sábado, 30 de junio de 2012

Flor nocturna; Capítulo: #4

Capítulo: #4

¿Y cómo emplicar lo que sentía en ese momento? Miles de pensamientos, mis manos sudando, mi corazón a mil por hora, y mi pie dejando de presionar el aseledador para determe frente a tí.
Te miré, lo notaste. Sentí como la vida se me iba, creí que me iba a desvanecer. Entonces estabas tan cerca, no se que te iba a decir. Tampoco estaba seguro de que quería.
Baje el vidrio.
Sí; estaba enamorado. Y ahora que te veía de cerca podía notar que eras aun más bello de lo que creía.
Tus ojos... eran ... no sé de color eran, pero me vista se fijaron en ellos.
Tus brazos se apoyaron en el marco de la puerta... estabas lo suficiente cerca como para sentir tu aroma. Simplemente delicioso.
Me sentí como un niño, disminuido ante ti.
"Hola guapo... y ¿qué deseas esta noche?" - dijiste mirando directamente a mi ojos.
Tu voz, tal como la imaginé.
Pero había un gran problema. Yo no podía hablar... estaba congelado.
"Ehmm quiero saber.. ¿cuanto cobras por toda la noche?" - no podía creer que había pronunciado aquellas palabras, era más que obvio que mi rostro estaba completamente rojo.
Mis pensamientos volvieron a nacer.
"Dos mil dólares" - respondiste.
¡Dos mil dólares! era mucho. Aunque yo tenía el dinero... y si lo pensaba; por el daría mi vida.
Ess.. esta bien.. sube - dije quitando el seguro de las puertas.
Es rodeaste el auto, abriste la puerta y te sentaste junto a mi.
Todo lo que era hace 5 minutos se había esfumado... y parece que no pretendía volver.
Sentí el frío recorrer mi espada. Me sentía como un adolescente, tan inseguro e inmaduro.
Rogué porque no me hablaras, no tenía palabras para comunicarme contigo.
Manejé lo más rápido que pude. En minutos estabamos frente a la puerta de mi departamente.
Ninguno de los dos había dicho nada.
Así estaba bien, a veces lo más adecuado es el silencio.
"Aquí es" - dije al fin abriendo la puerta.
Mi voz había vuelto.
Entraste tras de mí.
Y como debí suponer, pero en ese momento no lo hice, te acercaste a mi.
Besaste mi cuello y tratando a la vez de desabrochar mi camisa.
"¿Dónde esta tu habitación?" - preguntaste.
La apunte y me llevaste a ella.
No era lo que quería. No quería arruinar este momento. No quería tocarte de esa manera, no si antes llegar a tu corazón. No quería ser como cualquier cliente y saciar mi sed. Ya que mi sed era distinta.
"¡No! detente" - me miró al desconcertado - "Yo no.. yo no quiero tener sexo contigo."
"¿Entonces porque me trajiste aquí? ¡No creas que no me pagaras los 2 mil dólares!" - istealterado.
"No... yo... te pagaré, te traje porqué quiero... estar contigo."
Eso había sonado extraño, incluso para mi
"Sente aquí "- dije apuntando la cama, obedeciste.
Me senté junto a tí.
Hace unos minutos deseaba silencia y ahora solo quería romperlo. Estaba confundido.
Entonces mi mano se deslizó por la cama, rocé la tuya, para luego tomarla y entrelasar nuestros dedos.
Me sonrojé al primer contacto con tus dedos. Bajé de inmediato mi rostro para que no vierás la evidente vergüenza que me invadia.
Pero no resultó, me miraste y sonreiste.
Así estuvimos minutos.
"¿Puedo abrazarte?" - las palabras escaparon.
Respondiste desmotrandome un "sí" moviendo tu cabeza. Te acercaste, esperaste.
Mi brazos rodearon tu cuello, mi cabeza se posó en tu hombre.
Tu brazos rodearon a su vez mi cuerpo. Unas de tus manos se ubicó en mi cabeza para peinar mi cabellos.
¿Cómo te llamos? - pregunté sin separarme de tí.
"Frank" - desde hoy Frank es mi nombre favorito - "¿y tú?"
"Gerard."
Silencio otra vez.
Tu piel... suave. Y ahora podía sentir su aroma a la perfección.
No te me muevas quiero, conservar este instante así.
Podía sentir tu respiración, y tu pecho moviendose al copás de esta.
Tus dedos seguían revoloteando en mi cabello, con mucha lentitud.
No lo pude evitar, un suspiro de niño enamorado salió de mis labios.
Tus dedos se detubieron.
"Parece que te gusta que te mimen"
"Sí, no pares"
Tus dedos continueron acarisiando mi cabellos.
Mi pensamientos retrocediaron minutos atrás. Cuadno tus labios se encontraban en mi cuello.
Sentí como nuevamente mis mejillas tomaban color rojo.
Me aferré más a tu cuerpo. Necesitaba sentirte cerca.
Me separe un poco de tí, para poder mirarte con detención.
Mi dedos tocaron tu rostro, ante tu mirada curiosa.
"Puedo besarte" - pregunté ´rápidamente para no arrepentirme.
"No necesitas preguntar"
Comensaste a acercar tu rostro al mio.
Nuestros labios se rosaron, hasta unirse en un tierno y dulce beso.
Nos separamos, tus ojos se fijaron en lo mios.
Me aferre a tu cuerpo, y escondi mi rostro en tu cuello.
No quería que vieces mi expresión.
" No lo puedo creer"
"¿Qué cosa?" - pregutaste rodandome con tus brazos.
"Que acabo de besar al ser más hermosos de este mundo.
Soltate un risita encantadora. Me separaste de tí.
"Eres muy dulce"
Entonces se acercaste a mi... sí, no besamos otra vez. Esta vez fue más prolongado.
Tus labios tenían un sabor completamente nuevo para mí, irresistible.
Necesitabamos aire, nuevamente nos separamos. Me miraste fijamente, esta vez mi mirada te correpondió.
"Quiero ser distinto a tus dmeás clientes"
Me miraste con atención.
"Cuando te vayas mañana no quiero que me borres de tus recuerdos. Yo... quiero ser especial. Como tú lo eres para mí. He esperado este momento mucho tiempo. Desde que te ví hace 6 meses. Yo ... agh! se me hace tan difícil hablar contigo, expresarte esto."
"¿Qué es esto?"
"Que me enamoré de un completo extraño, que ahora que le tengo frente a mi se que no es obsesión si no algo real. Promete que seré distinto a aquellos que toman tu cuerpo por desee de él. Porque creeme que al tocarte solo lo hago para llegar a lo más profundo de tu ser. Mi corazón ya te pertenece, y te juro que haré lo posible por obtener el tuyo. Pero antes necesito que me prometas que soy ditinto a ellos."
"Eres distinto".

No hay comentarios:

Publicar un comentario