lunes, 30 de abril de 2012

Un instante para Noe; Capítulo: #30

Capítulo: #30


“El de ustedes es la peor clase de amor que puede existir” 

“Temo por ti, temo por mí, temo por él… temo por las nubes de dudas que no permiten ver el cielo con claridad”

Las manos en la espalda, los castaños ojos fijos en el suelo, los labios de Gerard sobre su rostro, Noe luchaba contra las profundas nauseas, ser abrazado con fuerza por quien amaba no le reconfortaba, su corazón había vuelto a cerrarse, no fue capaz de aflorar sentimiento alguno

- Es lo que hace feliz a Frank –

Besos en su piel que no eran para él, caricias vacías que solo le recordaban el haber perdido.

- Doy mi vida por él –

La vida no tenía sentido, deseaba a Frank, amaba a Gerard, cada respiro aumentaba la confusión, sintió sus labios violentados, se resistió, alejándose de quien le causaba tan enorme dolor

- Deberías buscarlo… tú no puedes estar conmigo solo para complacerlo a él –

- No hay caso, no me ama –

El rostro inexpresivo, caminando en círculos por la habitación, las manos en los bolsillos, el corazón recubriéndose más y más, acero contra el dolor

- Sabes que no es verdad, Frank y tú saben que no amaran a nadie más de lo que se aman entre ustedes, es tan sencillo…. Él se enojó porque no querías hacer lo que pedía, entonces dice con supuesta seguridad que no te necesita en su vida, se arriesga porque sabe que así él te saque a empujones, volverás, te arrodillaras y le suplicaras por amor, Frank, de la forma más inmadura posible cree que te puede chantajear con sus palabras, y eres tan supremamente idiota que caes, en un segundo, y tengo la plena seguridad, que lo supiste desde siempre, bien… “Soy Gerard, Frank no puede ganarme en la guerra del amor” y como el traicionero que eres, pules tu mejor arma… Dañar a Noe para castigar a Frank, como no puedes… no eres capaz de lastimarlo directamente lo haces conmigo, me humillas de la peor manera posible, juras odiarme, no te importa lo que sienta, no te importa lo mucho que me duela… No me ves… solo tienes ojos para él, y ríes por dentro al comprobar que a Frank le duele el dolor que tú me causas… -


Los pálidos labios tiemblan ante la verdad, se ha quedado quieto, no intenta más acercarse al chico, su corazón siente culpa, angustia, desconcierto

- No… yo no quiero que te sientas… -

- ¿Muerto en vida? –

- Noe… -

- Llámalo, dile que venga, por favor –

Los pasos forzados, en el cuerpo siente la presión de las miles de cosas que carga su alma, un solo vistazo, hace contacto con los redondos ojos que abandonan el lugar para seguirlo, están de nuevo los tres encerrados en una pequeña habitación que se encoje aún más al tener que soportar la inmensidad del dolor

- Ustedes dos ya han hablado mucho, es mi turno, y les ruego no me interrumpan –

Severidad en las palabras del chico que se niega a ver el rostro de ninguno de los dos, respira profundamente tomando fuerzas para hablar

- Cuando mis padres murieron me juré a mi mismo nunca volver a amar, para no tener que perder de nuevo, para no morir en vida otra vez… Te conocí Frank, y pensé que eras el ser más perfecto sobre la tierra, pero me equivoqué, Tu me conociste y viste en mi la posibilidad de tener el juego infame a tu favor, sí, creo que te gusto, es posible hasta que me ames, pero no es ninguna de esas la razón por la cual me mantienes junto a ti… Solo lo haces para recordarle a Gerard que sí no actúa según tus deseos, lo cambiarás por mí en un abrir y cerrar de ojos, y eres tan impresionantemente cruel que puedes verlo a los ojos y decirle que no lo amas, aunque tu corazón sienta todo lo contrario. –

El pecho lleno de sentimiento, ¿Con qué argumentos refutaba una verdad tan absoluta?, prefirió callar, dejar que el chico continuara con su discurso, mirándolo en los segundos en que retiraba su mirada de Gerard

- Y en lugar de exigir respeto, Tú, Gerard, te rebajaste al nivel infantil de Frank, jugando con la misma arma… El arma humana en que me convirtieron, me mentiste, me engañaste y fuiste tan diestro que lograste que me enamorara de ti… Que te amara con todo mi corazón, con mis anhelos y sueños más privados, pero solo fue eso, una mentira, y de hecho creo que tu también me amas, pero al igual que para Frank, yo solo soy un arma para ti… Me mantienes a tu lado para recordarle a Frank que con un solo pestañeó le puedes quitar lo que sea, que eres tú quien manda en esa relación, que es a ti a quien deben suplicar de rodillas –

