viernes, 30 de marzo de 2012

Frankie karma; Capítulo: #18

Capítulo: #18

¿Alguna vez se han sentido como los actores de una película de horror en la cual no tienen la más mínima idea de cómo llegaron a esa situación?

Mucho menos cómo salir de ella.

Mis ojos estaban secos, no quedaba una sola lágrima en ellos, me dolía la cabeza, los párpados, pero sobre todo tenía un profundo dolor insoportable en mi corazón, el médico al parecer estaba de acuerdo con los Iero, se quedó de pie junto a la cama de mi amado, al que querían asesinar sin razón alguna, ellos no entienden, no saben lo que es amar, amar con cada célula de tu ser, amar hasta más allá de la vida misma, esperé por Frank toda mi vida, si saber que existía, me reserve los más puros sentimientos de amor y entrega, solo para regalárselos a él cuando lo vi completamente mojado, sentado junto a mi puerta, cuando por primera vez en mi vida le dije a alguien “te amo” con toda la honestidad posible en mi.

Respiré profundamente, antes de pedirles a todos que me dejasen a solas con él, accedieron, saliendo en silencio como si estuviesen en el mismo funeral. Chocantes, todos ellos, los padres de Frank solo han hecho una cosa buena en su vida, ese hermoso hombre que descansa sentenciado a muerte sobre esa fría cama de hospital.

Me acerqué a la cabecera, tan lleno de dudas, pensando una y otra vez en que es lo correcto, ¿sí el charlatán tiene razón y Frank está sufriendo?, yo no podría perdonarme, no podría vivir en paz pensando que luché por dejarlo viviendo como un vegetal durante una cantidad de tiempo innecesario, recordé la conversación sobre la madre de Syn, las palabras contundentes de Frank, sus creencia más profundas “No se trata de la cantidad, si no de la calidad de vida”.

¿Está Frank en lo correcto?

Todo en mi cabeza se revuelve, ¿y si soy yo quien está en lo cierto?, Frank es un ser libre, él ama vivir, no creo que se deje vencer tan pronto, además una cosa es lo que dice mi cerebro, otra muy diferente es lo que me grita el corazón.

Apoyé mi frente sobre la suya, acariciando tal vez por última vez su suave cabello castaño, recorriendo las ondas que caían sobre la almohada, aspiré su aroma, lo hice con fuerza, llevándome dentro de los pulmones hasta la última partícula de esa dulce esencia que siempre adorna su piel, deslicé mi rostro sobre su delicada piel, acomodando mi mejilla sobre la suya, sentía sus pestañas encontrarse con las mías, respiré profundamente y el movimiento me hizo sentir cosquillas en mi ojo, sonreí susurrando despacio

- Hasta en coma me haces reír, me haces sentir bien –

Apreté los ojos sin levantarme, sin moverme, sintiendo siempre sus pestañas enredarse con las mías

- ¿Qué debo hacer mi amor? Si tan solo pudieses despertar, o al menos respirar por ti mismo, Frankie amor, tu que crees en esas cosas, dame una señal, un motivo al cual aferrarme para pelear por ti, por favor –

Sentía deseos de llorar, pero mis ojos estaban secos, tan solo me ardía la frente por el esfuerzo, respiré otra vez

- Sabes que te amo más que a mi propia vida, no quiero dañarte, Frankie tengo mucho miedo de equivocarme, pero sobre todo, tengo miedo a estar sin ti, ¿qué va a ser de mi vida sin mi Frankie?, entiende, no hay Gerard sin Frank –

”Y sabes que no puede haber Frank sin Gerard, amor, por favor no te rindas, no dejes que nos separen, olvídate de todo lo que te dije, de lo que me juraste, tu mismo lo dijiste solo son fanfarronerías, es solo eso”

Nunca antes había notado el frío inclemente que hace en esta habitación, y ahora que mis piernas rozan el hierro de la cama me doy cuenta que la maldita es helada, ¡Pobre Frankie! Tener que pasar día y noche en está maldita heladera

- Amor, yo siempre te voy a amar, aunque no estés aquí conmigo –

¡Gerard basta, por favor! No te despidas de mí, no nos hagas esto, Dios ayúdame, no permitas que pase, no quiero... no es miedo a morir, es miedo a estar sin él, miedo a que Gerard esté sin mí, amor deja de hacerlo, deja de hablarme como si fuera la última vez”

No pude soportar más el contacto de su piel, sabiendo que era la última vez que mis sentidos podían regocijarse en la dicha de su ser, levanté mi cabeza despacio, limpiando con mi mano la lágrima que danzaba entre mis pestañas, encaminándome hacía la puerta para llamar a los verdugos, acomodé mi mano en el picaporte, mi dedo se deslizó por los restos de la gota salina que me había limpiado... Pero

¡Yo no estaba llorando!

Regresé a prisa hasta la cabecera de la cama de Frank, inclinándome sobre él, sus ojos, aun cerrados... pero estaba llorando, ¡Mi amor estaba llorando!

Sentí que toda la vida me regresaba al cuerpo, grité con toda la fuerza de mis pulmones

- ¡Estás llorando!, vengan todos, Frank está llorando –

Sentí que la puerta se abría y por ella pasaba una estampida, se agolparon alrededor de la cama de Frankie, sus padres sonreían entre lágrimas, yo acariciaba constantemente su rostro, sentía su energía llenarme a través de la yema de mis dedos, el médico lo miró fríamente

- Es solo un reflejo involuntario –

”¿Involuntario?, con todo el trabajo que me costó sacar un par de lágrimas, ¡definitivamente nadie sirve, ni los doctores titulados, ni los chamanes de pueblo!, Gerard, ahora no le vayas a creer a este

Apreté mis labios, estaba decidido, para desconectar a Frank tendrían que matarme.

- No me importa lo que diga usted, no me interesa lo que mis suegros crean o quieran, a mi novio no lo van a desconectar –

- Sabes que no tienes ningún... –

- Ningún Qué, ¿derecho, voto, voz?, Frank no vive con ustedes, vive conmigo, es mi pareja YO soy su familia ahora, quienes no tienen ningún derecho tan siquiera a opinar son ustedes, y créanme, si es necesario voy a llevar este caso a una corte, y tengo la plena seguridad que me darán la razón, hasta donde sé es un delito desconectar a una persona a la que aun le late el corazón por si mismo –


Que exquisito es el sabor de la victoria, que dulce es la miel del poder, mis suegros aceptaron mi petición, pero antes de firmar los documentos en los que soy el único responsable por Frank, ¡Si, si! Ahora él está bajo mi tutela, y no dejaré que nadie lo dañe, bueno, como decía antes de esa merecida expresión de júbilo, mis suegros me pidieron que solo los buscara si Frank despertaba, ¿sus razones? Era mucho el dolor verlo así, y blah, blah, blah, lo único que quieren es no sentirse atados para seguir viajando de pueblo en pueblo con su estúpida feria renacentista y poder fumar marihuana sin tener que bajar el ritmo porque tenían que visitar a su hijo, al cual, sin temor a equivocarme, nunca han querido, al menos no como un padre normal ama a su vástago

Saqué todo el dinero del banco, y pedí que lo trasladaran a una de las mejores clínicas de la ciudad, no mas cama de hierro, no más habitación helada, ahora Frank descansa en una bella recamara privada, con calefacción siempre encendida y hasta ordené que acomodaran una cama extra para mi.

Hoy se cumple una semana del cambio, miré la fecha en el calendario, y... Oh! Hoy cumplo tres meses de amar al bello durmiente, si es cliché, pero me gusta llamarlo así, además se que a él le divertiría tener un apodo tan cursi como ese.

¿Ahora, cómo le vamos a hacer para celebrar?

Aseguré la puerta, miré el reloj, aun faltan un par de horas para que la enfermera venga a revisarlo, así que tenemos suficiente tiempo.

Tomé la guitarra de Frank y me senté sobre la cama, empecé a cantar mientras intentaba sacarle una melodía coherente a las cuerdas

” Ja ja ja, Gerard amor no hagas eso, es sacrilegio, tu cantas hermoso, pero por favor ¡Deja esa guitarra a un lado! Ja ja, amo hasta su incapacidad de tocar dos acordes seguidos.
Esta última semana ha sido una bendición, mi amor se ha comportado como el hombre recio que es, mis padres... ellos no me importan, nunca me importaron, por eso no me duele tanto su abandono, de todas maneras lo único que necesito está aquí, sentado en el borde de mi cama, martirizando mi pobre guitarra y cantándome con esa hermosa voz”


- ¿Frankie, sabes? Hoy cumplimos tres meses de amarnos, así que esta “serenata” es mi regalo para ti –

”Hum!, Gerard, sabes que seria un muy buen regalo, que de verdad dejaras esa guitarra, no solo porque la tocas horriblemente, si no para dejar tus manitas libres, y celebrar esto como lo haríamos si yo no estuviese en coma, ¿me captas?...
¿Tendré que sacar otro par de lagrimas? No, eso no funciona, creo que antes de poder caminar, hablar o alimentarme de otra forma que no sea por suero, lo que más extraño es desnudarlo, dejar esa piel blanquísima al descubierto, y acariciarlo, besarlo, hacerlo enloquecer... extraño tanto poder hacerle el amor a cualquier momento y en cualquier lugar, hacerlo sonrojar cuando lo tocaba de forma inapropiada en púbico... sentir su entrepierna endurecida, ¡Dios! Quiero tener el sabor de su sexo en mi boca, quiero tenerlo dentro de mi... y eh... ¡Esto es increíble! No puedo abrir los ojos a voluntad, pero mi pijama esta a punto de reventar, O.k, Gerard, baja tu mirada, vamos tu puedes, nota lo que está pasando... ”


Terminé de cantar, acomodé la guitarra a un lado de su cama y me incliné para besar superficialmente sus labios, es extraño, estaban más encendidos que nunca, al rozar su piel sentí que su temperatura había aumentado, pensé en llamar a la enfermera para que lo revisara, pero cuando iba a salir, vi que su cobija tenía una extraña elevación...

¿Esto es posible?, me acerqué entre risas, levanté la manta mirando como un niño curioso que busca lo que no se le ha perdido...

Y si, es posible, Frank tenía una hermosa y enorme erección, me acerqué de nuevo a él, acariciando su rostro

- Amor, ¿te excitó oírme tocar la guitarra? –

”Ja ja, no... nada más lejos de la realidad, pero si me excita tu sola maldita presencia”

Miré alrededor, me quedé pensando unos segundos... esto significará algo...

- Ahora, ¿Qué debo hacer? –

”Aggghh! Gerard no preguntes idioteces, tu ya sabes bien, y Muy bien lo que debes hacer... ¡hacerme!”

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