viernes, 13 de julio de 2012

But it's better if you do; Capítulo: #1

Capítulo: #1

¿Simple curiosidad?

~ Y ahí estaba yo con mi miserable vida, solo en ese lugar al que recurría con mucha frecuencia cuando me sentía mal.
Vale destacar que mis visitas a aquel muelle se habían vuelto más frecuentes que nunca… No sabía por qué exactamente, pero el vacío en mi pecho hacia necesario ir a ese lugar que tanto me relajaba.
Hacía ya un mes medio que iba de forma permanente. Ya no era tan solitario como al principio, poco más de tres semanas atrás, un chico, se sentaba en la esquina opuesta a la que me sentaba yo con su mochila y sus permanentes ganas de llorar.
No sé por qué pero no me hacía bien ver a ese chico así… Es que, aunque les parezca mentira, ese chico con el que ni siquiera había cruzado una palabra era lo más parecido a mi que había visto jamás.
No existía más contacto entre nosotros que alguna mirada perdida y, por supuesto, no correspondida por el otro.

Mi vida, si era correcto así llamarla, no era del todo mala, resulté ser una persona demasiado cerrada, o eso decían mis padres. A mi entender no tenían razón en eso; tenía mi grupo de amigos y una mejor amiga: Jamia.
Siempre me pregunté por que mis padres se empeñaban en mantener esa postura conservadora ridícula en la que los padres escogían a la respectiva mujer, o al respectivo hombre con el que debías casarte; pero después de todo, no sería tan malo, al menos habían elegido a Jamia para que compartiera el resto de mi vida.
Muchas veces había hablado sobre el tema con ella, y nos sentíamos de igual forma, nos queríamos pero considerábamos que no éramos hechos para pasar el resto de nuestros días formando una familia que en realidad sería una obra de teatro.

Mis padres y los de ella ya empezaban a especular sobre nuestra boda…
Ninguno de los dos había sido consultado en nada, la única manera de enterarnos era en las ridículas reuniones de los domingos.
Diecisiete años y virgen…” El comentario por excelencia en el café de las cuatro, cada domingo entre mi padre y mi tío.
¿Sorprendente? Sí, todos lo calificaban así, mis amigos ya habían debutado en un cabaret que se encontraba en los suburbios de la ciudad, no demasiado lejos de mi casa.
¿Situación traumática? Para nada, yo prefería esperar que hacerlo con una persona desconocida y encima pagar por ello.
Durante mis solitarias tardes en el muelle había estado reflexionando sobre el tema…
Planificaban mi matrimonio para dentro de diez meses, iba a tener que convivir con mi mejor amiga sabiendo que, debíamos simular amor cuando ella hacía dos años soñaba con poder tener algún día la oportunidad de estar con Jack, el hermano de su mejor amiga Sam; saber que, a pesar de quererla como a pocas personas, nunca podría amarla y debería soportar la presión de nuestras familias que exigirían nietos a la brevedad.

Virgen, destinado a ir en contra de sus principios y hacerlo por primera vez con su mejor amiga; traducción: Patético.

Ya fuera para hacer pasar el tiempo, ver el sol ponerse, o simplemente escapar un poco de mi vida; el hecho es que las frecuentes idas al muelle hacían que la intriga con respecto a la naturaleza y la problemática del chico de la mochila despertaran. Eso no era normal.
¿Por qué me preocupaba por él? Después de todo no sabía ni su nombre, ¿Por qué “Frankie el antisocial” se preocupaba? No encontré respuesta. ¿Por qué sigo pensando en esto? Demasiado por hoy.
Decidí dejar de sentarme allá como siempre y caminar un poco por el lugar que con tanta frecuencia iba, pero tan poco conocía. La verdad es que nunca me había detenido a observar la belleza de ese lugar, es decir, iba ahí y mucho pero siempre me encerraba en el patetismo de mi vida y no veía nada más que mis pensamientos.
Caminé serenamente por las calles de aquel fantástico lugar. No puedo decir con exactitud cuánto tiempo estuve dando vueltas, pero había algo de lo que realmente estaba seguro, ese lugar era mi lugar.

Me decidí a volver o los insoportables de mis padres comenzarían con el interrogatorio, emprendí mi retorno. Pasé por el muelle, después de todo quedaba camino a casa, y lo ví, ahí estaba, parándose para irse.
Miré mi reloj 7:45 p.m. “La hora de siempre” pensé.
Esperen… ¿Cómo yo sabía a que hora él se iba siempre?.
Sin darme cuenta me había quedado ahí, petrificado pensando y en un parpadeo estaba ahí, frente a mi, sonriendo cordialmente y pronunciando “Te extrañé hoy” mientras seguía su camino.

Otra vez, parado como un estúpido pensando...

“De seguro escuchaste mal, Frank.”

¿Será que a él también le preocupo?

“Mierda, seguí caminando Frank o te vas a tener que aguantar todo el sermón.”

1 comentario: