domingo, 11 de marzo de 2012

PinUp girl; Capítulo: #5

Capítulo: #5

Frank se quedó helado, escuchar esas palabras salir de los labios de Gerard, no era lo que él anhelaba, cuanto habría dado... su vida! talvez, por que fuera Geraldine quien lo dijera, caminó hacia atrás, desplomandose en la cama, sin entender, sin asimilar del todo lo que su amigo, y quien consideraba su cuñado, su futura familia le decía.

Gerard se sentó a su lado, sus ojos se perdian en un limbo imaginario, entrelazó sus dedos, posando sus manos sobre sus piernas.

- Por favor, no me juzgues por lo que estoy a punto de decir -

- Que cosa, si ya lo dijiste, estás enamorado de mi... ¿Gerard que mierda es eso?, yo amo a tu hermana... aunque ella parece que no me ama...-

Gerard paso las manos por su cabeza, preso de la desesperación, no quería romperle el corazón a Frank, pero era absurdo seguir más con este juego.

- Hace unos meses tenía que enviar una foto a la USO de una modelo, era urgente y la chica que llamó me quedó mal, asi que tuve que ingeniarmelas... -

- si, ya sé, le pediste a tu hermana... que pasa Gerard, ¿que tiene ver eso con... con lo que dices sentir por mi?-

Gerard respiró profundo

- Por favor Frank, escúchame... -

Los inmensos ojos claros y espectantes de Frank mirándolo fijamente le hacían más difícil a Gerard esta confesion que podría costarle el perderlo para siempre, pero su amor por Frank habìa llegado a un nivel tal en que no se permitía a si mismo dañarlo, ni engañarlo.

- Mikey siempre dice que me veo muy bien vestido de mujer... así que... Gerarldine no existe, Frank, perdóname... yo no quise jugar contigo, es solo que el hecho de que alguien viniera hasta el laboratorio a preguntar por ella... eso fue.. -

Frank se levantó despacio de la cama, parándose junto a Gerard

- Qué estás queriendo decir... que todo este tiempo fuiste tu... vestido de mujer... y las veces que... ¡Oh! Dios... las veces que Geraldine... tu...-

Corrió hacía el baño, no soportó el asco que todo esto le causaba, empezó a vomitar, Gerard se paró a su lado

- Perdoname Frank, pero es que al comienzo fue solo un juego, luego me empezaste a gustar demasiado y ahora... yo estoy enamorado de ti -

- ¡Eres un malnacido Gerard!, ¿cómo te atreviste a hacerme esto? -

Frank se limpió el rostro, las lagrimas se resbalaban por su mejillas, caminó hasta el armario y empezó a empacar sus cosas, Gerard lo tomó fuertemente del brazo, atrayendolo hacia el, intento besarlo, pero Frank lo empujó

- Dejame ir... Maldita sea Gerard, no vuelvas a hablarme nunca!-

el eco de ese grito retumbó en todas las paredes de la habitación, Gerard se sentía morir, no podí¬a mas con ese dolor, tomó a Frank con más fuerza, apretandolo de la cintura con una mano, y con la otra sosteniendo su cabeza, lo besó, Frank intentaba soltarse, pero Gerard no se lo permitía, apretó con fuerza sus finos labios entre los suyos, mientras que las lagrimas de ambos se mezclaban, Frank empujó con toda su fuerza a Gerard

- No me vuelvas a tocar maldito enfermo! -

- Es que te amo Frank, que no entiendes?-

- yo no soy como tu, yo amo a Geraldine -

- Ella no existe, Frank, Geraldine soy yo!-

- ya lo sé, ya lo entendí¬, y te odi¬o, Gerard te odio por eso -


Frank pasó los peores días de su vida, encerrado en su habitación, sacandose a Geraldine del alma, recordaba las veces en que su niña de ensueño lo besaba con tanta delicadeza, con tanta pasión, las veces en que ella le hacía sexo oral, su corazón se sentía perforado por una saeta al pensar que todo ese tiempo fue Gerard, ese maldito que solo jugó con él.

Tomó como costumbre salir en las noches hasta el super, comprarse tres botellas de ginebra y beberselas de una, para irse a dormir ebrio, para que no le doliera tanto pensar, se sentí¬a burlado, ridiculizado, pero aun asi, no podía sacar de su mente ese último beso forzado, la sensación que le produjo, sentía tanto odio por Gerard, pero este odio no se comparaba con la intensidad de su deseo por él.

Dos semanas después de esa tormenta de sentimientos, Frank decidió aparecerse en el laboratorio, justo antes de cerrar, Gerard estaba listo para salir, vio a Frank de pie, recostado en el marco de la puerta, su corazón latí¬a con fuerza.

- Frank... hola! -

- Hay algo que tengo que cerrar en mi vida para estar tranquilo...-

- ¿qué cosa Frank? -

- Hacerla mia, a Geraldine -

- Frank, sabes que ella no existe... -

- ya sé, soy idiota como para haberme tragado tu engaño, pero no tan idiota como para no aceptar la verdad... cambiate de ropa -

Gerard lo miró sin entender

- Vísstete como Geraldine... por favor -.

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