martes, 25 de junio de 2013

How the misery begins; Capítulo: #37

Capítulo: #37


Frank VIII.

No estaba dormido, tampoco estaba despierto.
-Malditas pastillas... -Murmuré hundiendo mi rostro en la almohada-

Había dormido algunas horas, pero hace tiempo que estaba despierto y no me podía mover de allí. Mis ojos se quejaban por aquel llanto, y mi cabeza daba vueltas, sólo vueltas.
-Cómo te sientes?
-No te interesa. Cállate y vuelve a tu agujero.
-Estoy en mi agujero, el cual el es tu mente.-Respondió-
-Ah..-Suspire- Eres mi piedra en el maldito zapato, sabes?

Escuche pasos.
-Ojala sea Gerard.-Fue lo último que dijo-
-Muérete.-Respondí-

Me acomode en mi lugar, aún sintiendo aquellos pasos. Sabía que era él, lo sabía.
Luego, una llave. Tenía una copia de la llave de su habitación?
Podría haberme levantado, y resguardar la puerta para que no entrara, pero estaba demasiado débil como para hacerlo. Nunca debí tomar ese remedio sin comer algo.
Deje que mis oídos escucharan cada movimiento.
Introdujo la llave lentamente, y luego escuche como cayo la otra a unos metros de mí.
La puerta se abrió.
Agradecí a la noche que nos había rodeado, estábamos a oscuras.
-Frankie?-Murmuró-
No respondí.
Rodeó la cama, y encendió la luz.
No me moví, ni siquiera respiraba. No quería que supiese que estaba despierto. No pretendía hablar con él, no quería verlo, tan sólo su presencia me molestaba.


-Frankie..?-Se sentó lentamente en la cama- Hey... -Toco mi brazo-
No había opción alguna, definitivamente tendría que verle la cara. No podía seguir fingiendo estar dormido.
-Vamos Frankie. Quizás puedas hablar con él. Trata de ser amable?-Dijo mi mente-
-Sí claro. Me quiere drogar, piensa que soy un esquizofrénico. Debo ser amable con una persona que piensa aquellas cosas de mí?-Pensé-

-Mmm... -Emití-
-Frankie, despierta.-Dijo-
Abrí lentamente los ojos, nos miramos.
-Ah..-Suspire- Eres tú. Ya ves que no ensangrenté ninguna de tus puertas.-Comencé con la rutinaria discusión-
Suspiró.
-No vine a discutir. –Dijo-
-Cómo has entrado?-Estire mis brazos algo entumecidos-
-La llave del baño, también abre esta puerta.
-Nunca me lo dijiste, ya veo porque... -Gire dándole la espalda-
-Mira... -Hizo un silencio- Vine para que hablemos. Es ahora o nunca. Este es el momento, y no me iré de aquí hasta que ambos hayamos dicho todo.
Silencio.
Hablar? Hablar de qué? Todo fue dicho allí abajo, en su maldita cocina. Para qué revolver en la basura? Acaso sólo quiere verme sufrir o qué?
-Demonios! Alguien cambio a mi amigo por otro Gerard!-Grite en mi mente-
-Estas loco Frankie. Tú has cambiado. Él, es tu amigo. El mismo Gerard que siempre has conocido. Por qué no puedes aceptarlo?-Dijo él-

-Estas escuchándome?-Preguntó Gerard-
-Si, pero quién te dijo que tengo ganas de hablar contigo? Si piensas que estoy loco, para qué hablar?.-Respondí-
Sabía que estaba colmando su paciencia. Lo notaba en su respiración. Se podía escuchar a dos habitaciones. Estaba encabronado, y esto quizás no tendría un buen final.
-Frank..-Murmuro- Puedes girar? Y mirarme?
-No.-Dije- No quiero escucharte, sólo quiero que te vayas y mañana volveré a Florida. Lo tengo decidido.
-Qu..-Escuche que tartamudeo- Qué?
-Si.-Dije- Para qué quedarme? Sino puedo hablar, sólo te traigo problemas. Piensas que estoy loco,  me encerraran.
-Nadie te encerrara Frank, puedes bajar y preguntárselo a los chicos.
-Los has llamado para que me lleven entre todos por si me resisto?-Fue lo primero que se me ocurrió decirle-
-Frank!-Grito- Olvídate de eso!
-No puedo!-Grite yo también- Te escuché cuando lo dijiste!
Nos miramos. Sus ojos estaban tan hinchados que asustaban un poco. Supe que había llorado, quizás horas seguidas. Pero eso no haría que yo hable. No.
-Te he dicho que sólo fueron unas palabras. Las palabras van y vienen Frank, lo sabes muy bien por nuestro trabajo-Hizo una pausa- O lo que era nuestro trabajo.-Aclaro- Me sentía muy mal, necesitaba hablarlo con alguien. Lo iba a hacer contigo? Claro que no. Llamé a Mickey y punto.
Ya comenzaba a dolerme la cabeza. Sentía algo punzante en los puntos de aquella noche. 
-No lo sé Gerard... -Toque mi venda- Ya no se nada. Estoy tan..
-Tan?-Pregunto-
-Tan confundido, son muchas cosas las que se han juntado.-Lo mire-
-Lo sé..-Acerco su mano a la mía- Pero se supone que estamos para ayudarte, no?
Silencio. Iba a tomarla, juro que lo pensé. Quería sostenerla y poder acurrucarme en ella. Caber en su palma, hundirme allí y no salir nunca más. Que sólo me lleve a todas partes, pasar desapercibido ante todos, no dar explicaciones a nadie.
Pero decidí alejarla.
-Debo tomar mi remedio.-Me puse de pie rápidamente-
-Harás otra vez lo mismo? Evitarme?-Hizo lo mismo-
-Di lo que quieras, no me interesa.-Bostecé-
-De aquí no saldrás.-Camino rápidamente hacia la puerta-
-Gerard... -Murmure- No quiero discutir contigo.-Lo mire- Bueno en realidad si quiero, pero mi cabeza no lo aguantara, debo tomar esas pastillas.
-No, no las tomaras hasta que hablemos. Quiero hablar contigo cuando estas lúcido, y no semi drogado.
Negué con la cabeza.
-Vamos Frank. Díselo. Es tu oportunidad. Esta decidido a escucharte, a platicar. Por qué demonios te rehúsas tanto!?-Comenzaba a taladrar mi cabeza-
-No quiero... -Murmuré- Déjame tranquilo.
-Qué dices?-Preguntó Gerard al escuchar mis murmullos-
-Nada.
-Con quién hablas.? Dímelo. Contigo mismo?
-Por dios Gerard... –Me acerque ya desesperándome- Déjame salir.
-No lo haré.-Extendió sus brazos a los costados para cubrir la puerta-
-Gerard!-Grite otra vez.- No quiero pelear contigo! Hazte a un lado.
-No!-Grito- Dime, dime qué te dice. Quiero saberlo.
-No, no quieres saberlo!-Me aleje unos pasos-
-Dímelo!-Exigió- Te escuchare. 
-Díselo!-Grito mi mente-
-Demonios!-Grite tomando mi cabeza.- Por qué lo hacen tan difícil? Ah!?
-Deja de gritar. Siéntate y habla! Hazlo! –Dijo otra vez-
-Mírate Frank, mira como actúas. Dime qué ocurre, puedo ayudarte.
-No puedes.-Me aleje mientras las lagrimas caían una vez más-
-Dime desde cuándo lloras tanto. Nunca has llorado como lo has hecho en estas semanas. Nunca y sabes que tengo razón.
-Déjame en paz Gerard, vete. No quiero que me veas así.-Voltee-
Sentí sus brazos rodeándome la espalda. Pero eran puñales para mi piel. No podía permitirlo, no. Basta de hacerle daño, podía hacerme daño, pero no a él. Era demasiado, no lo merecía, no lo beneficiaba.
-Vamos... -Dijo a mi oído casi susurrando- Dime.
-Suéltame.!-Lo empuje, quizás demasiado fuerte- No hablaré contigo! Nunca! Prefiero morir antes que decirte que pasa por mi mente!-Grite-
-Por qué!?-Grito otra vez-
-Porque no lo entenderías! Yo no lo entiendo! No quiero entenderlo! Sólo aléjate!
-Demonios Frank! Por qué no quieres que te ayude? Siempre estuvimos juntos! Siempre.-Grito-
Silencio.
-Estas haciendo toda una escena sin sentido Frank. Eres un imbecil. Estas destruyendo todo lo que has construido a su lado en segundos! Habla con él!-Dijo mi mente-

-Frankie...-Murmuro-
-No me llames Frankie. Aléjate Gerard. Sal de la habitación porque juro que si no te haces a un lado, bajare por la ventana.
-No, no lo harás.-Dijo acercándose-

-No?-Pensé- Si pude destrozarme la cabeza contra tu maldita puerta. Puede lanzarme de la ventana!
-Qué? Estas loco Frank! Deja esas ideas estúpidas! Y habla con él! Es más fácil hablar que golpearte! Mira como terminaste la otra vez! Ni lo pienses!-Dijo mi mente-


Camine rápidamente hacia ella, la abrí sin pensarlo. Uno de mis pies se ubico en el marco, y me sostuve de la pared.
Sólo quería salir de allí. Si, estaba huyendo, lo reconozco. Pero qué iba a decirle? Cómo podría explicarle todo lo sucedido hace días atrás? Meses? Años?

Estaba decidido a todo, cuando sentí sus brazos rodeándome. Hizo un poco de fuerza y ambos caímos al suelo. Mi espalda golpeo su pecho.
-Por dios Frank!!!! Quieres suicidarte o qué demonios?-Sostuvo mis hombros-
-Suéltame! Suéltame!!!-Gritaba tratando de safarme-
-Deja de gritar! Son casi las doce de la noche!-Dijo a mi oído-
-No lo haré! Suéltame!!!!-Grite unas cuantas veces-

No importaba el horario, sólo quería que me soltara. Por qué demonios siempre esta salvándome? Por qué no solo deja que me vaya?
Siempre había tenido más fuerza que yo. En un movimiento rápido me soltó, y se ubico sobre mis piernas.
-Cálmate, quieres? Podemos hablar sin gritarnos!?-Sostuvo mis manos por encima de la cabeza-

-Muérete Gerard! Suéltame! -Comencé a forcejear-
-Dime! Dime lo qué ocurre!-Grito-
-Tu, tampoco quieres decirme!-Grite-
Silencio.
Nos miramos.
-Hice que Ray dejara la banda porque no puedo estar a tu lado, sin querer devorar tus labios!-Grito de la nada-

-Díselo! Dilo! Es ahora o nunca Frankie!-Grito mi mente-
-Maldición Gerard! –Grite-Te amo.-Agregue-

Silencio, silencio, y más silencio.
No pestañeaba, no respiraba. Por un momento pensé que le daría un infarto. No podía creer las palabras que había dicho mi boca. Finalmente lo escupí, como si nada. Con bronca.
Pero esperen...El también siente lo mismo.
Pero qué demonios ocurre?
-Qué..?-Soltó mis manos-
-No lo repetiré. –Dije confundido y enfadado al mismo tiempo que mis mejillas tomaban color.- Ya suéltame! Quieres?-Grite-

Se alejo, poniéndose de pie. Nos miramos. La puerta se abrió, Ray.

-Esta todo bien? Escuchamos los gritos y golpes.-Dijo-
-Cómo es que te convenció de dejar de banda porque me amaba? Por qué demonios no me lo dijiste!? Pensé que la habías dejado porque yo lo amaba!-Grite-

No podía creerlo! Ray había hecho lo mismo con Gerard y nunca fue capaz de decirme nada? Pero acaso estamos todos locos o qué? 

