lunes, 28 de enero de 2013

A lovely apparition; Capítulo: #1

Capítulo: #1

La idea entera era una completa locura, por supuesto, pero Gerard difícilmente dejaría que eso lo detuviera.

Algunas de las cosas las compró en persona, bajo la excusa de comprar para regalar. Para otras—la ropa interior, por ejemplo—había tomado su propia medida tan bien como pudo y se la ordenó a los costureros directamente, teniendo sus compras enviadas a un apartado de correo bajo un nombre falso (uno que originalmente usaba para la entrega de libros que ninguna tienda respetable llevara).

Con todo esto logrado por su cuenta, llegó a un punto donde pedir ayuda a alguien más era inevitable. Gerard consideró brevemente a la mucama del segundo piso, cuyo silencio podía haber sido comprado por lealtad, dinero, o ambos, y quien tuviera al menos una idea de lo que estaba a punto de hacer. Pero no le tomó mucho tiempo determinar que sólo había una persona a la que estaba dispuesto a confiarle esto.

Michael no lució particularmente sorprendido cuando Gerard se acercó a él con la idea, pero entonces, Gerard nunca antes había visto a su hermano menor lucir particularmente sorprendido ante nada. Simplemente miró a Gerard, parpadeó una o dos veces, y repitió en un tono neutro, "Quieres que te ayude a vestirte como una mujer."

"Es el corsé con lo que creo que necesitaré ayuda en particular," le dijo Gerard. "Bueno, y abotonando el vestido, y quizás con la peluca."

Michael alzó una ceja, su expresión inalterable por otro lado. "Y una vez que te ayude a ponerte el vestido y la peluca, ¿qué planeas hacer exactamente?"

"Habrá una fiesta de máscaras en el Vauxhall Gardens," dijo Gerard. "Mañana—"

"Mañana en la noche, lo sé," concluyó Michael, y entonces suspiró, haciendo un pequeño movimiento con su cabeza. "Supongo que si piensas intentar algo como esto, una fiesta de máscaras es el lugar más seguro para hacerlo, fuera de tu propia habitación."

"¿Entonces me ayudarás?" Inquirió Gerard, cautelosamente esperanzado, y cuando Michael asintió, se abalanzó a su hermano y lo abrazó, plantando un beso en su mejilla. "Oh, Michael, gracias."

*****

Ser atado en un corsé no era la experiencia más cómoda. Gerard no era precisamente gordo, pero ser tan infrecuente en el ejercicio y tomar con frecuencia dos o tres copas de vino en la cena, de algún modo lo dejaron blando en el medio. Hubo una gran cantidad de pellizcos, cierta dificultad para respirar, y más de una pregunta sobre si Michael estaba seguro de que estaba haciendo esto correctamente (Michael respondiéndole que lo había hecho a la inversa con la suficiente frecuencia como para no estar completamente perdido, y que si Gerard quería su ayuda debía aceptarla sin protestar), pero una vez que los cordones estuvieron atados y no hubo más tirones, Gerard encontró la opresión resultante no insoportable, e incluso algo agradable de una manera perversa. Incluso había espacio en el pecho para dos rollos de tela acolchada, dándole una pasable ilusión de senos.

Después de eso, ponerse el vestido era mucho más agradable. El que él había elegido estaba algo pasado de moda, con un estilo que había disminuido un poco en popularidad, pero eso no importaba tanto en un baile de máscaras, y se adaptaba al propósito de Gerard: un busto alto para ocultar su falta de dotación natural, faldas largas para ocultar la forma de sus caderas, y las capas de enaguas suficientes que necesitaba para no tener miedo de que su virilidad fuera descubierta. Era un color lila oscuro, con bordados de plata en el corpiño, y la seda se deslizó suplicante en cuanto Michael le ayudó a sujetarla, deslizándose sobre la piel de Gerard en una forma que provocó un escalofrío delicioso.

Michael lo hizo girar en un círculo para asegurarse que encajara, y sonrió irónicamente. "Podrías ser una hermana muy bonita", se permitió decir al cabo de un momento. "Debería mantener a todos tus pretendientes a raya."

Gerard sonrió ante eso, y luego recogió sus faldas hasta ponerse los tacones.

"¿Vas a ser capaz de manejar esos?" Michael preguntó, mirando un poco dudoso.

"He practicado caminando en ellos," dijo Gerard. "Bailar puede ser una situación diferente, pero entonces, dudo que vaya a hacer mucho de eso".

Los cosméticos son lejos la parte más fácil, Gerard los había obtenido mucho antes de las vacaciones y se había tomado algo de tiempo para practicar. Un barrido de luz de rubor sobre los pómulos, una capa de polvo que hacía juego con el vestido en color en los párpados, y rojo oscuro en los labios. Michael terminó haciendo la mayor parte del trabajo para ponerle la peluca, Gerard simplemente manteniéndose firme y pasándole horquillas para el cabello cada vez que Michael le pedía.

Los toques finales fueron una simple banda de seda negra al rededor del cuello de Gerard, un brazalete de plata en su muñeca (uno que perteneció a su abuela, el cual Gerard tomó de su habitación más por razones sentimentales que porque hubiese planeado alguna vez usarlo), y una media máscara que él había pintado para combinar con el vestido y los accesorios.

Parado frente al espejo examinando el efecto total, Gerard a penas y podía reconocerse a sí mismo, lo que él suponía significada que podía ser capaz de pasar desapercibido antes cualquier conocido que pudiera encontrarse.

"¿Has pensado en cómo vas a salir de la casa en ese disfraz?" preguntó Michael.

Gerard lo había pensado, tal como sucedió. "Vas a hacer que los sirvientes dejen la escalera de atrás sola por algunos minutos, y entonces bajaré y llamaré a un coche al cruzar la calle."

*****

Vauxhall estaba lleno de luz y música cuando Gerard llegó, las linternas brillaban en los árboles y el sonido de la orquesta se dispersaba hacia la calle. Gerard pagó un chelín en la puerta para la admisión y se dirigió hacia el interior, mirando a su alrededor.

Había estado en Vauxhall con mucha frecuencia cuando era un niño, boquiabierto ante el espectáculo por todos lados y rogando a sus padres por golosinas, y un puñado de veces como adulto, aunque en esas ocasiones se había mantenido a gran distancia de otros visitantes del jardín del placer, prefiriendo observar su alegría sin entrar o perderse en los paseos más apartados. El lugar nunca había perdido el sentido de encantamiento, encantamiento fabricado puede ser, pero a medida que Gerard iba madurando era difícil sentir que él formaba parte de esto en lo absoluto.

Esta noche, él ya sentía, sería diferente. Esta noche él no era un observador pasivo, sino parte de esa misma ilusión de belleza mágica que encaminaba a las masas a Vauxhall, fundiendo su propio encanto en cada momento que estaba ahí.

Las festividades de la tarde se centraron en el enorme claro conocido como El Huerto. La orquesta tocó desde un edificio en el centro, abierto a la brisa suave del verano, mientras que algunas parejas se sentaron en los pabellones o cajas de cena y otros bailaban o simplemente paseaban en los espacios abiertos entre los edificios.

Había más de una señorita presente quienes parecían estar sin chaperón, por lo que Gerard no destacaba en ese sentido. Mientras se dirigía a la multitud de extraños, sintió un breve momento de ansiedad, por un segundo pensó si sería realmente capaz o no de hacer esto. Pero mientras que varias miradas curiosas de brazos cruzados fueron lanzadas en su dirección, no veía ninguna sospecha en ellas, y después de unos momentos, comenzó a relajarse un poco.

Mientras caminaba por el lugar, el tren de pensamiento de Gerard fue repentinamente interrumpido cuando pasó por encima de un parche irregular de terreno. Habiéndose reconciliado con bastante facilidad para caminar en zapatos de mujer sobre un suelo plano, sus pies eligieron saludar a este nuevo obstáculo con una revuelta inmediata. Se tambaleó, y es casi seguro que hubiese caído de no ser por las manos que lo atraparon: una en el codo, otra en la parte baja de su espalda, sujetando a Gerard por el momento breve pero crucial que se tardó en recuperar el equilibrio.

"Firme, eso es", dijo una voz que presumiblemente iba con las manos, y Gerard volteó la cabeza para confirmarlo. Un hombre joven estaba a su lado, con una expresión de preocupación en su rostro caballeroso, que estaba descubierto a excepción de una simple máscara negra de dominó sobre sus ojos.

Era bajo—Gerard pensó que él era más alto incluso sin zapatos de tacón, y él mismo no era un dechado de altura—pero guapo, con el pelo corto oscuro y ojos marrones que captaron la luz de manera más atractiva. Estaba vestido como un plebeyo, con una camisa casera simple y chaleco color rojizo, pero tenía el porte y el acento de un privilegiado.

"¿Está bien, ahora?", preguntó, y cuando Gerard asintió, soltó su agarre del codo y la espalda de Gerard.

"Gracias, señor", dijo Gerard, haciendo todo lo posible para poner su voz aguda sin que sonara falso (otra cosa que había practicado en la seguridad de su propio dormitorio).

"En absoluto", respondió el caballero. "Sería un crimen ver a una bella dama en apuros y no acudir en su ayuda."

Gerard sintió un calor repentino en sus mejillas, y por un momento, lo único que podía pensar era en que simplemente había sido llamado hermoso.

Luego se recordó a sí mismo, y cayó en cuenta sobre la verdad de la situación: que él acababa de ser llamado dama hermosa por un apuesto joven que al parecer había sido engañado por su disfraz, y que parecía haber metido la pata en el tipo de situación exacta que tenía la esperanza de evitar por estar en movimiento y no participar en ninguna conversación.

Gerard luchó para recomponerse, para dar una respuesta con compostura y esperar que su rubor y pausa incómoda fueran interpretados como la timidez de una dama.

"Entonces le doy las gracias por el cumplido, también", logró decir finalmente. "Y puesto que ya no estoy en apuros, gracias a su intervención, que tenga buenas noches".

Se balanceo hacia abajo y se alzó de nuevo en lo que esperaba fuera una reverencia pasable, y luego se volteó para alejarse.

*****

Frank amaba las fiestas de máscaras desde que tiene memoria.

Le encantaba el escape de lo ordinario, la oportunidad de ser otra persona durante una noche, y amaba todas las posibilidades que iban de la mano con eso. Uno podría salirse en una mascarada con cosas que nunca serían posibles, sin estar autorizado, en el transcurso ordinario de las cosas, y Frank no se cansaba de ese sentimiento embriagador de libertad.

Por ejemplo, en el transcurso ordinario de las cosas, sería nada menos que un escándalo para una mujer joven el aparecer en público sin un acompañante. Pero en una mascarada, en particular una en Vauxhall, una muchacha libre con ansias de aventura podría hacer lo que quisiera sin temer por su reputación, y en el pasado, Frank había ayudado con mucho gusto a más de una dama joven en la exploración de esa libertad inusual.

No es que hubiera habido alguna segunda intención en la mente de Frank esta noche, cuando vino en ayuda de la mujer del vestido pasado de moda. La vio tropezar, la sostuvo, era tan simple como eso. Fue sólo después que se dio cuenta de lo hermosa que era, y que parecía estar desatendida.

Ella hizo una reverencia y se volteó para irse, y Frank la siguió, manteniendo el ritmo con ella a una distancia caballerosa.

"Pero es demasiado pronto para dar las noches buenas", protestó. "¿A menos que haya algún acompañante en alguna parte al que usted esté regresando?"

La dama se sonrojó de nuevo, el rubor de color mostrándose fácilmente sobre su piel pálida. "Tal vez lo hay", respondió. "¿Es eso asunto suyo?"

"Bueno, si tiene un acompañante, es un tonto por haberla dejado fuera de su vista", dijo Frank, y luego apretó el paso y se volvió para pararse frente a ella, tendiéndole una mano. "Y si no lo tiene, entonces debería bailar conmigo."

Ella se detuvo en seco ante eso, pareciendo sorprendida por la petición. "Me halaga usted, señor," dijo después de un momento, "pero estoy segura que podría encontrar una compañera con menos probabilidades de tropezar con sus propios pies, o en los suyos."

"Déjeme preocuparme por mis propios pies", dijo Frank a la ligera. "En cuanto a los suyos, mi dama, se me ocurre algo mucho peor que tener que sostenerla de nuevo". El rubor de la mujer se profundizó, y Frank dio un paso más cerca, dándole su mejor sonrisa. "¿Por favor? Un baile, eso es todo lo que pido. "

Ella vaciló, mirando a la multitud a su alrededor, y luego otra vez a él. Detrás de la máscara, sus ojos eran grandes y expresivos, su color miel brillante que pasan de marrón a verde dependiendo de cómo la luz los ilumine. Había una cierta aprensión en esos ojos, pero también curiosidad y emoción, una combinación de emociones que Frank había visto antes.

"¿Un baile?" Repitió ella.

"Un baile", dijo Frank solemnemente, extendiendo su mano una vez más.

Ella levantó la mano, vaciló un momento, y luego lo puso en la suya.

*****

Lo sensato hubiera sido negarse, por supuesto. Pero entonces, lo verdaderamente sensato habría sido nunca haberse embarcado en esta loca idea en el primer lugar. Pero lo había hecho, y había salido mejor de lo que se había atrevido a esperar, y Gerard se sentía envalentonado por imprudencia del éxito. Y después de haber llegado hasta aquí, ¿por qué no debería bailar al menos una vez?

Así que le dio al joven la mano y se dejó conducir hacia las demás parejas de baile, haciendo lo mejor que pudo para parecer natural.

Gerard había recibido una cierta cantidad de instrucciones de baile cuando era un niño, y le habían enseñado a guiar, por supuesto. Pero rara vez había tenido la ocasión de poner en uso esa enseñanza, y tenía algo de experiencia siguiendo también, de las veces que él y Michael habían practicado juntos. No fue tan difícil como había pensado el seguirle el paso a ese joven muchacho que lo guiaba al mismo tiempo que la orquesta tocaba un animado minué.

"Ahí tiene," dijo su compañero después de un momento, inconscientemente haciendo eco en los pensamientos de Gerard. "No es tan terrible, ¿cierto?"

"Me reservaré mi opinión hasta que ambos salgamos ilesos del baile", dijo Gerard, sintiendo una sonrisa deslizarse por su rostro. "Pero parece que va bastante bien hasta ahora."

La sonrisa en respuesta del joven fue amplia, y tenía un toque de picardía desenfadada al mismo tiempo. Se movía con fácil gracia, rápido y seguro de sus pasos mientras daban un giro. Gerard siguió con menos seguridad en sí mismo, menos preocupado por mantener una apariencia elegante que con el simple hecho de mantener sus pies.

Gerard se tropezó de nuevo, al final del baile, y sí, su compañero lo sostuvo de nuevo. Por un momento, los dos estaban más cerca de lo estrictamente correcto, el pecho del joven rozando un lado de Gerard y el brazo alrededor de su cintura. Gerard se echó hacia atrás rápidamente (sintiéndose sonrojar de nuevo), y su compañero lo dejó ir, dejando caer las manos a los costados.

"¿Lo ves?", Dijo Gerard. "Me temo que no soy una muy buena bailarina".

"Bueno, me parece que la mejor manera de ser más hábil en algo es a través de la práctica", dijo el joven a la ligera.

A pesar de sí mismo, Gerard sintió una sonrisa formarse en su caprichosa boca. "Es decir, supongo yo, que debería hacer caso omiso de nuestro acuerdo y bailar con usted otra vez."

El joven se encogió de hombros. "Estoy perfectamente dispuesto a honrar nuestro acuerdo, por supuesto. Sin embargo, si usted desea volver a bailar, estaría más que feliz de hacerlo. "

La oferta era tentadora—muy tentadora, Gerard pensó, mirando de nuevo a los brillantes, curiosos ojos del joven y su sonrisa fácil. Pero había sido lo suficientemente imprudente para una noche, y no tenía intención de presionar su suerte más allá.

"Le doy las gracias por la oferta," dijo, dando un paso atrás. "Sin embargo, debo rechazarla en este momento".

El joven suspiró, pero asintió. "Si es necesario hacerlo. En otra ocasión, tal vez, si nos encontráramos de nuevo. "

"Tal vez", coincidió Gerard plácidamente, en privado resolviendo que nunca habría otro momento. Recogiendo sus faldas para otra reverencia, agregó, "Fue un placer, señor."

"El placer fue mío", respondió el joven, con una reverencia cortés. "Buenas noches, mi dama."

Gerard le sonrió una vez más, y luego se alejó, tratando de perderse entre la multitud.

*****

Frank miró a la joven irse, haciendo todo lo posible para no perderla de vista mientras ella se movía entre la multitud. Retrocediendo hasta el borde del propio claro, lejos de los que seguían bailando, la perdió de vista un instante, entonces vio el lila del vestido de nuevo en medio del remolino confuso de color por todas partes.

De pie al otro lado de Frank en el Huerto, hizo una pausa, mirando a los bailarines durante varios minutos. Entonces se dio la vuelta, recogiendo sus faldas a su alrededor, y dejó el claro, desapareciendo rápidamente por uno de los muchos senderos arbolados.

Frank deseaba que ella se hubiese quedado hasta el desenmascaramiento a la medianoche; deseó tener algún nombre o un rostro completamente descubierto para ubicarla. Pero incluso sin eso, tal vez volverían a encontrarse otra noche. Si nada más, Frank estaba seguro de que recordaría sus ojos.

*****

Gerard hizo sus dos viajes para salir y volver a casa sin incidentes, contando con la ayuda de Michael de nuevo para quitarse el vestido y la peluca.

"¿Y bien? ¿Cómo fue?" Michael inquirió mientras desarmaba el corsé, llegando a sonar completamente desinteresado aun cuando fue él quien formuló la pregunta.

Gerard pensó de nuevo en la noche: la luz y el color de Vauxhall, la música y el baile, la forma en que el joven sonriente lo había mirado y la manera en que todos lo habían hecho sentir.

"Fue perfecto", dijo con un suspiro.

Una vez que se había cambiado y se lavó la cara, Gerard guardó todo en un cofre—el vestido doblado cuidadosamente en la parte superior, con la peluca y los zapatos y la ropa interior escondidos debajo, y guardó el cofre con seguridad debajo de su cama.

Su excursión entera podría nunca haber sucedido, a excepción de sus pies que seguían adoloridos por los zapatos. Todo podría haber sido un sueño. Ya se estaba empezando a sentir como uno, para parecer como algo que seguramente nunca habría tenido el valor de hacer.

Pero lo había hecho. Y habiendo sido tan audaz una vez, ya sentía la tentación de volverlo a hacer. 

2 comentarios:

  1. Debo ser sincera, y mi primera impresión cuando leí este capitulo incluyendo el resumen fué "CONCHETUMADRE".

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  2. Está super WOW, excelente!

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