domingo, 11 de marzo de 2012

PinUp girl; Capítulo: #4

Capítulo: #4

La demanda por las fotos de Frank era exagerada, no solo la USO quería su imagen, todas las campañas lo querían utilizar, recibió llamados de varias editoriales, Frank acudia con gusto, su trabajo como modelo le dejaba más dinero que cualquier trabajo normal, solo ponía una condición, llevar a su fotográfo personal.

Gerard se estaba convirtiendo en alguien reconocido, y es que solo él podia captar la esencia de niño dulce y hombre sexy de Frank, parecia que este quisiera hacerle el amor al lente que lo fotografiaba, y no estaba muy alejado de la verdad, a pesar de sus encuentros fugaces con Geraldine, siempre en las sombras, lo mismo una y otra vez, Geraldine le decia que no estaba lista para entregarse del todo, Frank solo se conformaba con el increible sexo oral que ella le propinaba, pero la proximidad con Gerard era un cuento aparte, se entendian, sus almas tenían una conexión especial, había largos momentos en que no necesitaban hablar entre ellos, y el silencio no era incomodo, era reconfortante tan solo sentir sus respiraciones.

Viajaron hasta California, para una sesion de fotos en la playa, los ojos de Frank se mimetizaban con el tono verdoso del mar de Malibú, el sol brillaba sobre su piel desnuda cubierta de arena, estaba sentado en la palaya, de espalda al oceano, Gerard tenía su camára lista, se quedó como era usual, detallandolo por unos segundos, Frank al principio lo encontraba extraño, pero ya se había acostumbrado, tal vez era una manía de fotográfo, pero esta vez fue diferente, Gerard estaba de rodillas detras de la cámara, mirando a Frank directamente a los ojos, bajó su mirada, recorriendo el pecho desnudo, bajando hasta la entrepierna de Frank con sus ojos entrecerrados, adornados con un brillo de lujuria, clavó su mirada allí, justo sobre el pantalon militar que Frank tenía puesto, y sin moverse un centimetro paso la lengua por sus labios, despacio, con un marcado gesto de deseo, y un aire de propiedad, como si tuviera pleno conocimiento del sabor de los genitales de Frank.

Levanto la mirada para encontrarse con la cara de desconcierto de Frank, Gerard se sonrojó, demasiado para su gusto, sacudió la cabeza, obturó su Canon sin ver por la mirilla, Frank no podía sonreir, a pesar que Gerard se lo pedía insistentemente

- Es que no tengo ganas, no me obligues Gerard, podemos continuar mañana, estoy cansado y me quiero ir a dormir -

- pero apenas son las 3:0 pm, el sol ya se va a poner, mira ese horizonte tan hermoso Frank, no podemos perderlo -

- Mañana estará allí mismo, no importa si te enojas conmigo, yo me voy -

Frank entró a su habitación de hotel, se notaba molesto, se tendió en la cama hundiendo su rostro en la almohada, ahogando el creciente sonido de su llanto entre el mullido algodon, se sentía culpable, se odiaba a si mismo, por haber disfrutado de esa mirada que le propinó Gerard, él no sabía nada de Geraldine, no la conocia en lo absoluto, y dibujaba su personalidad, como una derivación de la de Gerard, ansiaba tanto poseerla, sentía que ese día jamás llegaría.

Gerard apoyó su cara contra la puerta de la habitación, escuchó el leve sonido del llanto en que Frank estaba sumido, se sintió culpable, tal vez lo estaba presionando demasiado, quizas, ese juego cruel lo estaba dañando, pero, que más podría hacer Gerard, estaba enamorado, insanamente loco por Frank, Geraldine era su única oportunidad de tenerlo, de poder besarlo, de sentir su sabor, sus caricias, pero odiaba no ser él, por quien Frank se moría.

- Dejame entrar, Frankie, hablemos, algo te pasa...-

No obtuvo respuesta, esperó un poco antes de golpear la puerta, tres veces, pero nada, solo oia el llanto de Frank que se tornaba en iracundos gritos desesperados y puñetazos secos en la cama, Gerard se sentó en la puerta, Frank veía la sombra de su cuerpo por la rendija inferior de la puerta, se quedó mirando hasta que se quedó dormido.

El ruido de las bocinas de los barcos arrivando al muelle lo despertaron abruptamente, miró hacía la puerta, Gerard aun estaba allí, con desgano caminó hasta la puerta abriendola solo un poco.

- ¿Piensas dormir ahí? -

Gerard levantó la vista, sus ojos nadaban en sus propias lagrimas

- Necesito hablar contigo Frank... tengo que decirte mi verdad, y a pesar que me odies cuando termine de confesarte lo que agobia mi alma, debo hacerlo, porque... -

Bajó el rostro, cubriendose con amabas manos, suspiró y sin mirar a Frank continúo

- Porque... yo estoy enamorado de ti, y no soporto mentirte más -

No hay comentarios:

Publicar un comentario