El rostro se inclinó, la vergüenza de quedar expuesto de esa manera, las palabras del chico calaron en lo más profundo, haciéndole ver una verdad que él desconocía

- Los dos… no saben amar, no saben dar… Solo saben de guerras, de egoísmos, de tiranía, el amor que sienten por el otro es enorme, pero es más grande aún el orgullo que no les deja vivir en paz, que no les permite ser honestos ¡Ni con ustedes mismos!... ¿Y saben qué? ahora que lo veo todo con más claridad, no deberían irse a vivir juntos nunca… porque se matarían a los tres días… se matarían de amor, se matarían de orgullo… se matarían porque ninguno de los dos cedió a la más pequeña petición, al más mínimo cambio, porque no tuvieron la valentía de decir la verdad, de reconocer que sienten miedo, celos, de pedirse amor, de exigirse respeto –

Los ojos claros, los ojos soñadores, los redondos ojos de tintes verdes, lo olivos ojos, los dos cerraron sus ojos, llenos de vergüenza, aceptando con pesar que cada palabra dicha por Noe era dolorosamente cierta, se sintieron expuestos, desnudos, frágiles… sintieron que sus almas fueron invadidas y leídas por completo

- Yo no quiero… Me rehúso a ser el instrumento preferido para causar dolor, para ustedes soy nadie… ¡Y me cansé de ser nadie! No me importa lo que les pase, no me importa si arreglan o no sus estúpidas diferencias… Y mi discurso no es como el de ustedes, no… Yo estoy hablando con mi alma, mis palabras son el exacto reflejo de lo que siento, no soy un Frank ordenando palabras para romperle el corazón a Gerard, tampoco soy el perfecto mentiroso que recrea la mejor actuación para engañar, no, no soy como Gerard… Solamente soy Noel, alguien que sabe diferenciar entre el amor bueno y el amor viciado… Y el de ustedes es la peor clase de amor que puede existir… Ustedes no se aman, ustedes se adueñan, se poseen, se usan, se mienten, hacen ilógicas y dolorosas carreras cuya meta final es medir quien le hizo más daño a quien… ¡Y no quiero seguir en este círculo de mentiras! –

Por última vez Noel Duncan miró a los ojos de Frank y Gerard, los miró con esa misma vacía expresión que tenía cuando llegó a trabajar con ellos, levantó sus valijas, abandonando la habitación con su equipaje, cerrando la puerta al pasado, a la confusión, al odio disfrazado de amor, al dolor que nunca debió conocer, cerró la puerta dejando a Frank y a Gerard dentro, abandonándolos a su suerte ¿Para qué luchar más por una causa que no era suya?













- Despertar a tu lado, ver el amanecer en tu rostro, poder decirte te amo en cualquier lugar, a cualquier hora, gritarle al mundo que eres mío, gritar que soy tuyo… -

Las manos tatuadas temblaban sin parar, sentía quemar la punta de sus dedos, cada toque era una herejía, cada acercamiento era la profanación de lo sagrado, el corazón latía contra la muerte, el rojo carmín empezaba a enfriarse, a oscurecerse

- ¡Tan solo un instante más… es lo único que importa un instante más para amarte! –

Los gritos se multiplicaban en ecos, ensordecían, alertaban, inquietaban, los largos dedos de las blancas manos se deslizaban dificultosamente entre el húmedo cabello negro, el plasma coagulado lograba tostar la textura antes aterciopelada

- Despertar cada día con la alegría de verte dormir a mi lado, soplar suavemente en tu oído para despertarte, para obligarte a que me regales el espectáculo perfecto de tus ojos –

No daban tregua, ni el dolor ni el miedo, ambos corrían contra el viento, llamando por su nombre a la muerte


- Un instante es una vida… un instante es suficiente para amar por siempre –

El sonido ensordecedor de las sirenas, la multitud que se niega a abrir paso, la desesperación ante la adversidad, la indiferencia de los curiosos… el dolor de perder para siempre.

- Te dije Gerard… te advertí que sería demasiado tarde –

Las lágrimas no quieren detener su recorrido, la violencia aun latente, los ojos castaños no encuentran un punto fijo para mirar sin morir, para ver sin sentir que la pena lo consumirá

- Te lo dije Gerard, y no quisiste escucharme –

Los labios no quieren cerrarse, no importa el dolor, es necesario decirlo, antes de abandonarse en la oscuridad, debe pronunciarlo, debe asegurarse una respuesta

- Dale todos los malditos instantes de tu vida… no dejes que su orgullo lo domine, no permitas que se mienta a sí mismo, exígele respeto, exígele amor, no dejes que su vida juntos sea un patético reflejo que lo que vivimos, no lo hagas llorar, y si alguien intenta dañarlo, júrame Noe, júrame que lo defenderás con tu propia vida –

Las manos tatuadas, cubiertas de sangre que no era propia, las manos se acomodaron sobre el rostro blanco de facciones delicadas, apretaron la piel de las mejillas

- No seas dramático Gerard… no te vas a morir… - La voz se quebró, le fue imposible continuar con la mentira – Si te vas… Me voy contigo… si te vas y no vienes por mí, en tres días yo mismo me forjaré el camino a ti –













- Una muy fuerte contusión, causada por un objeto contundente… ¿Están seguros que no vieron al agresor? –

Noel miró al doctor a los ojos, respondiéndole negativamente con un movimiento de su cabeza

- Solo vi que tenía tatuajes en el brazo, pero no los vi bien, y mucho menos su cara, yo salí por la puerta trasera del hotel, el callejón estaba vacío, y Frank salió con Gerard detrás de mi… me arrancaron el equipaje de las manos y lo tiraron dentro de uno de los contenedores de basura, discutimos un rato… y sin saber de dónde un tipo corría por el callejón, tenía un pasamontañas que le cubría el rostro por completo, se veía desesperado, buscando las escaleras de incendio del edificio de enfrente, me empujó y Gerard lo encaró, entonces el tipo ese sacó una barra de metal y le pegó a Gerard en la cabeza, y ahí Frank y yo gritamos y todo el mundo vino… bueno ya el resto lo sabe bien –

El guitarrista no despegaba sus manos del rostro de Gerard, su mirada la dividía entre ver el monitor cardiaco y el movimiento del diafragma del vocalista

- De todas formas, tendrás que hablar con la policía, contarle lo que me dijiste… - El médico guardó sus lentes en el bolsillo de su bata, sonrió mirando a todos en la habitación – Le dimos muchos calmantes, pero si al despertar se queja de dolor, no duden en llamar a la enfermera para que le repita la dosis –

El médico dejó la habitación, Brian llevó ambas manos a la cabeza, respirando profundamente, levantando con enojo el tono de su voz

- ¡Será que alguno de los dos tendrá por fin la maldita gana de contarme ¿Qué pasó… qué va a pasar… y por qué razón Frank parece un zombi y no ha pronunciado palabra desde que subieron a Gerard a la ambulancia?! –

Con un poco de dificultad Noe se sentó en el borde de la cama en que Gerard dormía por el efecto de los sedantes, estiró su mano para acariciar el hombro de Frank mientras hablaba

- Pasó… que salí del hotel… con mi equipaje, no quería saber nada de la banda, nada de este par de imbéciles… por eso me fui por la parte de atrás, pensando en pedirte que me enviaras el informe por correo… bueno, el hecho es que ni Gerard ni Frank ceden… JAMÁS, no les gusta perder… ¿Sabias eso? – Le sonrió divertido a Brian – Me alcanzaron en el callejón detrás del hotel, y como “cosa rara” – Sarcasmo entre risas – Venían discutiendo, echándose la culpa el uno al otro por lo que había pasado… Cansa a veces que dos adultos se porten como niños… -

- Dímelo a mi… pero bueno, quien le pegó a Gerard… y como queda ese triangulo enfermizo de ustedes –

Noe continúo sonriendo, Frank levantó una de sus manos para acariciar la mano que Noe tenía sobre él

- Calma Brian, calma, vamos por partes – Le habló de forma condescendiente al manager – Ya sabes que teníamos pelea de amantes… los detalles de eso, no son asunto tuyo ni de nadie… - Guiñó su ojo derecho mirando a Brian - Ves, ya entendí y acaté tu “sutil sugerencia” –

Frank levantó el rostro, hablando aun con debilidad en su voz

- Duncan, deja de darle vueltas al asunto, fui yo… Yo le reventé la cabeza a Gerard… -

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