-Qué?-Dijo Gerard- Habías hecho el mismo trato con él? Acaso estas loco??-Grito otra vez enardecido-
Ray, sonrió algo nervioso.
-Tenían que arreglar sus problemas. Y sabía que si seguían con la banda, nunca iban a decirse lo que sentían. Por eso, preferí sacarificar todo por ustedes.
-Qué?!-Grito Bob-
-Dios...-Escuche que murmuró Gerard.
-Has dejado la banda por ellos? Entonces no eres un traidor!-Lo abrazo cayendo sobre nuestra cama-
Mickey entro en escena.

Comencé a llorar otra vez, por la impotencia, por la escena bizarra que estaban viendo mis ojos. Lo que habían escuchado mis oídos, por el alivio que sentía.
-Lo lamento Ray!!! Lamento todo lo que te hice!-Hablaba demasiado rápido Bob- Perdóname! Perdóname!-Gritaba-
-Alguien me lo saca de encima?-Preguntó Ray respirando con dificultad- No me deja respirar.
-Michael, llévatelos. Quieres? Necesito estar a solas con Frank.-Dijo Gerard-
Él, se acerco.
-Ya vamos Bob, suéltalo.-Dijo Mickey tironeando de su camisa-


Ambos se pusieron de pie.
-Lo siento...-Dijo Ray- No podía seguir con esta farsa, ustedes necesitaban aclarar sus mentes. Yo sólo, puse mi granito de arena.


Ellos tres, nos miraron y desaparecieron rápidamente.
Silencio.
Me senté al pie de la cama. Rogando a mi corazón que no se detuviese. Este era el momento, el peor momento. En donde no podría mentir, ni escapar. El lo sabía, y ahora pediría más explicaciones.
Encendí un cigarrillo entre diminutos pero notables temblores de manos.
No se movía, no hablaba. Pero sabia que estaba observándome, sentía sus ojos clavados en mi.

-Deja de mirarme.-Dije sin sacar la vista de su escritorio-
-Por....-Casi tartamudeo- Por qué esperaste tanto para decírmelo?-Termino la frase-
-Tengo una vida Gerard.-Fume el cigarrillo entre sollozos- Una mujer, una reputación.-Comencé a abrirme por primera vez-
Silencio.
-La persona con la que hablaba era mi inconsciente. Me habla, o me hablaba. No lo se. –Exhale el humo- Aquella noche en tu baño, quería que se vaya. Me torturaba una y otra vez hablándome de ti, de cómo tenía que enfrentarte y dejar de reprimirte.-Comencé a hablar muy rápido- Y tú esa noche, me interrogaste. Entre en una crisis, en la cual la única solución que se me vino a la mente, fue estrellar mi cabeza sin importarme nada. Sólo quería dejar de escucharte. De escucharlo.-Respire hondo-
-Apenas...-Sabía que lloraba también- Apenas respirabas. Estuviste en mis brazos casi media hora hasta que llegaron los médicos y lo único que pensé era en como me iba a suicidar si tu decidías dejarme.-Dijo-

Luego de saber la importancia que tenía para el, escuchar esas palabras, fueron balas de plata para mi corazón. Cómo pude haber hecho eso!? A Gerard! A mi mejor amigo! 
No pude evitarlo y mi llanto creció. Apague el cigarrillo antes de que cayera al suelo, y provoque un incendio. Cubrí mi rostro con ambas manos, y sólo deje que las lágrimas cayeran sin consolación alguna.

-No no no..Por favor deja de llorar.-Me abrazo-
-Lo siento. Lo siento.-Dije aferrándome a su pecho.- Pero no puedo dejar de pensar en ti. Cada cosa que decía, actuaba, pensaba, escuchaba, me llevaba a ti.-Confesé-
No respondió. Estuvimos un buen rato abrazados, hasta que me soltó, lentamente.
-Mírame.-Dijo-
Lo hice, sonrió levemente y seco mis lágrimas.
-Lamento todo esto. Lo lamento, te has golpeado por mi culpa.-Miro mi venda-
Suspire sin soltar su camisa.
-No...-Murmure - Tú, no tienes la culpa. Es mi culpa, por reprimirte.
Suspiró y nos volvimos a abrazar.
-Qué haremos Gerard? –Pregunte-
-Cada noche que hacíamos esas pequeñas escenas sobre el escenario, nunca las fingí. Nunca.
-Yo tampoco.-Dije a su oído- Pero tenía tuve y tengo mucho miedo.
Me soltó.
-No quería que esto ocurriera. Nos conocemos hace tantos años. No puedo estar enamorado de ti, simplemente no puedo.-Lo solté-
-Lo estas? Estas enamorado?-Pregunte-
-No lo se...- Mire el suelo.-Creo que si.

Ni siquiera estaba seguro de mis sentimientos. Si, me gustaba. Si, me atraía. Pero estaba enamorado? Hay una gran diferencia de estar enamorado a que te guste una persona.
-Y Jamia?
-La amo. Pero también a ti. Dios!-Grite poniéndome otra de pie- Es tan complicado! No se que es lo que siento!
-Cálmate.-Se puso de pie.-Respira, si?
-No puedo Gerard!-Comencé a ponerme nervioso otra vez- Ponte en mis zapatos, dos segundos y querrás golpearte la cabeza como yo lo hice.!-Volví a llorar- Tu no estas en pareja! Tu no has lidiado cada vez que te has acostado con ella, porque sólo estaba tu rostro y anatomía en mi mente!

No estaba pensando en lo que decía, apenas podía respirar. Creía que mi cabeza estallaría en cualquier momento, desparramando mi pobre cerebro en sus paredes.
-Sh...-Se acerco-
-No se que hacer!-Lo abrace-
-Estamos juntos. No?-Escuche a lo lejos-

Mi cabeza estaba a segundos de reventar. Escuchaba su voz, resonaba a lo lejos. Podía ver su hombro, pero mi vista se nublaba.
-Frankie?-Pregunto-
Silencio.
-Frank?-Repitió-


