martes, 8 de mayo de 2012

Aviéntame.

Aviéntame

Autor: Melody.
Clasificación: G
Género: Drama.




De los problemas no se puede escapar, no se miente a sí mismo, mucho menos se arriesga lo valuado. Así que a las personas amadas, no se alejan, menos se avientan.


Estaban ahí, en la sala de su “nido de amor” discutiendo de algo sobrevalorado en el corazón de ambos. Estuvieron destrozándose hasta el final. Con crueles palabras, con frías miradas, sin tacto, sin un beso ni una caricia para poder caer de nuevo.





-Abrázame, Gee… -gimió.- muérdeme…



Memorizaba el como fue abrazado esa noche, como fue mordido.



-¿Por qué no te llevas contigo mis heridas? -estrujaba la chaqueta del otro entre sus manos por la frustración.-

Rememoraba el haber sido abandonado.



-Me avientas, luego me dejas ¿Y yo sólo puedo contemplar como es que te vas? –le preguntó lleno de sarcasmo.-

El pasatiempo, el sexo gratis, las palabras bonitas para engatusar y hacer creer el compromiso que nunca existió. Eso le hizo pensar.



-Estoy en espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mí.

Recordaba ese momento. Todavía deseando lo indeseable.


-Estás yéndote, ¿y qué podrías decirme ahora? –le cuestionó.- dí algo al menos por tu egoísmo, pero tú no tienes tacto para hablar, así que despídete, al fin -resopló entre bufando.- ya no estarás –le desvió la mirada.- siquiera se piadoso y ten conmigo esa bondad. 


El mayor le miró como la persona más incrédula del mundo.



-Te extrañaré, no te mentiré…

Alcanzó a mencionarle antes de que el mayor saliera de esa casa.



-Duele tu ausencia, me duele que no estés…

Se dijo en la soledad de su habitación, encerrado en el sentimiento de la negación.



-Y tú te vas…

Se repitió ahí, esperando, sólo eso. Esperando.







-Regresa y amárame para que me quede, Frank –pensó después de decirle toda esa zanganería de cosas al irse de su casa. Su antigua casa.- muérdeme si quieres, pero no me dejes estas heridas tampoco, llévatelas para que no me pesé aún más el dejarte cuando no quiero.

Llegó el pensamiento a su cabeza un poco tarde.



-Murmúrame esas lindas cosas y ládrame que me amas... –seguía con sus ilusiones. Desde es fondo quería retornar el tiempo.- grítalo hasta que ya no pueda escuchar nada.

Más, y más pensaba el por qué de los hechos, el por qué de la maldita vida que tendría ahora separado de su bien más preciado.



-Sólo ve como me quedo aquí esperando a que no estés...

Estaba sentado en el cómodo sofá al lado de la cama donde placidamente dormía una mujer. Una mujer, y no él, con el que debía estar.



-Estoy en espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mí.

Todo por lo idiota que fue. Por la mentira que le echo y como le dejaba escapar entre sus manos por sus injustas acciones. Se arrepentía.







Estoy en espera de que vuelvas y tal vez vuelvas por mí.






Y nada se logró otra vez.
FIN

1 comentario: