sábado, 30 de junio de 2012

Flor nocturna; Capítulo: #10

Capítulo: #10

Desperté. No quice abrir los ojos. Pero aún así sentí molestos e inoportunos rayos de sol en mi cara. Agudicé mi sentidos. Y me encontré con la sorpresa de que tus brazos reposaban rodeando mi cintura. Tu cuerpo aferrado a mi espalda. Tu aroma impregnado en el ambiente.
Abrí mis ojos. Me di vuelta en la cama, delicadamente. No despertaste. Ahí estabas aferrado a mí. Con tus ojos cerrados. Con la respiración en calma. Suspiré. Que malditamente enamorado estaba, y sigo estando.
Desee congelar el momento. Retenerte en mi brazos. Dejarte dormir por horas. Tenerte para mí.
El mundo jamás volería a ser lo mismo para mí. Y menos ahora. Que había probado del dulce sabor de tus labios. De haberme deleitado con el dulce sabor que jamás sería mio, y que nunca tendría el gusto de volver a probar.
Roce con mis dedos tus labios.
Recordando como yo te había besado. Y como después tu habrías tomado la iniciativa.
Volvi a suspirar.
Mordí mi labio. Como detestaba esa manía que tenía. Me daba a entender de inmediato que estaba nerviso. Y lo estaba. Mucho.
Miré la habitación.
Tantas veces deseé tenerte entre estas cuatro paredes. Y ahora estabas ahí a mi lado.
Pero no como yo quería. Porque en mi sueños me amabas, pero ahora había un cheque de por medio.
Mordí con mayor intensidad mi labio inferior al sentir como se cristalizaban mis ojos.
Volví a acariciar tu rostro.
Toqué tus brazos. Eras un ser de la noche. Y yo era otro más en tu lista de quienes despiertan a tu lado. Era otro más. Otro más que besaba tus labios.
Recordé la noche anterior. Cuando dijiste que nadie te había dicho un "te amo", cuando dijiste que mis ojos son hermosos. Quizás cuantos habían escuchado esa frases de ti. Quizás a cuantos idiotas más habías convencido con hermosas palabras, y más hermosas aún de tus labios.
Me sentí engañado, tan iluso, tan tonto, tan enamorado.
Quería salir de mi apartamento , gritar a más no poder. Decirle a todo el mundo que mi había enamorado de alguien incapaz de amarme. Dejarme aplastarta por los autos de la maldita avenida en la cual te habías subido a mi auto en la noche.
Pero no lo hice. Me quedé ahí, para seguir sintiendote. Para mirar el reloj. Y esperar a que despiertes. Que tomes mi cheque. Que abras la puerta de mi apartemento y salgas, y así salir de mi vida para siempre.
Y dejarme sin nada. Porque ya estaba hecho completamente de ilusiones. Ilusiones con respecto a tu persona.
Tenía más dinero que cualquier otra persona en todo la ciudad. Tanto como para comerlo, para lansarlo por la ventana, para empapelar las paredes de cada una de las habitaciones del edificio en que vivía.
Pero no, yo te quería a ti, te necesitaba.
Y recordé como en la noche había bajado en el asecensor del edificio de la empresa de la cual era dueño. Y recordé mi reflejo en aquellos espejos. Mi horrible reflejo. Mi piel desgastada. Mi labios secos. Mis ojeras oscuras y profundas. Y cada facción de mi rostro. Como me odiaba. Me odiaba tanto tanto. Me veía tan aborrecible.
Y había tenido el descaro de pagar por tu compañia justo esa ncohe, justo después de ver mi detestable figura en el maldito espejo. Y aun más, haber tenido el descaro de pensar que te quedarías conmigo. Hasta llegar al punto de decirte que te robaría el corazón como tu lo hiciste conmigo.
Sí. Definitivamente me odiaba.
Y volvía mi reflejo. Agh! Como odiaba ese maldito asensor. Pero aun así con todo el dinero en mi bolsillos nunca había pedido que quitaran los malditos espejos. No! Porque quería recordarme por la eternidad de los días el hehco de haberme convertido en un moustro. Que mi apariencia empeoraba cada día más. Y que me había vuelto tan frío como el hielo.
Y quien yo era antes se había desvanecido.
Miré tu rostro.
Tú eras todo lo contrario. Vivías de que la gente se aprovechara de ti. Que te tocaran sin piedad. Y aún así, aún así. Parecías intacto. Hermoso. Perfecto. Tan calmo. Tan sereno. Tan... Eramos polos opuestos completamente opuestos. Y es que frente a mis ojos tenía al ser más hermoso. Y yo...
Y yo... solo quería retenerte en mi brazos.
Pero tan solo recordar me bastaba para querer matarme a golpes.
Había sido tan torpe. Había llorado innumerables veces. Había dejado que me abrazaras par ver si mi llanto cesaba. Te había dicho que te amaba. Que no quería que te fueras.
Sentí tanta vergüenza del tan solo pensar de como te habías reido en tu interior de mí.
Agh! Si tan solo pudiece devolver el tiempo... pero aun así llegaría todo al mismo punto.
Al punto de verte salir por aquella puerta. Y no volver más.
Sentí como te moviste.
Tus brazos dejaron de rodear mis cintura.
Aparte mis manos de tu rostro.
Tus parpados comenzarón a moverse.
Habías despertado.
Maldición.
El tiempo acabó.
Tus hermosos ojos abiertos.
Entonces tu mirada fue directo a encontrarce con la mia.
"Buenos días"
"Buenos días" - repondí, tratando de que no notarás mi estado de animo. Buenos días, ja! ¿y qué podrían tener de buenos'
"Emmm"- pero las palabras no vinieron a mi boca.
"Bueno me tengo que ir. Eh... ¿Puedo usar tu baño? claro si no moles.."
"Sí, claro. Usalo".
Entraste en él. Y al intaste sentí las gotas caer.
Me senté en la cama.
Estabas por irte.
Tube demasiadas ganas de llorar. Entrar al baño y suplicarte que no te vayas.
Miré la puerta del baño.
Busqué mi billetera.
Rápidamente en mi manos ya tenía un cheque. Con mi tan reconocida firma y con la cifra acordada.
Eso era todo.
Ese cheque. Después de todo, los roces, la caricias, los besos y la palabras eran ese cheque.
Sentí como los gotas dejaron de sonar. 2 minutos después abriste la puerta.
Tu cabello goteaba. Me miraste. Y al instante tus ojos miraron mis manos. ¿O el cheque? ¿eso era lo que querías cierto?
No dije nada. Me levante de la cama. Salí de la habitación. Sentí tus pasos tras de mí. Fui directo a la puerta de salida.
Eso era todo.
"Bien Frank, adiós. Aquí tienes tu cheque".
Mi miraste esperando a que dijiera algo más.
Pero de mi ya nada podía salir. Sabías que te amaba. Sabías que al momento de cerrar la puerta estallaría en llanto.
Miraste el cheque lo tomaste.
Me miraste por última vez antes de salir. Te ví. Caminaste por el pasillo.
Apretaste el botón del asensor.
Cerré la puerta.
Apoyé mi espalda en ella y me deje caer lentamente al piso. Ahi estaba, solo otra vez.
Completamente solo.
Las lagrimas tocarón mis mejillas.
Te había dejado ir.
Había dejado ir al único ser que había sido capaz de amar. Y en ese momento imaginé como subías al asensor y bajabas hasta el primer primero.
El asensor. Aún estabas en el asensor.
Me pare lo más rápido que pude. Abrí la puerta.
Ni siquiera me preocupe de cerrar la puerta.
Nunca fui impulsivo. Pero esta vez todo era tan distinto.
Corrí por el pasillo y baje las escaleras lo más rápido que pude.
Llegué al primer piso.
Ahí estabas, caminando hacia la salida. Corrí hasta ti.
"Frank" grité.
Tú volteaste.
Te abrace con todas mis fuerzas y extrañamente tú hiciste lo mismo.
"No te vayas, no te vayas..." y mis palabras se repitieron inumerable veces.
Y sin mirarte, sintí como sonreiste.
"¿Sabes? no se que pasa, tampoco me interesa saber lo que es esto" dijiste
"¿Esto? ¿Qué cosa?" pregunté con los ojos completamente inundados.
"Que cumpliste tu promesa"
"¿Mi promesa?"
"De robarme el corazón".
Me separe de ti. Sonreias, con esa hemrosa sonrisa que solo tú puedes dar.
"Vamos , antes de que el asensor se vaya"- fue lo único que pude decir.
Me abrasaste tú esta vez. Y mis oidos se llenaron de "te amo" Y esta vez eran reales, no los estaba soñando. Y provenían de tu boca.
"Te amo", nunca me cansaré de escucharlo.

Todo lo que sucede de noche parece más especial que lo que sucede de día. Y soy la persona correcta para decirlo.
Mi vida cambió una noche. Una noche vi por primera vez al hombre del cual me enamoré. Una noche hablé por primera vez con él. Una noche besé por primera vez en mi vida. Una noche tube entre mis brazos al ser más hermoso de este mundo. Una noche dormí entre su brazos. Y esa misma noche logré que la flor nocturna más hermosa que haya florecido en la avenida se enamorará de mi.
Todo lo que sucede de noche parece ser más especial, por que una noche te conocí.

FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario