viernes, 10 de agosto de 2012

Vampires will never hurt you; Capítulo: #2

Capítulo: #2

Banda Norte Americana rompe record de ventas en reciente gira de conciertos en España… (Periódico el mundo sección espectáculos).

Joven hallada muerta con notables signos de canibalismo, se culpa a secta satánica de la provincia de Ávila… (Periódico el mundo, sección judicial)


Barcelona lucia especialmente vivaz esa noche de invierno, las luces de la ciudad titilaban en la lejanía, implicando la esplendorosa vida nocturna del lugar, Gerard despegó la punta de su nariz del frío vidrio de la ventana, observando la pequeña bruma que lo empañaba, delineó con su dedo una enorme “F”, suspirando quedamente al tiempo que desaparecía junto con la mancha que su respiración había dejado

- Eres patético –

Cerró los ojos unos segundos, sin responder a la crítica de su hermano, se alejó lentamente de la ventana, dirigiéndose a la enorme cama de la suite presidencial, como todo en la vieja ciudad de Barcelona, era ostentosa, más recamada que cómoda, imponiéndose entre los muebles estilo Luis XV que decoraban el lugar.

- ¿Piensas dormir aquí? –

De pie, a unos pocos pasos de la cama, le preguntó a Mikey, su hermano menor.

- Pienso, ¿por qué, te molesta? –

Gerard entrecerró sus párpados, escrutando cuidadosamente el rostro de su hermano, su mirada se dirigió a las comisuras de la boca del menor, sonrió.

- Y, ¿por qué no quieres dormir en tu habitación? –
- Está fría –

No tan fría como la respuesta de Mikey, era imposible querer ocultar algo que Gerard ya había adivinado al ver el rojo carmín adherido en los labios de su hermano.
Acortó la distancia que lo separaba de la cama, metiéndose en esta de rodillas, sobre su hermano, acercando lentamente su cabeza a él, respiró profundamente saboreando el placer anticipado de lo que estaba a punto de hacer, abrió sus labios para darle paso a la lengua que ávida se posó sobre los labios de Mikey, lamiendo pausadamente los restos ya secos de la sangre.

- Era virgen – Acotó levantando su cabeza para tener un mejor ángulo de visión – ¿De dónde la sacaste? –

Mikey se encogió en la cama, girando su cabeza para escapar de la intensa mirada inquisitiva de Gerard

- ¿Es por eso que no quieres dormir en tu habitación? –

No hubo respuesta, Mikey sabía perfectamente que había obrado mal, esto solo resultaría en la furia de su hermano contra él

- ¡Dejaste el cuerpo en tu habitación! –

No esperó respuesta, era claro, tan solo se levantó de la cama, saliendo de la suite en dirección a la recamara de Mikey, asegurando la puerta una vez dentro. Buscó profundamente, pero nada encontró, abrió las puertas de los armarios, se fijó en el baño, no había nada, en ningún lugar, ¿Sería acaso que la chica aun estaba viva y se había escapado? El sentimiento de pánico se apoderó de él, en un solo segundo imaginó el peor escenario posible “Integrantes de banda americana dejan un rastro de muerte en su visita a España, joven mujer los acusa de actos de barbarie” ¡El fin! De su carrera, de esa vida que tanto ha luchado por vivir, su rostro y espalda comenzaron a sudar profusamente, tenía pensado regresar a la suite y obligar a Mikey que lo acompañase a buscarla, pero el sonido quedo de unos gemidos de dolor provenientes del balcón lo atrajeron, caminó hasta allí, corriendo la puerta de vidrio, y en el suelo de finas baldosas vio la joven de no más de 14 años, agonizando, completamente pálida, cubriéndose con ambas manos las mordidas sobre su abdomen.
La levantó gentilmente, encaminándose hacia la cama, donde la acomodó con cuidado, acarició el rubio cabello manchado de sangre, la miró directamente a los ojos, a Gerard se le partía el corazón con cada una de estas escenas, no soportaba ver el sufrimiento y mucho menos en el rostro de una joven que apenas si empezaba a vivir.

- Todo va a estar bien –

Le susurraba, aun sabiendo que nada estaba bien, nada estaría bien, jamás.

- Ya dejará de doler –

Ojalá y a él le dejara de doler, pero su condición era algo que se escapaba de sus manos, algo sobre lo que no tenía decisión ni control alguno.
Le regaló la más bella y honesta de sus sonrisas a la joven, justo antes de acomodar sus manos sobre el delicado cuello y apretar con tanta fuerza que solo un par de segundos bastaron para que la vida de su víctima se extinguiese.

Se quedó unos minutos contemplando el cadáver que yacía sobre la cama, Cómo le gustaría ser ella, sentir lo que se es humano por una vez en su vida, sin tener sobre él esa carga y ese designio de dolor y muerte por toda la eternidad, o tan solo poder morir, abandonar definitivamente el suplicio que le tocó por vida.

***


Frank giró en la cama, quedando frente al rostro dormido de su esposa, estaba profunda, sintió que tendría la oportunidad de darle el beso de las buenas noches a quien era su amigo y amante por más de 6 años, se levantó cauteloso, haciendo el menor ruido posible, cruzó el pasillo hasta la suite presidencial, tocó tres veces como era costumbre, pero no obtuvo respuesta alguna, “está dormido” sonrió abriendo la puerta, caminado de puntitas en la oscuridad hasta la enorme cama, levantando las cobijas e internándose en ellas

- Buenas noches amor –

Susurró en el oído de un divertido Mikey que no le respondió, tan solo se quedó allí quieto, balbuceando incoherencias

- ¿Tienes mucho sueño? –
- Mm ajá –

El menor de los Way contenía su risa, entre tanto Frank deslizaba su mano sobre el pecho de Mikey, recorriendo pícaramente el camino hasta su pelvis, pasando por su abdomen

- ¿Has perdido peso Gee? –

Sin obtener respuesta continuó buscando la entrepierna, al pasar por los huesos remarcados de la pelvis de Mikey, se levantó bruscamente de la cama, encendiendo la luz

- ¡Imbécil! ¿Por qué no me dijiste que eras tú? –

Mikey se incorporó entre carcajadas

- Porque es divertido –

Frank sonrió sentándose en el borde de la cama

- Que horrible eres, ¿qué tal si te hubiese tocado donde no se debe? –
- Uh ¡Eso sí que habría sido divertido! –
- Lascivo –

Ambos sonrieron divertidos, los años de convivencia habían logrado formar una fuerte amistad entre ellos, y la relación clandestina de Frank con Gerard les hacía verse como cuñados y cómplices

- ¿Dónde está? –

Mikey retiró su mirada de los ojos de Frank, odiaba tener que mentirle, y de hecho no podía hacerlo viéndolo a los ojos

- En mi habitación, limpiando… me siento mal y vomité… no quiero que vengan los de limpieza, ya sabes, todo sale en la prensa al día siguiente, y lo más seguro es que digan que vomité porque abuso de drogas o quien sabe que –

- Ah, O.k lo buscaré allí –

- ¡No! – Prácticamente gritó en la cara de Frank, al observar el sobresalto en su amigo, bajó el tono de su vos y suavizó su expresión para no alertar a Frank de que algo más pasaba – No, es que él no se tarda, me pidió que te informara, ahora regresa… mejor espéralo acá –

Extraña respuesta, pero no para Frank, desde que conoció a los Way aprendió a ignorar los extraños comportamientos, los secretos, y manías de los hermanos, había algo en ellos que los diferenciaba del resto, un halo de misterio que solo compartían entre ellos mismos, anteriormente había tratado de indagar en la mente de Gerard, obteniendo solo evasivas y una ulterior amenaza de no volver a hablarle jamás de parte de su amante, Frank aprendió con los años a quedarse con las dudas en su corazón.

***

El tic-tac del reloj, ese que nunca se detiene, que no da tregua alguna, resonaba constante, desesperante en la mente de Gerard, sus ojos se alejaron del cadáver, perdiéndose en el lejano cielo estrellado de Madrid, sin verla, tomó a la joven muerta en sus brazos, como si fuese un bebé que necesita especial cuidado, caminó hasta el balcón asegurándose que nadie pudiese verlo, aspiró profundamente el frío aire de la noche, despegó los pies del suelo, apurando un vuelo a considerable altura, y con demasiada velocidad, como para dejar la capital Española en cuestión de segundos, descendiendo sigilosamente en un área despoblada en la provincia de Ávila, al lado de una vieja carretera abandonada, se arrodilló, acomodando nuevamente el cuerpo con sumo cuidado, sobre la tierra húmeda, caminó aun de rodillas solo un poco para comenzar a cavar un hoyo suficiente para arrojar el cuerpo allí, despacio, con mucho pesar empezó a cubrirlo con tierra, susurrando una y otra vez “perdón”

***

- ¿Crees que se tarde? –
- No, acá estoy –

Frank advirtió la presencia de Gerard en la habitación solo cuando éste habló, sin esperar más salió de la cama abalanzándose a él, no le importaba el hecho que Mikey estuviera allí, Frank simplemente aferró los labios de Gerard entre los propios, besándolo con delicada pasión

- ¿Creíste que te dejaría dormir sin darte el beso de las buenas noches? –

Sonrió, separándose lentamente

- Espérame afuera mi amor, debo hablar con mi hermano -
Una vez Frank abandonó la suite, Mikey se cubrió con las mantas hasta la cabeza, Gerard se aproximó a la cama hablando enérgica, pero pausadamente

- Dame la cara, cobarde –

Esperó unos cuantos segundos a que su hermano descubriera su rostro, al ver que nada cambiaba se inclinó sobre la cama arrancando las mantas, arrojándolas lejos, el rostro de Mikey se llenó de temor, su palidez contrastaba con el negro de su camisa, no habló, se limitó únicamente a escuchar los gritos de su hermano mayor

- ¡¿Te volviste loco!? Cómo puedes hacernos algo así, qué clase de animal eres Michael, ¡Dime que te motivó a dañar esa pobre chica, y más aun a dejarla allí, moribunda… ¡Te importa un bledo todo lo que hemos ganado! –

Movió sus labios, quería decir algo, pero no había nada que agregar, Gerard tenía razón al estar enojado

- Desde chicos hicimos el juramento de nunca alimentarnos con humanos, Mikey, nos prometimos controlar ese maldito instinto, ¿Qué demonios te llevó a romper esa promesa? –
- No lo entiendes –
- Claro que no, por eso te pido que me expliques –

Mikey se levantó de la cama, parándose frente a su hermano, respiró profundamente llenándose de energías para enfrentarlo

- Su piel… era tan suave, su aroma… Gerard, ese aroma de inocencia, y sus venas… - Las pupilas de Mikey se dilataron al recordar, su boca salivaba excesivamente mientras hablaba – Eran tan firmes, tan llenas de sangre, no pude, simplemente no pude controlarlo, ella vino a mí, me pidió un autógrafo, y no sé cómo pasaron las cosas, pero subimos a mi habitación, ella quería estar conmigo, y yo solo pensaba en drenar su sangre… ¡Gerard, no entiendes la fuerza extraña que se apoderó de mí! –
El rojo en el rostro de Gerard se encendió a prisa, las palabras de Mikey en lugar de calmarlo, hicieron que se enojara mucho más

- ¡Una fan! Mikey, ¡¡una fan!! Perdiste la cordura… de todos los humanos en el mundo te metes con quien menos debes… ¡es que no debiste meterte con ninguno! –
- Lo siento –
- Eso ya no sirve de nada, está muerta ¡Muerta!, ¿que no pensaste que tenía familia que la amaba, amigos, una vida que quería vivir? –
- ¡Te dije que lo lamento!, ¿qué más quieres de mi? –
- Júrame que nunca más volverá a pasar, de lo contrario, voy a tener que alejarte de mi vida, yo no voy a perder lo que único que me da paz, no voy a arriesgar todo lo que he conseguido solo porque mi hermano no puede controlar su instinto, no eres más que un animal básico –
- Calla Gerard, no sabes lo que dices, algún día estarás igual o peor que yo, esto es algo que no podemos negar –
Los ojos verde oliva casi se desorbitaron, esta vez Gerard no controló el tono de su voz
- ¡JAMÁS! Nunca cederé a mis instintos, yo soy más fuerte que tu –

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