martes, 20 de marzo de 2012

Frankie karma; Capítulo: #7

Capítulo: #7

Cambié mi ropa mojada, vistiendo mi confortable pantalón de pijama de algodón, mi corazón estaba en calma, alegre, me sentía como si todo en mi vida tuviera sentido, por fin.

Frank no se movía, no descubría su cuerpo, me miraba acomodar todo para empezar a pintar, tan pronto terminé, le pedí de nuevo que me dejara ver su cuerpo desnudo, el sonrió mientras me negaba tal pedido

- En tu casa te vi prácticamente desnudo, solo tenias un apretado bóxer, ¿que cambia ahora? –

- Eso mismo, no tengo ropa interior para cubrir mis vergüenzas –

El seguía bromeando, yo comenzaba a morir lentamente, él aparenta ser inocente, pero detrás de cada sonrojo, de cada pequeña broma, podía captar que su deseo por mi era igual al mío por él, y de hecho creo que fingía temor para incitarme aun más.
Me acerqué despacio, el se quedó mirándome desconfiado, me arrodillé al borde de la cama, tomando la manta en mi mano, sin despegar mis ojos de su rostro empecé a descubrirlo lentamente, Frank tenía las manos sobre la almohada, a cada lado de su cabeza, tembló levemente cuando retiré por fin, por completo la manta que lo cubría, separó sus labios, tratando de controlar la respiración, empecé a deslizar mi mirada sobre su cuerpo, no se que expresión pudiese tener mi cara, pero mi alma estaba abrumada ante tanta belleza contenida en un solo ser humano

- Tócame – Susurró

Meneé la cabeza apretando fuertemente mis labios, mordiéndolos con tal presión que comenzaron a sangrar

- No Frank... no quiero –

Se incorporó en la cama, cubriendo su entrepierna con sus manos, mirándome aterrado

- ¿No me deseas?... Yo se que no soy, ni seré jamás tan hermoso como tu pero... –

Acomodé mis dedos sobre sus labios, sonriéndole

- ¡No digas eso, Nunca más! Eres el ser más hermoso sobre el que mis ojos se han posado... Frank, quiero retratar tu inocencia antes de arrebatártela -

Tomé suavemente sus manos con las mías, descubriendo de nuevo esa maravilla que tenía entre sus piernas, aguantando las ganas de bajar mi cabeza y besar su pelvis, lamer su intimidad con arrebato, me levanté a prisa, si no lo hacía, pronto estaría con el pene de Frank entre mi boca, saboreándolo... pero no. Aun no es tiempo.

Los trazos sobre el lienzo fueron precisos, ni necesidad de repasarlos, de corregirlos, simplemente lo pintaba con mi alma, lamía el constante hilo de sangre que no paraba de brotar de mi labio inferior, es que cada que la sangre se coagulaba, yo le daba una mirada a Frank para captar alguna parte de su cuerpo, y las ganas por él me obligaban a morderme nuevamente.

Sus brazos, sus piernas, su rostro, inclusive sus pectorales se podían ver perfectamente retratados en la pintura, pero no así su abdomen o su entrepierna, emplazaba el pincel en el lienzo pero mi mano no se movía, no encontraba la forma de empezar, recordé mis primeras clases de arte... “si tus ojos no captan el objeto, pálpalo”

Me llené de temor... el siguiente paso era acercarme al “objeto”, muy sexy objeto debo agregar, y ¿palparlo?... Dios, empecé a reír solo, si le pongo un dedo encima, lo violo... bueno, no sería violación porque Frank así lo desea, pero es que no quiero hacerlo mío, al menos hasta que el Frank que conocí en el parque jugando con niños esté inmortalizado en mi pintura.

- Voy a acercarme a ti, porque debo sentir la textura de tu piel, es solo con un propósito artístico, así que si después de tocarte comienzo a hacer algo más, te doy permiso que me alejes de ti con un golpe –

- Y si... te acercas y no te dejo escapar... –

- Frank, es en serio... – Supliqué

Comencé tocando su esternón, mis dedos empezaron a deslizarse peligrosamente hacía abajo, extendí las palmas de mis manos sobre su tibia y temblorosa piel, sintiendo cada tatuaje, cada textura, jugando un poco con su vello púbico, me detuve justo en la base de su pene, girando mi rostro hacía el bello rostro de Frankie que no paraba de jadear

- No te excites – le dije riendo – Más de lo que ya estas –

Y dejé que mi mano acariciara toda su maravillosa extensión, cerré los ojos, esa suavidad, esa humedad, la tibieza de Frank, me estaba matando, acerqué mi rostro sobre su entrepierna, aspirando el aroma de su sexo, separé mis labios dispuesto a llevarlo dentro, abrí mis ojos, y retiré con rapidez mi cabeza, levantándome de allí, regresando hasta el caballete

- Ya está... creo que ya podré terminar –

Así fue, en pocos minutos el “inocente” Frank descansaba desnudo, para siempre, inmutable, inalterable sobre el lienzo, le di media vuelta al caballete, enseñándole la pintura fresca a Frank, él se levantó envolviéndose de la cintura hacía abajo con la manta, mirando detenidamente cada trazo

- ¿Así es como me ves? –

- ¡Ese eres tu! –

- No... – Meneó la cabeza, dando un par de pasos hacía atrás – Gerard, eso es una versión mejorada de mi –

Me paré a su lado, viendo la obra desde el mismo lugar que él

- No, Frank, te digo, así eres tu, no exageré en tus rasgos, te retraté fielmente, y créeme, soy muy bueno en ello –

- No, es que no te discuto tu talento, yo tengo fotos de todas tus pinturas, conozco muy bien tu obra, solo te digo... a mí no me pintaste basado en lo que ven tus ojos... me pintaste según la imagen que tienes en tu corazón, te quedó muy lindo, pero no soy yo –

Respiré algo molesto, sacudiendo mi cabeza con rapidez

- ¿Estas discutiendo mi talento como retratista? –

- Solo digo lo que veo... además, se ve muy etéreo, la verdad, le faltan un par de alas y será un angelito de libro de cuentos –

Palmeé mi rostro fuertemente, Frank tiene un don especial de sacarme de mis casillas, cerré los ojos conteniendo la ira que sentía surgir cada vez más grande dentro de mi, pero justo antes de empezar a hablar, lo escuché reír

- Te enojas tan fácilmente... es verdad lo que dicen, no aceptas críticas –

Lo miré con ganas de matarlo, pero de nuevo, su rostro alegre y satisfecho me impidió partirle la boca de un puñetazo, miré a mi alrededor, tomando un lienzo puro sin enmarcar, lo extendí en el suelo

- Con qué no sé como retratarte... – Lo miré de reojo – Hum! –

Caminé despacio, hasta estar muy cerca de él, con una mano halé fuertemente la manta que lo cubría, mientras que empapaba mi otra mano de pintura, y la refregaba con rapidez sobre su torso, sin darle tiempo de nada lo empujé sobre el lienzo que tenía extendido en el suelo, tumbándome junto a él, por querer tomar los óleos de la mesita, la tiré al piso con todo sobre ella.

Frank no paraba de reírse, intentando zafarse de mi, exprimí algunos tubos, llenando nuevamente mis manos de la pintura y las pase sobre el rostro de Frank, tomándolo suavemente de la cabeza lo obligué a pasar su cara sobre la tela, dejándome caer sobre el suelo, agotado por la lucha. Frank se incorporó un poco, su cuerpo estaba lleno de mil colores, y su rostro irradiaba una felicidad que nunca antes había visto en ningún ser humano

- Que idiota eres Gerard Way – Exclamó entre risas - ¿Sabes? – Se inclinó hasta estar muy cerca de mi, acariciando suavemente mi cabello – Yo también soy artista... –

Sonrió de la forma más morbosa posible, arrodillándose junto a mi cuerpo, respirando con dificultad, tomando entre sus manos la pretina de mi pantalón, empezó a deslizarla por mis piernas, hasta que me desnudó por completo, se llenó las manos de pintura, y sin dejar de mirarme con esa sexual expresión en su rostro, comenzó a untar la pintura sobre mi, jadeando mientras pasaba sus manos por todo mi cuerpo desnudo, sonrió inclinando un poco la cabeza, tomó un extremo del lienzo y en cuestión de segundos me envolvió en el.

Me sentía felizmente atrapado entre la tela, Frank hacía presión, buscando que mi imagen se impregnara en ella, cuando pensó que era conveniente me destapó, yo estaba sonriente, pero Frank tenía una extraña mirada llena de tristeza.

- ¿Qué tienes? – Inquirí preocupado

Frank se levantó del suelo, regresando a la cama, se sentó desnudo, sin buscar nada con que cubrirse, me levanté también parándome frente a él

- ¿Estás bien? –

Meneó su cabeza, suspirando profundamente, elevó sus ojos hacía mi, mirándome fijamente

- No, no lo estoy... me duele el pecho... tengo nauseas... y un vacío dentro que no se me quita con nada... mi hígado está secretando demasiado –

Me paralicé, nunca pensé que Frank pudiese sufrir de alguna enfermedad

- ¿Necesitas que te lleve al médico? – Me senté a su lado, completamente preocupado

- No, no es necesario –


Giró su rostro sonriendo, de nuevo... De nuevo me hacía caer en sus estúpidos juegos

- Tu me dijiste que el amor es una simple reacción química... estoy enfermo, si, pero de amor por ti –

Dicho esto, Frank se abalanzó sobre mí, empujándome de espalda en la cama, pegando su cuerpo al mío, sosteniendo mis manos junto a mi cabeza, su mirada estaba llena de lujuria, su voz salía con dificultad, se notaba que estaba absolutamente excitado

- ¡Maldita sea Gerard, Quiero que me hagas tuyo ya mismo! –


No hay comentarios:

Publicar un comentario