domingo, 12 de agosto de 2012

Think happy thoughts; Capítulo: #1

Capítulo: #1

Otra tarde fría de invierno y contaba solo con la compañía de la vacía taza de café. Miraba por la ventana como las nubes de colores grises se acercaban, y dejan totalmente cubierto el cielo. Ni un rayo de luz.
Ya había terminado de hacer el aseo (que muy rara vez hacía) de la casa. Había dibujado un rato, pero nada llenaba el vacío que tenía. Estaba solo. Bueno, tenía a mi hermano Michael y a mi madre, pero ambos lejos de aquí. Yo nunca fue feliz, solo tenía la vaga "Idea de los pensamientos felices". Pero nada concreto...Nada real.

— ¡Gerard! -era Bob, que venía a visitarme
— Hola, Bob -lo invité a pasar
— ¿Estás solo? -preguntó al ver la casa ordenada. Era extraño verla así. La limpiaba solo cuando habían visitas o cosas así.
— Sabes, que nadie más que tú pisa esta casa, desde hace un buen tiempo -le ofrecí un café el cual rechazó
— Por un momento pensé que estabas con alguien, por lo limpio que tienes -rió- En serio creo que debes conocer gente -hurgó entre todo mi refrigerador para encontrar una lata de cerveza
— ¿Para qué, Bob? Estoy bien así. Solo. Es lo que me toca, supongo -me paré frente al gran ventanal
— No. No es lo que te toca. Es lo que tu mismo te impusiste. -se paró a mi lado
— Vamos, Bob -reí- me conoces desde que eramos pequeños, respóndeme con sinceridad ¿He tenido algun otro amigo que no seas tú?
— Eh...Sí -respondió seguro- ¿Sirve Tobi?
— ¿Tobi? ¿Como se te ocurre? -reí- Claro que no sirve. Él era mi amigo imaginario, Bob. No sirve -le quité la lata de cerveza para tomar yo
— Pero tenías otro que no fuera yo.
— Bueno, hablando en serio, creo que estoy bien así.
— No. No lo estás. Gerard, sé que lo de Leah, fue fuerte, pero...
— Basta Bob. No me gusta tocar ese tema y lo sabes perfectamente. -Me dolía en lo más profundo del alma, tener que hablar de Leah. Ella fue mi novia. La amaba. Con todas las fuerzas de mi alma. Era la única persona que me hacía sentir bien y no rechazado. Me hacía sentir "normal" dentro de lo que puedo.
— Okay. Lo siento. Pero, por favor hazme caso ¿Sí? No te hará daño conocer gente. -puso su mano en mi hombro
— Está bien, Bob -respondí sin ánimos- Lo intentaré. -Él sabía perfectamente lo antisocial que era. Lo poco que me importaba conocer gente. Siento que me faltaba el aire, al estar con mucha gente. Me siento extraño.
— Mira, hoy con unos amigos iremos a tomar unas cervezas ¿Te apetece venir? -sonrió- Me parece una buena oportunidad para que conozcas gente -sonrió
— Bob, Bob, Bob -negué con la cabeza- No quiero. Acabó de decirte que lo intentaré. No que lo haré ahora mismo ¿Entiendes? Necesito tiempo. -dije lentamente para que comprendiera
— ¡A la mierda con tu tiempo, Gerard! ¡Llevas meses encerrado aquí! Vé a cambiarte ropa. Te quiero en 5 minutos aquí -me ordenó y me asustó. Bob, era tranquilo la mayor parte del tiempo, pero cuando lo sacaban de sus casillas era de temer. Como ahora.- Así me gusta- me abrazó al verme salir de la habitación- Tan obediente, Gee -rió
— Si, si, si. Vamos -tomé las llaves y salí con él.

Estaba perdido. No tenía puta idea de donde mierda nos encontrábamos. Bob, tenía razón, había estado mucho tiempo encerrado. Pero ¿Cómo era posible que en unos meses esto cambiara tanto? Era impresionante. Yo solo salía de mi casa para ir a la Universidad e ir a la tienda a comprar cosas para sobrevivir, pero nunca me fijaba en lo que había a mi alrededor. Nunca me importó.

— Hola, chicos -saludó Bob- Él es Gerard.
— Hola. -Los dos me saludaron amablemente y me dijeron sus nombres: Ray y Matt
— ¿Frank? -preguntó Bob
— No ha llegado. Dijo que se retrasaría un poco. Estaba ocupado...Tu sabes a qué me refiero. - dijo Matt y yo no tenía idea de quien estaban hablando
— ¡Por la mierda! -se quejó Bob- ¿Dónde estará? -respondió un poco histérico
— ¿Quién es Frank? -susurré en su oído
— ¡Un idiota! -gritó Bob
— Ahí viene - dijo Ray, apuntando a un chico que venía en moto, a muy alta velocidad
— ¡Idiota! -gritó Bob, acercandose para golpearlo, apenas el se hubiera sacado el casco
— Hola, Bob -rió
— ¿Frank, qué mierda estabas haciendo? -Yo no entendía ni una mierda de lo que estaban hablando, pero tenía que ser algo realmente fuerte, para que Bob estuviera así de enojado.
— Consiguiendo dinero -sacó un fajo de billetes del interior de su chaqueta de cuero, con una enorme sonrisa en el rostro. Esto me asustaba ¿Qué mierda hacía ese chico?
— Frank ¿Cuántas veces te he dicho que no sigas en eso? ¡Te puedes matar! -Bob, estaba un poco más calmado
— Ya, ya, ya. ¡Estoy vivo! -rió con fuerza- ¿Y él? -me apuntó
— Él es Gerard. Gerard, este es el idiota. Frank -estrechó su mano
— Un gusto, Gerard -esa imborrable sonrisa se mantenía. Yo solo me limité a asentir- ¡Chicos! -abrazó a ambos
— Hola, Frank -respondió Matt de mala gana
— ¡Vamos! No pueden enojarse por una tontería.
— Entremos, mejor. -dijo Ray

Y así lo hicimos. Entramos y nos sentamos en la barra. Los amigos de Bob eran muy simpaticos. Me hablaban como si nos conociéramos de toda la vida. Él único que no me inspiraba confianza era el tal Frank. Sus tatuajes, sus piercing, su forma de hablar. Nada de él me agradaba.

— ¿Eres así siempre o solo con la gente que no conoces? - dijo sentándose a mi lado
— ¿Así como?
— Callado, retraído. Así. -me sonrió
— Soy así siempre. -no me interesaba entablar conversación con él. Como dije antes, no me agradaba
— Oh... ¿Eres de aquí? -Pero a él parecía interesarle saber de mi
— Si. Vivo aquí desde que tengo diez y ocho

— ¿Dónde vivías antes? -sentía como me miraba y yo tenía la vista fija en la lata de cerveza que tenía en frente
— Inglaterra. -contesté cortante
— ¿Y por qué te mudaste tan lejos? - ¿Qué quería de mí? ¿Por qué me invadía con tantas preguntas?
— Por que no me gustaba allí. No me gustaba estar en familia. Por eso vivo solo. -tomé un sorbo de cerveza
— Ah... ¿De dónde conoces a Bob?
— Viviamos en Inglaterra. Y él se mudó un año después acá.
— Oh...
— Nada más, Frank -escuché al chico que cabello afro decirle al chico que tenía al lado.
— Está bien. -dijo de mala gana
— ¿Por qué Bob te retó de esa forma cuando llegaste? -quise preguntar eso. Él rió
— Por qué es un histérico.
— Pero por algo debió haber sido. Bob, no es así...-quería conseguir la respuesta a aquello
— Carreras de moto. Eso es lo que le molesta. Que compita en carreras clandestinas. -¿Y a quien no?
— ¿Lo haces por el dinero? -dije tratando de encontrar una explicación a tamaña idiotes
— En parte. Pero lo hago más, por que me gusta la velocidad. Lo extremo. Pero a Bob le asusta, por que cree que me puede pasar algo. -rió

Él se tomaba todo con liviandad. Nada parecía importarle. Creía que nada le podía pasar. Qué todo le sucedía a los demás, era bastante arrogante. Definitivamente esto chico no me gustaba para nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario