sábado, 23 de junio de 2012

Revenge seekers II; Capítulo: #1

Capítulo: #1

En la boca del tigre.

New Jersey es un lugar peligroso para crecer, aquí tienes tres opciones, ser más fuerte que tus enemigos, pasar desapercibido, o morir.

El taxi se detuvo a una cuadra de la mansión, el conductor en medio de su nerviosismo recibió el dinero y arrancó con gran velocidad dejando al pasajero de pie en medio de la calle, no fue extraño que el taxista decidiera salir de allí tan pronto como le fuera posible, era sabido por los habitantes de New Jersey que la casa 1348 era el hogar de la más poderosa familia de narcotraficantes de la costa este de los Estados Unidos.

El joven de 17 años caminó lentamente hasta la enorme reja de hierro forjado, palideció un poco al presionar el botón del timbre, sus manos sudaban, su cuerpo estaba a punto de colapsar, pero su espíritu estaba fortalecido, no habría poder humano que lo hiciera cambiar de opinión

- ¿Diga? –

Una fuerte voz de mujer se escuchó por el altavoz, El joven se inclinó, acercando su boca al speaker

- Busco a Frank Iero –

- ¿Quién lo busca? –

- Soy Jordan Miller, el señor Iero no me conoce, pero tengo una propuesta para él –

Un largo silencio prosiguió a las palabras de Jordan, el joven hasta pensó en irse y buscar proximidad con Frank de otra forma, pero el sonido de la reja al abrirse le impidió abortar el plan.

Un hombre corpulento de mediana edad salió a su encuentro, lo miró fríamente, ordenándole poner las manos sobre la reja, Jordan obedeció, aferrándose con sus dedos al frío metal, esperando paciente a que el hombre lo requisara por completo, y pasara tres veces el detector manual de metal por su cuerpo

- ¿Qué busca con el Señor? –

- Es un asunto que solo le compete a él –

- Mire jovencito, si no me lo dice a mí, no podre dejarlo pasar –

Jordan resopló molesto, pero sabía que algo así podría ocurrir, Frank Iero no era cualquier persona, es lógico que se preocupara por su seguridad

- Le tengo información sobre una pandilla en Paterson que quiere interceptar uno de sus embarques –

El hombre miró de arriba abajo al joven, estaba muy bien vestido, parecía de buena familia y eso lo encontró sospechoso

- ¿Y cómo sabes de esa pandilla, eras de ellos y vienes a traicionarlos? –

- No señor… ¿cuál es su nombre? –

- Aquí quien hace las preguntas soy yo –

- Si, disculpe, verá mi novia fue agredida por ellos, hace una semana, yo sé lo que traman, porque mi tío tiene un negocio clandestino de armas, y ellos estuvieron comprando ayer, y los oí, y simplemente quiero dañarles la fiesta, porque, seamos honestos – Jordan retrocedió un par de pasos, abriendo los brazos para enfatizar en su cuerpo delgado – Yo no sería capaz de enfrentármeles cuerpo a cuerpo, me matarían con solo parpadear, lo que busco es venganza –

Guardó silencio, observando el rostro del hombre que parecía meditar el asunto, pasó la palma de sus manos sobre su pantalón para secar el sudor, tratando de controlar su respiración, estaba nervioso, ansioso y todo se acrecentó aun más cuando el tipo asintió con su cabeza

- Está bien, sígame –

Jordan caminaba en silencio detrás del hombre, observando con sumo cuidado el entorno que le rodeaba, para llegar a la enorme casa debía primero atravesar un jardín en el que los claveles florecidos se beneficiaban de la humilde sombra suministrada por los arboles de jazmín de noche sembrados indiscriminadamente por todo el terreno; Levantó la vista para encontrarse con cuatro hombres armados apostados sobre la terraza, en cada esquina de la casa, y frente a él, en el enorme portal un par de hombres más los esperaban, de nuevo lo requisaron meticulosamente antes de abrirle la puerta principal.

- Espere aquí, el señor bajará en un momento –

El hombre lo dejó solo en medio del recibidor, Jordan se quedó observando las pretenciosas pinturas y esculturas que se amontonaban en la estancia, cada una parecía decir “el dueño de casa tiene mucho dinero y le gusta alardear sobre ello”

Llevaba apenas un minuto en la casa de Frank y su estomago estaba a punto de colapsar, sentía nauseas, quería salir de allí corriendo, y temía el no poderse controlar cuando viera frente a él al asesino de su padre, en ese espacio de tiempo que le quedaba, optó por controlar su ánimo, llenándose una y otra vez del odio y el deseo de venganza, ese que le haría llevar a cabo el plan perfecto, destruir a Iero asesinando todo aquello que él amaba y después terminar con su vida.

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