*****

Lentamente, intenté despertarme. Luego, abrí los ojos. Estaba en su habitación. La luz estaba encendida. Recuerdo cuando todo se torno oscuro y perdí el conocimiento.
Me senté lentamente sobre sus hermosas y sedosas sabanas.
Podía escuchar mi respiración entre tanto silencio. Gire la cabeza para mirar el reloj, ubicado sobre la pequeña mesa de luz.
Casi las dos de la madrugada.
-Demonios...-Mire hacia mi frente-
De repente, comencé a tener miedo. Me acordé de todo lo sucedido, dicho y hecho.
Estaba en graves problemas, pero aliviado al fin. 
-Sigues ahí?-Dije a la nada-
-Estaba esperando a que despiertes. Me iré Frankie, has dicho todo. De aquí en adelante recorres el camino tu sólo.-Respondió-
-Pero...-Murmuré-
-No quieres que me vaya.-Termino mi frase.-
-Pues no.-Sonreí levemente jugando con la manta-
-Debo irme. De todas formas sabes en donde encontrarme. Jajaja- Rió- Y no estas sólo-Supo lo que pensaba- Están ellos, en especial Gerard. 
-Lamento haberte reprimido tanto.-Dije- Y gracias.
-De nada.-Respondió- Espero no tener que volver. 
Sonreí y su voz desapareció en mi mente.
Silencio.
Era tan extraño escuchar el silencio, es algo común y corriente, pero mis oídos hace tiempo que no lo escuchaba, siempre estaba él, estaba yo, mi otro yo aconsejándome, y torturándome.
Escuche unos pasos, alguien andaba en las escaleras. Se detuvieron en la puerta de la habitación. Podía sentir claramente a alguien junto a la puerta, esta se abrió.
La cabeza de Gerard se asomó con lentitud, nuestros ojos se encontraron.
-Hola...-Sonrió entrando-
-Hey...-Dije de la misma manera-
-Estas bien?-Cerro la puerta y se acerco a mi-
-Si...-Conteste- Pero me duele la cabeza. Me desmaye, cierto?-Pregunte tocando mi venda-
-Si...-Casi susurró-
Nos miramos, hasta que se sentó a mi lado. Me acomode un poco en la cama, dejándole algo más de espacio.
No sabía que hacer o decir, estaba tan nervioso por la situación.
-Qué haremos?-Apoyo su cabeza en el respaldo-
-No lo se.-Tarde en contestar- Pero la voz se ha ido.-Agregue-
Me miró.
-Si?-Levanto una de sus cejas- Suena raro...-Hizo una pausa- Pero me alegro que no la escuches más.
-No se si me alegro tanto...-Mire la sábana- Ahora me siento algo sólo...-Confesé-
No respondió, estiro uno de sus brazos y envolvió mi cuerpo para llevarlo a su pecho.
-No estas sólo.-Respondió- Estoy yo. Mickey, Ray, Bob.
-Qué han dicho de todo esto?
-Ah...-Suspiró- Creo que aún Bob esta usando el cuerpo de Ray como almohada, y con respecto a nosotros..-Hizo una pausa- Lo tomaron bien. Era algo que ya se sabía.
No conteste.
-No se que haré con Jamia.-Comente levantando un poco mi cabeza-
Nos miramos.
-Creo que eso lo dejamos para mañana. Debemos dormir Frankie.
-Si...Suspire- Pero..
-Pero?
-Te quedaras conmigo?-Pregunte-
-Si tu quieres...-Respondió-
-Yo quiero.-Dije abrazándome a su pecho-
-Demonios que he extrañado que me toques.
Lo mire.
-Tu me has entendido, no me hagas aclarar.-Dijo con una sonrisa hermosa-
-No hay nada que aclarar. Quiero tocarte y sentirte en todas las maneras que existan en este mundo.
Reímos juntos.
-No es sano escuchar eso a esta hora.-Siguió riendo-
Silencio.
-Bien.-Me soltó- Me cambiare y nos dormiremos.
Observe como se desvistió lentamente, y mis ojos no pudieron pestañear para no perderse ni un segundo de aquella exquisita escena.
-Me estas mirando?-Dijo estando de espaldas-
-Si.-Dije muy seguro-
Rió.
Volteó ya vestido, y se acerco a mi.
-Estira tus piernas.-Me dijo-
Lo mire aterrado.
-Vamos...-Suspiró- No te haré nada. Sólo quiero que te pongas un pijama.-Sonrió-
No respondí, pero me destape.
Lentamente comenzó a desabotonar mis pantalones. Los lanzo con una puntería perfecta a la silla.
Me quite la remera. Observo mi torso desnudo, para luego acariciarlo. Suspire.
Sonreímos.
-Demonios que eres perfecto...-Murmuró-
Reí. Me sentía consentido, un niño cuando su madre lo arropa por las noches.
Tomo uno de sus pijamas, y me vistió sin dejar que me moviese.
-Por qué quieres vestirme?-Pregunte levantando mis brazos-
-Porque me gusta cuidarte, y debo tener cuidado con tu cabeza. Ha recibido muchos golpes.-Coloco la remera-
Sonreí. El hizo lo mismo al ver mi cabello revuelto.
Nos recostamos, giro para mirarme.
Sonreí.
Estiro una de sus manos y acaricio mi mejilla.
Me acerque y bese sus labios lentamente. El abrió su boca y lo profundizo.
-Mmmm.-Emití alejándome un poco- 
Sonrió.
-Mejor nos dormimos. Tenemos tiempo que sobra.-Se estiro para apagar la luz-
Me acerque para acurrucarme en su pecho.
-Gee?-Pregunte-
-Mm?-Enredo sus dedos en mi cabello-
-Estoy enamorado de ti. Estoy seguro de eso.-Respondí-
Sentí como sonrió en mi frente.
-Yo también Frankie, y siempre lo supe.-Me abrazo-
Nos acomodamos en nuestros cuerpos, en nuestro mundo. Dulces e imparables caricias hicieron que caigamos en un magnífico sueño.
No podía explicar la felicidad que sentía, aunque muy dentro de mi había algo de amargura por no saber que hacer con Jamia. Pero de algo estaba seguro, tenía y debía estar junto a Gerard, porque lo demás? Sobra y no importa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario