miércoles, 25 de abril de 2012

Un instante para Noe; Capítulo: #5

Capítulo: #5

“Amargo silencio”

Silencio, dentro de la habitación de hotel, silencio fuera de ella, el amanecer estaba próximo, Gerard se estiró en la cama, no había conciliado el sueño, se pasó toda la noche viendo a Frank dormir.

Levantó las mantas, cubriendo las piernas desnudas de Iero quien se había desabrigado al moverse, pasó suavemente su brazo sobre el pecho del guitarrista que dormía profundamente, sintió su propio pulso acompasarse con el ritmo cardiaco de Frank, cerró los ojos pensando que si se concentraba lo suficiente en los latidos de ese corazón, podría dormir, pero sus dudas no le abandonaban, al contrario, ahora todo en lo que podía pensar era que el corazón de Frank latía por Noel, y no por él.

Hundió su rostro en la almohada, pensó que tal vez si no levantaba su cabeza para respirar se asfixiaría por fin, y eliminaría por completo el ardor de celos, rabia y dolor de su alma, pero lo único que consiguió fue entibiar cada vez más el aire que inhalaba.

- Estás obsesionado con él, lo sé –

Se lo confesó a la almohada, Frank no escuchó, continúo en su sueño profundo

- No me hacías el amor a mí, se lo hacías a él, lo sé –

De nuevo fue la almohada la que ahogó su queja, y fue la misma que se empapó de sus lágrimas

- Te odio por lo mucho que te amo, imbécil –

Intentó nuevamente conciliar el sueño, apenas si tenía unas cuantas horas para hacerlo antes de empacar y dejar la comodidad del hotel para meterse en el caos que era el bus del tour; Apretó los ojos, pero el sueño nunca llegó, salió de entre las mantas, asomándose por la ventana, Nuevo México parecía muerto, o tal vez él ahora todo lo veía muerto, giró un poco su cabeza apenas para ver a Frank respirar en calma, dormir plácidamente, cómo si no le importara lo que pasara, tal vez soñando con Noe, aunque el rostro de Frank lucia inexpresivo, Gerard juró ver una sonrisa, un gesto que tomó como una burla, era seguro, Frank soñaba con Noel y se reía lleno de cinismo, porque sabía que Gerard de tanto amor le perdonaría todo. Sintió el impulso de correr hasta la cama, tomar la almohada y presionarla contra el rostro de Iero, pero solo fue eso, un impulso que lo hizo sentirse culpable.

Se quedó allí observando los colores del cielo cambiar lentamente, retiró su mirada de la ventana cuando el sol le golpeó el rostro

- ¡Hijo de perra! Cierra las cortinas –

- Buenos días para ti también –

- ¡Ciérralas, ese maldito sol me fastidia los ojos –

Después de cerrar violentamente las cortinas Gerard Way se internó nuevamente entre las mantas

- No dormí –

- ¿Por qué? –

- No sé, no pude – Mintió

Frank se incorporó, riendo, sacudiendo su cabeza

- Vas a pasar todo el día como zombi –

- Aún falta tiempo para irnos, abrázame a ver si logro dormir –

Frank actuó como si no lo hubiera escuchado, se levantó de la cama, vistiéndose con rapidez

- Tengo que ir a revisar mails, y a llamar a Jamia –

- Y a ver si Noe ya se levantó –

- También –

- Te odio Frank Iero –

El guitarrista se arrodilló sobre la cama, levantando las mantas, acomodó su cabeza sobre el estómago de Gerard

- En cambio yo lo amo señor Way –

Gerard empujó suavemente a Frank lejos de sí, sentándose en la cama

- Eso ya no es verdad –

- Qué cosas dices Gerard – Iero se sentó junto a Way, mirándolo con atención

- No mientas Frank, ya no me amas, hace mucho tiempo dejaste de hacerlo –

- Yo te quiero Gerard –

- Si, es obvio, somos amigos hace muchos años, tenemos una larga y tormentosa historia juntos, pero amor… de esa clase de amor que te asfixia, es lo que ya no sientes por mí –

- Estás sensible, de esa clase de sensibilidad de mujer, la que les da cada mes… - Sonrió

Pero Gerard se quedó serio, no era tiempo para bromas, era tiempo para sacarse de adentro todo lo que le mortificaba

- ¿Qué demonios te pasa con Noe? –

- Nada pasa Gerard, es… Noel es gracioso, me gusta molestarlo… no es nada, me atrae, no lo voy a negar, pero es todo…–

Gerard Way habría creído las palabras de Frank, de no ser por el temblor en su voz y la dirección esquiva de su mirada

- ¿Te has acostado con él? –

- No, aun no – Sonrió sin ver a Gerard

- ¿Aun? – Way levantó el tono de voz – Es decir que eventualmente piensas hacerlo –

Frank dejó escapar una carcajada, moviéndose con rapidez se las ingenió para empujar a Gerard sobre la cama y tumbarse con fuerza sobre él

- Solo te estoy jorobando, no quiero acostarme con él, es un niño… y aun es virgen –

Los ojos de Gerard estaban fijos en los de Frank, sin parpadear, intentando leer más allá de sus palabras

- ¿Y cómo sabes que es virgen? –

- Se lo pregunté –

- ¿Y por qué demonios te interesa la vida sexual de ése? –

Cansado del interrogatorio, Frank gimió, rozando apretadamente su rostro contra el de Gerard, besándolo sin respirar para impedirle hablar más, Frank sabía perfectamente como desarmar a su amante, primero lo besaría con violencia, mientras su mano se apoderaba de su entrepierna, alejaría su boca para que Gerard pudiera gemir al sentir sus caricias, se deslizaría por su cuerpo repasando con sus labios esa piel tan conocida, besaría esos lugares más sensibles, y terminaría su viaje sobre el ahora endurecido miembro de Gerard.

No se puede negar el placer inmenso que Gerard sentía cada vez que los complaciente labios de Frank jugaban húmedos, inquietos sobre su pelvis, Gerard no podía evitar los violentos espasmos producidos por el placer de sentir la punta de su pene rozar con el fondo de la boca de Frank, la avidez en cada succión, el frenético movimiento de la lengua del guitarrista envolviéndose, subiendo, bajando, serpenteando sobre su pene, la entrega completa de hacer todo lo necesario para que Gerard se viniera con violencia dentro de su boca, y para finalizar con el placer, Frank levantaba su rostro lo suficiente para ofrecerle a Gerard el espectáculo fetichista de tragarse con gusto su semen.

La respiración agitada de Gerard, el intenso rosa de sus mejillas y ese gesto de sentirse invadido por el éxtasis eran el mejor pago para Frank, se acercó besando suavemente la frente de Gerard antes de entrar al baño. Way se acomodó de nuevo en la cama, ahora con seguridad sí podría dormir, sus oídos solo escuchaban los ruidos que Frank producía al cepillarse los dientes, sus parpados comenzaron a cerrarse, pero en el instante justo antes de que el sueño se apoderara de él, el pensamiento de que Frank se aseaba solo para encontrarse con Noe alejó cualquier posibilidad de descansar.

- No me respondiste –

- ¿Qué cosa Gerard? – Frank salió del baño, sentándose en el borde de la cama

- ¿Por qué te importa la vida sexual de Noe? –

Iero se levantó de la cama, resoplando molesto al ver que Gerard no quería dejar el tema

- Está bien, está bien… - El rostro de Frank se tornó serio, algo molesto y continuó hablando con ironía - Me gusta, ¡Oh! Gerard no sabes cuánto, cada segundo me imagino que lo tengo desnudo en mi cama y lo penetro con tanta fuerza que lo hago sangrar – Se inclinó sobre Gerard, gritando cerca de su rostro - ¡Ya! ¿estás feliz? Es eso lo que querías oír, ahí está, ya te lo dije… ¡¿Me vas a dejar en paz ahora?! –

Frank caminó hasta la puerta de salida, intentando bajar el ritmo agitado de su respiración

- Lo haces sonar como si fuera una ironía, pero yo sé Frank, yo sé que eso que dijiste es lo que quieres en verdad, es lo que sientes…-

- Déjame en paz – Frank sonaba en calma – Tu y yo ya estamos muy viejos, Gerard ya hemos pasado por mucho, estás casado con una mujer maravillosa y yo también… y si ellas no pudieron separarnos no lo va a lograr un chico que no tiene tanto mundo… - Sin el más mínimo ápice de vergüenza, Frank miró con frialdad a Gerard desde la puerta – Voy a hacer con Noe lo que se me dé la gana y durante el tiempo que me plazca, y si lo que tenemos no puede soportarlo, entonces es porque no es tan fuerte o tan eterno el amor que juramos sentir –

Gerard guardó silencio, un amargo silencio, las cartas estaban sobre la mesa, era tiempo de que Gerard hiciera su jugada, y a pesar de la rabia y la frustración que sentía, no le daría a Frank el gusto de mostrarle la vulnerabilidad de su ser, Gerard pelearía con las misma armas que desfundó Frank

- Bien, si lo planteas de esa forma… - Se levantó de la cama, acercándose hasta Iero, acomodando su mano sobre la mano con que Frank sostenía el picaporte – Te dejaré en paz, eres libre de hacer lo que quieras, no te voy a reclamar, nada va a cambiar entre nosotros –

Frank respiró aliviado, recostando su frente sobre el hombro de Gerard

- Qué bien que lo entendiste –

Con la punta de sus dedos Gerard levantó suavemente el rostro de Frank obligándolo a encararlo para así captar por completo su reacción ante lo que pensaba decirle

- Y ahora, está claro que Noe no te importa tanto, es decir, solo quieres meterte en su cama… -

Frank entrecerró un poco sus ojos, asintiendo precavidamente con su cabeza

- Bien, supongo que no te molesta en lo absoluto que yo quiera hacer lo mismo –

La piel de Gerard sintió la súbita caída de la temperatura corporal de su amante, los parpados de Frank se tensionaron al abrirse por completo, y en su labios el temblor no pudo ser disimulado, pero una cosa era lo que Gerard captaba de la expresión de Frank, otra lo que las palabras del mismo intentaron ocultar

- Me da igual, eres libre de hacer lo que quieras y con quién quieras -.


El piso 14 del hotel se encontraba casi desierto, la única persona que se veía deambular por el pasillo era Noel Duncan, quién no había podido dormir, a la media noche se despertó asustado por una de sus recurrentes pesadillas apocalípticas, pero está vez había sido diferente el fuego que lo consumía era generado por Frank Iero, quién en su sueño gozaba plenamente ante su dolor.

Salió de su habitación, inconscientemente se plantó frente a la puerta de la habitación de Frank y golpeó, por más de 10 minutos golpeó sin obtener respuesta, pensó que tal vez Frank estaba en el bar, así que empezó a caminar por el pasillo esperando que Iero regresara, caminó de un extremo al otro, caminó durante toda la noche, hasta que el amanecer le informó cuanto tiempo había pasado caminando, y se detuvo frente a la puerta de Frank, estaba adormecido con su frente recostada sobre la pared y su mano sobre el picaporte, escuchó gritos provenir de la habitación de Gerard Way y se acercó, no pudo entender las palabras pero algo era seguro, quién gritaba era Frank.

Se quedó de pie en medio del pasillo al sentir abrirse la puerta del cuarto de Way, Frank se sorprendió al verlo allí, cerró la puerta y caminó lentamente hacía Noe, lo tomó fuertemente del brazo, halándolo hasta la puerta de su habitación, metió la llave en la cerradura, empujó un poco la puerta de madera y miró fríamente a Noe

- Estoy enojado, rabiando y completamente excitado, si entras a mi habitación ahora es muy probable que desahogue todas esas emociones en tu cuerpo – Apoyando la palma de la mano sobre la puerta, Frank la abrió por completo, ingresando dentro, giró y miró a Noe de nuevo – Si entras, es bajo tu propio riesgo –

Noel Duncan sintió que su cuerpo colapsaría en cualquier instante, y aun así cerró con seguro la puerta una vez dentro de la habitación de Frank.

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