sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Introducción.

Revenge Seekers II: Payback time.

Toda vida tiene un punto de partida, no lo es el simple hecho de nacer. 


La vida comienza cuando descubrimos quienes somos, o cuál es el lugar en que quiere permanecer nuestro corazón.

La vida de Frank Iero tiene tres comienzos, aquél nefasto día en que tuvo que enterrar a su padre cuando apenas tenía 16 años, obligándose a sí mismo a convertirse en un hombre a la fuerza. El segundo, fue el día en que en un motel de cuarta comprendió finalmente que Gerard Way era el aire que él respiraba, y el tercero, y peor de todos sus comienzos, fue cuando su corazón se cubrió de amargura al notar que el corazón de Gerard no latía más.

El músculo que bombea la sangre al cuerpo, se encuentra en perfecto estado empotrado en la cavidad torácica de Frank Iero, pero su corazón está enterrado en el cementerio, en la horrible fosa común donde el cuerpo de los N.N es arrojado sin consideración alguna.

Nadie pudo advertir que la vida de Frank Iero tendría su cuarto comienzo, en un día tan corriente, bajo un sol, como cualquier otro.



Profundo y desgarrador dolor, abrumándome, el simple hecho de pensar que jamás, jamás, jamás volveré a sentir la suave textura de tu piel, el dolor que no me abandona, que se fortalece en momentos como este cuando más que respirar, solo deseo luchar de nuevo con la humedad de tus labios, y saber que nunca más, nunca jamás, nunca volveré escucharte gemir mi nombre cuando en cualquier rincón de nuestro universo, con mi alma, te hacía el amor.

Los maderos hechos carbón humeaban los restos del fuego en que se consumieron, Frank Iero miró por última vez la misión de nuestra señora de los lamentos, que ahora no era más que escombros y cenizas, retiró el seguro de su 38 y apuntó a la cabeza del sacerdote que se arrastraba a sus pies.

- Y esto, es por entregar a la policía a quienes venían buscando refugio en la casa de Dios –

El sonido del disparo retumbó en el aire, fue lo último que se escucho antes que los autos se pusieran en marcha, Matt Cortez el guardaespaldas y mano de derecha de Frank iba manejando el auto en que Mikey Way y Frank Iero dejaban la escena, rompió el silencio impotente de guardar dentro de sí una duda que había nacido un par de horas atrás

- ¿Por qué lloraste durante esta “limpieza”, Frank? –

- Porque el pasado me duele, porque el pasado me pesa –

Cortez guardó silencio mirando siempre hacía adelante, sin descuidar el retrovisor, sin perder el control de todo lo que le rodeaba, había aprendido a tener ojos y oídos en la espalda, no había nada, ni nadie que el “indispensable Cortez” dejara pasar por alto.

- Es que en esa misión fue donde Frank y mi hermano se declararon su amor eterno por primera vez… en esa misión fue donde comprendí que mi vida valía menos para Gerard que la de Frank… -

- Mikey… - Interrumpió Iero con un profundo tono condescendiente

- No, no, está bien, ya todo está bien, imposible que después de diez años no comprendiera… no te molestes, fue solo un decir –

- ¿A casa verdad? – Preguntó Cortez cambiando la velocidad

- A casa – Respondió parcamente Frank, mirando de reojo a quien manejaba el auto – Necesito relajarme –

- Bien, podremos jugar cartas – Agregó el primero, sonriendo fugazmente.

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