jueves, 22 de marzo de 2012

Wound; Capítulo: #2

Capítulo: #2

Mis dedos se quemaron con el filtro quemado del cigarrillo, estaba tan absorto en mis pensamientos que solo noté que el cigarrillo se consumió por si solo cuando el ardor me lo avisó

"I used to be your whole world, now, i´m just a joke for you"

Me quedé pensando en esa frase, él la canta lleno de dolor, es lo que piensa ahora, y es mi culpa

- Si ya no me amas, si no te atraigo tan siquiera, ¿Por qué continuas tocándome de esa forma en el escenario? -

- Es parte del show –


¡No! no lo es, es una mentira Frank... es una mentira, grité en la soledad de mi habitación, como si él pudiera oírme, el dolor más fuerte viene de saber que él está sufriendo un desengaño por mi culpa, y si me ama tanto como yo lo amo a él, debe estar sintiendo este mismo deseo de morir antes que seguir padeciendo.

Pero lo que pasa sobre el escenario no es parte del show, los reflectores encendidos son mis cómplices, mientras mi alma se desgarra en cada nota que sale de mis labios, tomo ventaja de su estado desprevenido, me acerco a su cuerpo transpirado, siento su aroma aumentar en cada paso que camino criminalmente hacía él, levanto mi brazo, rodeo su torso, y si mi valentía lo permite, le robo un beso, eso es todo lo que tengo permitido hacer.

- ¿Qué sientes Gerard, sientes amor por mí como yo lo siento por ti? -

Mi corazón se llenó de dicha, entrelacé mis brazos al rededor de su cuerpo y lo apreté contra mí con más fuerza aun de la que él ejercía, aspiré profundamente el aroma de su piel, antes de confesarle entre miles de besos dados indiscriminadamente sobre su rostro, cuanto amor había en mi corazón.

Nos separamos solo para retirarnos la ropa, no me moví de mi sitio me quedé enajenado viendo como se levantaba la camiseta, se le quedaba atorada en su cuello y él luchaba contra ella, haciendo quedos ruidos de lucha, la visión de su hermoso torso desnudo alertó todos y cada uno de mis sentidos, cuando la lucha hombre-camisa terminó con la victoria de Frank, no me pude resistir, mis dedos clamaban por sentirlo, era un acto ya involuntario, dejé que se posaran despacio primero sobre sus pectorales, esa piel... ¡Dios!, si existe un pecado perfecto, ese es la piel de Frank.


Mis dedos empezaron la marcha sobre su piel, deslizándolos tiernamente en su pecho, acaricié sus pezones, jugué con ellos un rato, inclinándome un poco para pasar mi lengua sobre las ya duras protuberancias de su piel, levanté mi vista y noté el rosa intenso de sus mejillas, estaba excitado... yo también, creo que ambos llegamos juntos a ese momento en que no se puede soportar más el deseo, una carrera implícita de quien se quitaba toda su ropa primero... ¡gané!, Me tendí sobre la cama, él me alcanzó dando un divertido salto, quedando junto a mí.

Empezamos a besarnos como locos, en todo el cuerpo, yo ni siquiera miraba en que lugar estaban mis labios, solo me concentraba en probar cada fragmento de su piel, empezamos a entrelazar nuestras piernas, buscando el contacto mutuo de nuestros penes erectos, acarició con delicadeza la cabeza de mi miembro, rodeándola con sus dedos, se inclinó hasta tener su boca sobre mi pelvis, sentía el aliento cálido de su respiración agitada sobre mi piel, exaltándome cada vez más, de forma natural nos acomodamos hasta quedar nuestros labios sobre el pene del otro, su boca parecía terciopelo, la suavidad conque apretaba sus labios alrededor de mi piel, se lo llevaba por completo hasta casi tocar su garganta, le escuche un par de arcadas, sentí miedo que se fuera a vomitar, pero Frank logró contenerse y buscar la forma de cubrir toda mi extensión sin problemas, se ayudo con su mano, presionando sus dedos cerrados sobre mi, sentía los pequeños mordiscos que le daba a mis testículos, estirando suavemente la piel, jamás en mi vida sentí tanto placer, y quise hacerle sentir lo mismo, el aroma húmedo de su piel me invitaba a saborearlo todo, su pene es tan maravilloso como él, con el tamaño y formas perfectas, es más, viéndolo en retrospectiva, y después de haber estado con tantos hombre en mi vida, ninguno se compara a la obra de arte que Frank tiene entre sus piernas.


Se lo chupe animosamente, con fuerza pero con dulzura, quería tenerlo todo, sentía antojos de su piel, mientras que con mi mano lo acariciaba, mis labios expandieron el terreno, besando su pubis, la parte interna de sus piernas, dejé que mi lengua rozara su ano, el gemido placentero que emitió me impulso a continuar, volví a llevarme su pene hasta mi boca, para dejar mi mano libre, sobre sus nalgas, invadiendo su interior con mis dedos, estaba tan cerrado, y creo que instintivamente apretaba el músculo al sentir la punta de mis dedos tratando de entrar, lanzó un gemido más fuerte que el anterior y sentí su semen regarse en sobre mi lengua, solté su pene y con el liquido caliente y viscoso que inundaba mi boca lubriqué su ano, lo miré a los ojos, retirando su cabeza de mi pene, a mi aun me faltaba para llegar, lo acomodé boca arriba sobre la cama, no quería perderme un instante de su rostro cuando lo penetrara, separe sus piernas y me sumergí entre ellas, Frank sintió la punta de mi pene sobre la entrada de su cuerpo, su respiración se agitó aun más, vi una mirada de temor en sus ojos, 


"¿Quieres que continúe amor?, asintió con su cabeza, cerró los ojos al sentir como mi pene entraba con fuerza en él, apretó los labios tragándose un grito de dolor, pero poco después, de tanto roce se comenzó a sentir más cómodo, el dolor había sido reemplazado por el placer, mi cuerpo no soportó más tanta dicha, viniéndome dentro de él, me desplomé sobre su cuerpo, ambos estábamos agotados, felices, tan enamorados...


Necesito gritar, quiero arrancar este dolor de mi alma, mis manos han perdido fuerza, mi corazón late por hábito, no porque realmente desee vivir,
si no puedo amarlo ¿Qué sentido tiene ya mi vida?


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