viernes, 30 de marzo de 2012

Frankie karma; Capítulo: #19

Capítulo: #19

Miré el reloj, tanto tiempo en mis manos...
Miré las paredes inmaculadas de la habitación...
Miré a Frank mientras ahogaba una carcajada en mí

- Amor, no abres tus ojos, no salen palabras de tus labios, pero... –

Me senté sobre la cama, acariciando su rostro con mis dedos

- Pero me indicas que estás vivo... Muy vivo... ¿de esta forma? –

Empecé a deslizar mis dedos por su cuello, apretaba mis labios, ¡es que no me siento bien!, no creo que sea correcto, él está en coma, ¿esto es violación, no?

Cerré los ojos, mientras continuaba recorriendo su cuerpo con mi mano, bajé mi rostro hasta acomodarlo sobre el de Frankie

- Si estuvieses en mi lugar, y yo en el tuyo, seguramente tu no lo pensarías dos veces –

”¡Exacto!, que bien me conoces amor... ahora, Gerard, haz exactamente lo que yo haría”

Mi mano encontró la pretina de su pantalón... está tibio, ¡Que tibio, está hirviendo! Sin querer mi boca comenzó a salivar más de lo usual... Llevo mucho tiempo sin tenerlo, muchos días de solo verlo en esa cama, de besar por encima su rostro, de tragarme las ganas de tocarlo, ansiando como un loco sexópata el sentir su piel dentro de mi...

Se que Frank no se va a enojar...

Muy bien, la puerta está asegurada, las ventanas cerradas y con la cortina bloqueando cualquier mirada que provenga de los edificios aledaños, Frank está más que listo.

Le retiré la ropa, ¡Oh Dios! Por poco olvido lo maravilloso que es su cuerpo desnudo, su abdomen tiene esos vellos que crecen apuntando en la dirección “correcta”, Frank debería tatuarse bajo el ombligo algo que diga “El placer absoluto está unos centímetros más abajo”.

Yo podría escribir un poema completo sobre la belleza, la suave textura, el maravilloso sabor de su pene, su color, forma, ¡su magnanimidad!

Me subí a la cama, con mis rodillas a cada lado de las piernas de Frankie, inclinándome hasta tener mi rostro sobre su maravilla, mis dedos fueron los primeros en sentir ese placer inicial, gemí calladamente, no sea que me oigan, pero gemí tan profundamente, es que nadie podrá jamás comprender las sensaciones que su cuerpo producen en mí.

Abrí mis labios, lentamente, saboreando cada segundo de este momento, no sé cuando volverá a presentarse una oportunidad así, sentí la punta de su miembro rozar mis labios húmedos, los deslicé apretadamente por toda su extensión, llevándome dentro ese exquisito sabor de Frank, no quería que terminara nunca, empecé despacio, moviendo mi cabeza una y otra vez, chupando con ansiedad, moviendo mi lengua por su piel, apretando su cadera entre mis manos, gemí de nuevo, ¡Es la gloria! Su piel, su olor, su textura, todo en él es perfecto.

Cerré la palma de mi mano en la base de su miembro, acariciándolo continuamente de abajo hacía arriba, al tiempo que dejaba que mi lengua jugueteara con la punta, su pene estaba completamente erecto, engrosado al máximo, acaricié con mi lengua su vena que parecía estar a punto de estallar, y debo admitir, mi cuerpo estaba también a punto de explotar, tengo que tenerlo dentro ¡Tiene que ser Ya!

Busqué en la habitación, algo que me ayudase... ¡no encontraba nada! Creo que esta penetración será un poco dolorosa para mí, empecé a retirarme la ropa sin bajarme de la cama, cuando me quité el pantalón sentí algo tubular en mi bolsillo trasero, ¡Eureka! Mi chapstick estaba guardado allí... ¿Alguna ves se han lubricado con chapstick? Ja ja ja esta fue la primera vez en mi vida que una barra que está destinada a mantener sanos los labios, es usada para... eso, lubricarme el culo, esto parece más algo de Frank que algo que yo haría, pero es lo que hay.


Tomé su pene con mi mano mientras me acomodaba sobre él, lo llevé dentro de mí, sentándome despacio, fijé mis ojos sobre el bello rostro que dormía tranquilamente, con la manguerilla de oxígeno entrando en su nariz, empecé a moverme sobre mi amor, sin dejar de verlo, sin dejar de sentirme conmovido al sentirlo dentro de mí, después de tanto tiempo, de tantos deseos reprimidos. Sin detener el movimiento de mi cuerpo sobre él, me incliné para acariciar su abdomen, para hundir mi rostro en su pecho y aspirar con fuerza su aroma

”Debería estar feliz, si debería estarlo, pero en cambio tengo tantas ganas de llorar, yo quiero poder tocarlo a mi antojo, quiero aferrar mis manos en esas nalgas blancas y hacerlo mover con más rapidez, quiero besarlo, morder su labios hasta hacerlo sangrar, quiero gritar su nombre mientras siento que mi pene hace estragos en su interior, no puedo ser desagradecido, es delicioso lo que está pasando en este instante, mi amor está sobre mí, dándose y dándome placer con cada uno de sus movimientos, pero quiero que Gerard sepa que lo estoy sintiendo, que lo estoy disfrutando, que lo estoy amando más de lo que jamás creí que fuese posible amar a alguien”

Continué, ahogando los gritos de placer que luchaban por salir de mí, aceleré mi movimiento sobre él porque mi cuerpo me lo pedía, aun sabiendo que esto podría causar el orgasmo en Frank, y yo quiero quedarme así para siempre, pero se también que no es posible. Apreté entre mis dedos su piel y cerré los ojos cuando sentí que se derramaba dentro de mi, respiré agitado disfrutando de ese placer tan inmenso, Frank no puede ser humano, ¡un comatoso no puede producir tanto placer!

Abrí mis ojos mirando hacía la derecha de la cabecera de la cama, donde están ubicados todos esos odiosos aparatos que lo mantienen con vida, me helé al ver que el respirador no estaba bombeando oxígeno, moví despacio mi rostro buscando el de Frank, ¿será que lo maté? No pude evitar pensarlo, pero al posar mis ojos sobre él pude notar que Frank...

¿Había movido su cabeza?

No lo se, me levanté a prisa, vistiéndome con rapidez, entre tanto pude notar que... ¡Frank respiraba por si solo!, Y muy agitadamente debo agregar.

Lo vestí, acomodando las mantas sobre él como si nada hubiese pasado y salí corriendo a llamar al médico que lo atiende, llegamos junto con un par de enfermeras, el doctor tomó sus signos vitales, revisó el monitor cardiaco, el cerebral y el respiratorio

- No comprendo... –

Acomodó su mano sobre su barbilla mientras movía su cabeza de un lado a otro, me miró extrañado

- ¿Usted le retiró la manguerilla de respiración? –

- No, ya le dije, lo miré y no la tenía puesta y la cosa esa no bombeaba oxígeno –

- Ajá, el respirador tiene un sistema que se desactiva cuando no es necesitado, pero ¿no entiendo?, si la manguerilla no está en su lugar y usted jura que no se la retiró, es porque Frank se movió, ¿Señor Way está seguro que no lo ha movido usted? –

Me sonrojé, ¡Qué va a pensar si le digo lo que pasó!

- No, yo no lo he tocado –

Que fácil me sale mentir

- Señorita imprima los últimos cinco minutos registrados en el EEG, para ver la actividad cerebral de Frank –

Esperé a que el médico revisara la tirilla blanca donde se registraban ondas y no se que más cosas, después de verla con detenimiento le pidió a las enfermeras que abandonaran la habitación

- Señor Way, sea honesto conmigo, usted y yo buscamos lo mismo, la recuperación de Frank, le pido total sinceridad, las ondas muestran una fuerte actividad cerebral, ¿De que le estaba hablando, qué le estaba haciendo? –

Bajé la mirada, quería que la tierra me tragara, si Frank estuviese despierto estaría riéndose de mi

- Gerard, yo se que es su novio, se que lo ama, lo ha de extrañar, y créame, no lo voy a juzgar, pero necesito saber la verdad –

Respiré profundamente, qué más da, ya lo hecho, hecho está


- Es que hoy cumplimos tres meses de ser novios, y le canté algunas canciones para celebrar, y bueno... Doctor, es que Frank tuvo una erección mientras le cantaba -

Esquivé su mirada, hablándole a la pared

- Y yo aproveché eso... usted entiende –

- Si Gerard, lo entiendo, así que Frank está respondiendo más de lo que creemos, eso es bueno –

Sonreí aliviado, al menos no me sacó de acá por maniático sexual

- Gerard, ¿usted lo penetró? –

Con el más fuerte carmín en mis mejillas le contesté meneando mi cabeza de forma negativa

- Muy bien, yo me iré de la habitación, le pediré a las enfermeras que se abstengan de entrar hasta nuevo aviso... –

Me miró de forma cómplice, mientras activaba el impresor del EEG, y después caminó hasta estar cerca de mi

- Yo de usted terminaba lo que empezó... creo que Frank responde muy bien a esa clase de “estímulos” – Caminó hasta la puerta, y antes de salir me sonrió – Pueda ser que la próxima vez que me llame sea para revisar a un muy despierto Frank –

” Ja ja ja, Dios, Gerard debe estar que se muere de la vergüenza, ahhh no me había dado cuenta que respiraba solo, ¿debería notar algo así?, pero bueno, como sea, los aspectos técnicos de mi “comatosides” no los tengo porque saber, ahora lo que interesa es que mi poeta le haga caso al médico, y haga poesía con su cuerpo dentro de mí.
¡De verdad que este doctor me cae mejor que el otro!”

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