sábado, 11 de agosto de 2012

Ultra-Cían Vs Infra-Magenta; Capítulo: #17

Capítulo: #17

Las montañas rocosas del sudeste del inframundo les sirvieron de escondite, no podían ir hasta la zona franca, no podían atravesar el portal, de seguro Yenoh tenía todo completamente custodiado, y Gerard estaba muy débil como para luchar contra alguno de los condenados, Frank procuraba usar su energía en mantener a Gerard con vida, sacó las púas envenenadas de sus piernas y del pecho de Gerard evitando que la toxina se regara por todo su cuerpo, se sentía tan impotente, ver a su amado casi muriendo en sus brazos, pensó muchas veces en hacer lo mismo que su madre hizo por él, renunciar a su energía vital para concederla a Gerard, pero sabía que con esto no solucionaría nada, darle vida ¿para qué?, Para que Yenoh se la arrebatara, para que pasara una eternidad llena de amargura, Frank no sentía temor de perder a Gerard, el siempre lo amaría, lo que sentía temor era de un Gerard en duelo eterno por su ausencia.

Frank extendía sus alas cubriendo su cuerpo y el de Gerard con ellas, protegiéndolo de algún repentino ataque, Gerard permanecía la mayor parte del tiempo casi inconsciente, se despertaba por momentos solo para quejarse del dolor en su pecho, Frank dormitaba superficialmente, siempre pendiente del entorno, de cualquier ruido que avisara de la presencia de un enemigo. La tercera noche fue la peor, Gerard comenzó a respirar con más dificultad, los sonidos que emitía parecían estertores de muerte Frank solo podía abrazarlo con fuerza, hacerle sentir que no estaba solo, llenarlo de amor, mientras retiraba con sus besos el sopor de su frente, llegó el silencio tan temido por Frank, Gerard no respiraba más, los segundos de convirtieron en horas justo antes de que su amado tomara una fuerte bocanada de aire, incorporándose enseguida, aferrándose al pecho de Frank

- ¡No me dejes morir! -

Frank lo envolvió en la calidez de sus brazos, tomando la cabeza de Gerard con su mano, acercándola a su corazón

- Vas a estar bien amor, vamos a estar bien... -

Gerard abrió sus ojos encontrándose con la mirada aterrada de Frank

- Y cómo, no podemos salir de este infierno -

- Gerard, he pensado en dejarte solo mientras busco la manera de atravesar el portal, e ir por ayuda -

Las manos de Gerard se cerraron apretadas sobre los brazos de Frank

- No, no por favor, no me dejes solo, si muero quiero que estés aquí, conmigo... Oh Frank, perdimos tanto tiempo, aquí, y en la tierra... si tan solo hubiera sido honesto con mis sentimientos y contigo, pero el maldito miedo no me permitieron amarte como lo merecías... como lo mereces... -

- Gerard, no podemos lamentarnos del pasado, de ese pasado que yo mismo nos obligué a llevar... ahora debemos enfrentar el presente y planear el futuro -

Gerard dejó que su mirada se perdiera en el vacío

- ¿Recuerdas ese primer concierto en el que empezamos a jugar en el escenario? -

- ¿a jugar? -

Gerard se tendió en el piso, acomodando a Frank de lado frente a él, mientras acariciaba su rostro con movimientos suaves, delineando sus facciones como si se las grabara en los sentidos y en el alma

- Si, cuando te acercaste a mí por detrás, pusiste tu rostro sobre mi hombro y yo con mi mano izquierda acaricié tu mejilla... creo que cada vez que nos tocábamos en el escenario era debido a esa necesidad que sentíamos por el otro... ¿Cómo no lo notamos, por que demonios no nos dimos cuenta de lo mucho que nos amamos? -

Frank sonreía con ese gesto infantil que nunca lo abandonaba, entrelazó sus piernas con las de Gerard, pegando su cuerpo al de él, aprisionando los labios de Gerard entre los suyos, besándolo despacio, sin prisa, sintiendo crecer en su cuerpo el deseo incontenible de poseerlo, de hacerlo suyo, de nuevo como Licht y Dunkelheit, y por primera vez como Frank y Gerard, palpó la piel de su pecho, presionando con más fuerza cada vez, tratando de adivinar si el dolor se estaba extinguiendo, Gerard no emitía ninguna señal de dolor ya fuera porque este había mermado, ya fuera porque su grado de excitación en este momento solo le permitía enfocar cada uno de sus sentidos en Frank, en las caricias que le proporcionaba.
Con algo de dificultad retiró la ropa que cubría el hermoso cuerpo del elemental, quedándose atónito por un instante al ver semejante belleza etérea, levantó su mano acariciando la piel limpia de Frank, sonrío levemente

- Me gustaba más cuando se veían tus tatuajes, eran... eróticos -

Frank asintió con su cabeza, mientras retiraba por completo la túnica de Gerard, el brillo de su desnudez terminó con cualquier intención de ternura en Frank, enardecido se abalanzó sobre Gerard, besando, mordisqueando cada fragmento de esa piel que parecía de mármol, pero era suave como al algodón y tan dulce como la miel, dejó que sus manos vagaran libres por ese cuerpo tibio que a cada caricia exigía más, que se retorcía de placer bajo el cuerpo de su amado, Frank llevó sus inquietos dedos hasta la pelvis de Gerard, rozando apenas su piel, Gerard comenzó a temblar levemente, levantando su cabeza, pegando sus labios al rostro de Frank

- Tócame... hazlo amor... -

La súplica fue una orden inmediatamente ejecutada, cerrando su mano sobre el pene de Gerard, moviéndola a destiempo sobre toda su extensión, preso de su propia excitación, aumentando la intensidad de sus jadeos al sentir los dedos tibios de Gerard colarse despacio entre él, preparándolo, estimulando cada célula de su interior, logrando esa humectación que ansiaba, tomó a su amado de los brazos, recostándolo de espaldas sobre el ya tibio suelo de la montaña que se había moldeado como un lecho de amor para ambos, Frank no perdía de vista el rostro hermoso de Gerard, abriendo las piernas, permitiéndole acomodarse entre ellas, Gerard tomó su pene entre su mano derecha, llevándolo despacio hasta sentir en la punta el cuerpo ávido de Frank, se acercó más, hasta sentir como empezaba a entrar despacio...


Nunca hubo en el inframundo un haz de luz tan brillante y enceguecedor, las criaturas condenadas sintieron por primera vez en su esencia lo que era el amor, la compasión y la felicidad plena, por primera vez en los siglos de existencia en ese estado cada ser sintió empatía por fin con la humanidad, respetando su libre albedrío, Yenoh lo supo, sin necesidad de escucharlo en palabras... él era el nuevo líder del inframundo, un líder que gracias a esta nueva cualidad de poder sentir el amor humano en su cuerpo, cuidaría para siempre el destino de la humanidad.

El ultramundo sintió el alivio que por tantos siglos buscaba, su función ahora sería la que tenían destinada desde siempre, crear vida en la tierra, no defenderla de sus enemigos, Aileon se llenó de la gracia eterna, su esencia lo supo de inmediato, era ella ahora la nueva regente del ultramundo.

Gerard abrió despacio los ojos, sentía la modorra habitual de las mañanas, levantó las cobijas con la idea fija de buscar una taza de café, al intentar bajarse de la cama en penumbras se chocó con un cuerpo desnudo en su cama, encendió la lámpara de mesa, y pudo ver con claridad le hermosa piel tatuada de Frank, adornando ese hermoso cuerpo rollizo que dormitaba plácidamente, en su espalda se notaban con claridad dos pequeñas ranuras por las que se asomaban tímidamente un par de alitas azul claro, Gerard acarició suavemente el borde de las ranuras, haciendo que las alas se metieran por completo entre la piel y las ranuras se cerraran al tiempo.
Miró sus brazos, en el reverso tenia un par de ranuras, sopló sobre ellas, y desaparecieron por completo.
"No fue un sueño", pensó mientras se recostaba de nuevo al lado de Frank

- Hadita... ¡despierta! -

Frank gruñó algo que sonó como "Mmm deja dormir demonio", Gerard sonrió y se quedó al lado de Frank embotado admirando la belleza de su hombre, la puerta de la habitación 1202 del hotel se abrió abruptamente

- ¡¡¡Feliz Cumpleaños Gerard!!! -

Los intrusos se quedaron en blanco al ver el espectáculo que se presentaba en la cama de esa habitación, Gerard solo se limitó a sonreír, explicaciones... esas las darían después, solo acertó en mencionar

- No le digan a Jamia, dejen que Frank le explique -

La puerta se cerró, dejándolo de nuevo solos, Frank se recostó sobre el pecho de Gerard

- Crees que si les contemos todo lo que pasó, ¿nos creerían? -

- Nahhh, igual no hace falta, sobre todo porque ni loco enfrento a Mikey acerca de lo que realmente siente por mi -

Gerard apretó el cuerpo de Frank contra el suyo

- Es mejor dejarlos en la ignorancia, ¿quién viviría en paz sabiendo que su destino depende de los caprichos de seres superiores?-.

FIN

1 comentario:

  1. un poco no de irreal (demasido) fuera de eso esta genial en realidad la historia te atrapa hasta que la terminas ... debo decir que es ta muy bonita :D

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