enojaría por mi tardanza y la verdad es que no quería que eso ocurriera en un día “importante”.

Las flores volaron sobre nuestros cuerpos y mi cigarro lentamente quemo uno de mis dedos, pero ¿crees que importo un poco? Hay estabas tu al frente mío, con tu particular, UNICA e inigualable sonrisa.

Gracias a mi despistada forma de caminar habíamos chocado. Me estremecí al máximo, mi corazón latía a mil por hora y el nerviosismo lo podía notar hasta un siego que mas encima era sordo y mudo.

- Frankie… tanto tiempo – suspiraste -
- ¿Cómo estas? –

Pregunta estúpida.

La lluvia cae lento, la vida avanza lenta, tú pareces ir lento y todo se me hace rapido. El café que tengo entre mis manos párese que nunca se enfriara, párese que nunca se acabara o es lo que yo más deseo. En cambio tú ya vas por el segundo.

- ¿Tienes novia?

¿Novia? ¿Qué es eso? ¿Se come?

Lo siento Jamia pero en mi mundo manda él. Y bueno como algo notorio olvide por completo el aniversario de mes que cumplía con Jamia, olvide para quien eran las rosas que me habían dejado pequeñas cortadas en los dedos tras tener que recogerlas después de nuestro “encuentro”, olvide también la quemadura de cigarro y que me dolía una costilla por que tu codo se enterró en ella.

- Te he visto con ella… - dices tras ver que no respondo - ¿Eran para ella las rosas?
- Si… - “orgullo” quizás –
- yo… - suspiras como por doceava vez – Te Felicito - ¡OH! Que bueno eres fingiendo –
- gracias – sonrío – ¿Por qué dejaste de ir al antro?

Tenia miedo a su respuesta, tenia miedo de que tras ese día dejara de verlo nuevamente, tenia miedo a todo lo que pudiera pasar de ahora en adelante, pero sin embargo algo dentro mío estaba feliz, por que tenia a Gerard Way en frente mío y no era una alucinación, no era un sueño, no era de noche, no estábamos en mi cama…

Esperando tu respuesta te mire fijamente, algo había cambiado en ti. Ya no relucías como antes, ya no tenias esa vanidad que tanto amaba y odiaba, ya no tenias ese brillo hermoso en tus ojos y algo dentro mío se rompió, por que sabia que ya nada era como antes. Tu respuesta no llego y quizás hubiera esperado horas sentado en ese café pero esa respuesta no tenia que ser contestada en un simple café.


- ¿Vamos? – dijiste parándote mientras dejabas unos billetes sobre la mesa –
- Si – fue lo único que pude pronunciar –

Hablo poco, es extraño, voy muy lento.

- Hablas menos de cuando te conocí, extraño a ese Frankie – sonreíste saliendo del café –

Los dos íbamos fumando, los dos íbamos al mismo tiempo caminando y cuando se escucho un ruido perturbador los dos miramos el cielo al mismo tiempo, la lluvia comenzaba a caer rápidamente.

- Empezare a creer que la lluvia tiene algo en contra mía –
- Yo la amo – sonreí inocentemente, luego sentí la calidez de tu mano buscando la mía, entrelazando nuestros dedos y nuestros pasos mas rápidos para no ser alcanzados por lo que parecía seria una tormenta –

Sin hacer preguntas llegamos a tu departamento. Todo era tan sencillo, tan pocamente tu.

Sonreí como estupido y no se por que. Caminaba por todo el departamento viendo fotos, tocando cuadros, recorriendo con la mirada cada detalle, sintiendo en todo el cuerpo una sensación de felicidad idiota.

- Llegare a pensar que nunca has estado en otro departamento que no sea el tuyo – sonreíste yendo a lo que suponía era la cocina –

Comencé a reír entupidamente, se sentía tan bien estar en tu departamento, sentía como si fuéramos una pareja… Dos personas que se aman y están juntos por algo más que sexo.

- Ya para – dijiste saliendo de la cocina –
- ¿Por qué? Es divertido estar aquí – reí nuevamente –
- ¿Qué tiene de divertido? – sonreíste –
- No lo se –
- Eres terco Frank –
- Creo que lo se, ¿Te molesta que me ria?
- No lo se… -
- Lo siento –

Perdona si me río por mi desasosiego.

- Olvídalo, me encanta tu sonrisa –

Te acercaste a mí, yo estaba estático, no quería que todo fuera sexo nuevamente, no quería ser nadie en tu vida.

Solo con tenerte al lado y sentirme entre tus brazos.

Tres horas más tarde estaba en tu cama sudado y agotado al máximo. Ni con Jamia que me costaba demasiado todo ya que no era muy “delgada” que digamos, sudaba tanto.

- Te Amo –

Te separaste de mí, prendiste un cigarro. Como me dolió sentir tu rechazo. Si no fuera por que todavía tengo cordura diría que escuche mi corazón partirse en mil pedacitos.

De repente era todo felicidad, sonreías al lado mío, me regalabas grandes y pequeñas muestras de cariño, pero cuando de mis labios salían esas palabras todo se venia abajo y no sabes como dolía.

- Te Amo – volví a decir –

Era como si hablara con la pared, pero no me importo.

- Te Amo, Te Amo, Te Amo, Te Amo, Te Amo Gee –

Quede sin aire, pero no me importo.

Perdona si no te hablo bajo, si no lo grito muero.

Creo que fue en ese momento cuando entendí que ya no me importaba si tu no sentías lo mismo por mi. Nadie nunca te dijo que tenías que corresponderme, la verdad es que se suponía que nuestros sentimientos, o mejor dicho mis sentimientos jamás se mezclarían.

La verdad es que nunca fuiste mío y era algo más que obvio, simplemente yo no quería darme cuenta de ello y no quería admitir que estaba solo en mi vida, no quería admitir que tú no sentías cosas por mí. Pero esta vez todo cambio, esta vez lo entendí y ya no quería mas pruebas. Llore por ti lo que creo tuve que llorar, pero ya no eran necesario mas lagrimas, ya nada valía la pena.

Me acerque a tus labios, mire primero en tus ojos los cuales se mantenían fijos en los míos.

Sonreí.

Y costo creer que esa fue nuestra despedida. Sin siquiera saber si lo que podía hacer era verdad o no, te diría mi futuro.

- Me iré a Europa – Dije mientras me ponía los pantalones –
- ¿Por cuánto tiempo? –
- No volveré -

Dolió tanto decirlo, dolió aceptar que estaba dando todo por vencido, dolió ver que no me amabas…

No hubieron mas palabras de por medio. No hasta ese día… La última noche en el antro no fui a la cama contigo. No quería llevarme otra despedida que no fuera la que tuvimos en tu departamento. Tan solo te entregue un papel, sonreí mirando a tus ojos y en mi interior salieron mil Te Amo.

De Jamia no volví a saber, como era algo de esperar ella dijo que era mucha cosa para mí y la verdad es que creo que tenía razón. No quise que nadie me fuera a dejar al aeropuerto, necesitaba estar solo, o quizás contigo… si es que llegabas.

Pero el tiempo es tan desgraciado que cuando queremos que pase lento, es todo lo contrario, es algo que nunca e podido entender.
Entonces la voz de alguien avisando mi vuelo, fue lo que me hizo entender que tu no estarías a mi lado para el adiós…

Las lagrimas comenzaron a salir de apoco, haciendo todo más triste y doloroso, algo en mi interior se apretaba, el aire me faltaba pero ya no había vuelta atrás…

- Espera… - y es con tan tontas y sencillas palabras que todo mi ser revivió –
- Pensé que no vendrías… - dije secando con pesadez mis lagrimas –
- Quizás no debería estar aquí… pero ¡ah! ¡Diablos, ya nada importa! –

Entonces tus manos frías tocaron mi cintura, tus ojos brillantes se clavaron en los míos, y tus labios rosa fuerte se apegaron a los míos…

Y por primera vez en toda mi vida el tiempo se hizo eterno. No hubo falta de aire, creo que podría haber estado toda mi vida besándote y el aire no faltaría, lagrimas corrían por mi mejilla y tarde muy poco en notar que se mezclaban con lagrimas tuyas, ambos llorábamos…

Te separaste delicadamente de mi, una sonrisa se embozo en mi cara, en la tuya había extrañes, preocupación quizás, duda, incertidumbre, en fin, mil emociones que todavía cuestan aclarar.

- No te vallas… - fue casi inaudible –
- Lo siento… - sonreí con tristeza – es lo mejor…

Tu cara se torno triste y tus manos temblaban…

- Adiós Gerard Way – dije pasando por su lado –

Quise voltear, pero me resistí, llene mis pulmones con tu agridulce olor a limón y daba por finalizada mi “relación” contigo.


- Yo te amo… -

Y que agradable fue escucharlo de tus labios, que perfecto sonaron esas palabras y que feliz me sentí por saberlo…

Me tiraste del brazo haciendo que quedáramos de frente, sonreíste, tus ojos se llenaron de lágrimas y yo imite tus acciones. Nuestras frentes chocaron y nuestras respiraciones se mezclaban junto con nuestras lágrimas, nuestras sonrisas borraban toda palabra. Entonces nuestros labios se juntaron y supe que la felicidad si existe. Nos separamos, yo no podía creer lo que estaba pasando, tú comenzaste a reír.

- Te Amo… - suspiraste - ¡Te Amo! – gritaste asiendo que todo el mundo a nuestro alrededor nos mirada de mala manera –

Sonreí. El vuelo ya lo había perdido, ¡como si importara! Nos besamos nuevamente, luego tú besabas cada parte de mi cara, repitiendo lo mucho que me amas… Mi felicidad era enorme, sentía que flotaba por las nubes, que todo era perfecto, sabiendo que el único perfecto eres y siempre serás tú…

- Te Amo tanto… - suspiraste en mis labios –
- Yo… también Gerard… -
- Perdóname, de verdad no fue mi intención que sufrieras, simplemente tenia miedo al amor… -
- No pidas perdón, que estés aquí conmigo y que me ames es perfecto… confía en mi –

Nos besamos, con amor… Y nunca me cansare de escuchar aquellas palabras tan perfectas que salen de tus labios, nunca dejare de sentir lo mismo que sientes tu por mi…

- Yo te amo… Frankie… -

FIN

6 comentarios:

  1. Excelente! Que lindo (:

    ResponderEliminar
  2. ARRUINASTE MI VIDA TENGO FEELS ME MUREROOOOOOOOOO, ME MATAS ES MUY PERFECTO D:

    ResponderEliminar
  3. El fic estuvo bueno, pero "asías, carisias, capases, siego, párese, e, apoco, embozo, vallas"… Cariño, consíguete un beta.

    Jenn.

    ResponderEliminar
  4. Igualmente, una muy buena trama y una gran manera de...MATAR A MI CORAZON. Como sea, arregla esas faltas y todo estará perfecto. Piensalo

    Nekohive

    ResponderEliminar
  5. Estoy llorando como una tonta!
    Fue muy emotivo♥

    ResponderEliminar
  6. Aay, está hermosoo! Buuut, esas faltas de ortografía le quitan estilo.

    ResponderEliminar