domingo, 18 de marzo de 2012

There's no beat without you; Capítulo: #1

Capítulo: #1

"Recuerdas los días en que solo eramos un par de almas perdidas encontrándose en la complicidad de la noche, alejados del ruido de la multitud, escondidos tras los reflectores apagados que horas antes nos iluminaban, nos desnudaban frente a la audiencia, tu aferrado a la guitarra, yo escudado en el micrófono, sonrisas, miradas cómplices, avanzabas hasta mi, como un sigiloso criminal, deslizabas tus labios sobre mi piel, ¿recuerdas a la multitud gritar?

Yo sonreía, me acariciaba como un regalo para ellas, pero era mi reacción a tu proximidad. Todo cambiaba, el show terminaba, "en un rato regreso, voy a fumar un cigarrillo a solas, necesito meditar", era mi excusa predilecta, huía de mis compañeros, de los compromisos, corria por el desolado backstage, buscándote, "necesito hacer unas llamadas personales, en un rato regreso", era tu excusa para escapar, para buscar el lugar más escondido, el más solitario, y esperar por mí, tu amante, tu amor...

No esperabamos a las palabras, nunca nos hicieron falta, solo bastaba con tocar tu cuerpo, desnudarte en un santiamén, arrancar las malditas telas de mi cuerpo, las que no me permitian disfrutar de tu calidez ¡Dios!, Lo que más extraño es tu cuerpo tibio, desnudo tan junto al mio que por momentos erámos uno solo.

Dime que no has olvidado los días de violentos jadeos entre las sabanas de mi cama, en cualquier motel en medio de la nada, júrame que tienes grabado en tu piel aquellos momentos en los que conteniamos la respiración en las literas del bus para no ser descubiertos, ¿Díme Frank, recuerdas el sabor de mi piel?.

Porque yo no puedo olvidar, no quiero esconder en mi memoria el sabor magistral que posee cada centímetro de tu ser, cada noche el último pensamiento eres tú, en las mañanas mis ojos se abren con el único objetivo de capatar tu imagen espléndida, y no me empujes a ahondar en lo que cada uno de mis sentidos anhela absorber de tí. Estas letras tienen un objetivo primordial, recordarte hoy, el día de tu matrimonio que nadie en la faz de la tierra te podrá amar tanto como lo hago yo.

Con mi alma.

Con mi vida

Con mi sangre.

Basta una sola palabra tuya, un mínimo giro de tu voluntad y renunciaré al mundo por tí

G.".

Las manos de dedos tatuados con la palabra "Halloween" temblaron al doblar el papel sobre el cual estaba escrita aquella súplica, una última mirada en el espejo, Frank se sentía ridículo con ese frac, ella lo había escogido para él, es extraño el jóven que estaba a punto de entrar al altar siempre había decidido que vestir, pero esta vez no le fue posible decidir, "Escoge tu, de todas maneras las bodas siempre son el día especial de la novia", que patética excusa, ella no lo notó, estaba tan sedada por el amor que jamás se le cruzaria por la mente que la desidia de su novio en lo que a la boda se referia, tenía un motivo oculto.

- Hoy es el gran día -

Frank giró su rostro, reconoció la voz de su padre, tenía un fingido tono de alegría, dejó escapar una mueca simulando una sonrisa a la cual respondió de la misma manera, caminó despacio estirando sus brazos hacia el hombre que le dio la vida, aferrándose con fuerza a su torso

- Hoy es el maldito gran día -

El padre separó de su cuerpo a un abatido hijo, su corazón le informó que las cosas estaban peor de lo que suponía

- ¿Gerard te habló? -

- Una carta, me envió una carta... No sé que hacer, ayúdame a tomar la desición más sabia, es mi vida... la de ella, y la de Gerard las que estan en juego... -

El hasta el momento valeroso novio que se acicalaba frente al espejo rompió en llanto frente a su padre, el único que sabia el infierno en que estaba viviendo, atribulado, el padre cerró la puerta con seguro, regresando al lado de su hijo, rodeándolo en un reconfortante abrazo

- Frank, sabes que tienes dos opciones, está en tí escoger aquella que te hará feliz, sabes que en cualquiera de los casos cuentas con mi apoyo incondicional -

- Lo sé... es solo que... -

Los golpes en la puerta interrumpieron el momento, Frank se limpió el rostro, no por temor a que lo vieran llorar, pero si por respeto a su novia

- El sacerdote reclama tu presencía -

Le informó el diácono, regresando de inmediato al interior del templo, Frank caminó despacio, su padre caminaba en silencio junto a él, llegaron hasta el atrio de la iglesia, hubicándose en los lugares correspondientes, antes que la marcha nupcial comenzara a sonar el padre del novio se acercó a él, halandolo suavemente del brazo, susurrando a su oído

- Si vas a cambiar de idéa, hazlo antes que sea demasiado tarde -

El sonido pomposo del orgáno rompió el silencio que reinaba en el templo, la puerta principal se abrió de par en par dando paso a la ataviada novia que caminaba despacio, sonriendo, saludando a todos los presentes.
Frank sostenia su mirada en ella, pero el rápido movimiento que se generó en el ala derecha de la iglesia lo distrajo, reconoció de inmediato la sombría figura de Gerard, quien se recostaba sobre uno de los pilares de mármol, Frank sintió que su boca se llenaba de ceniza, la sangre de su cuerpo cambiaba de curso, en un instante todo el universo desapareció, solo estaba él, de pie a pocos centímetros del hombre que entre las sombras susurraba

" No te cases". 

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