Capítulo: #3
Le conté las estrías en sus nalgas, 9 en la izquierda, 7 en la derecha, seguí con mi dedo trazando las pequeñas imperfecciones de su piel, subí por la espalda, hundiendo mi dedo en los pliegues de su costado, hasta llegar a su brazo izquierdo, sentía cada pequeña acumulación de grasa con la punta de mi dedo, las conozco de menoría, hasta que llegué a una nueva, abrí mis ojos me incorporé en la cama y levanté su brazo en el aire, justo donde la piel pierde su firmeza tenía un impresionante moretón, con dientes profundamente marcados
- ¡Qué te pasó acá Gee? -
El gordo abrió sus ojos y se miró como si no supiera
- Uh...Mmmmm es que Sil es mordiscona -
¡Sil es mordiscona! ahora esta perra es canibal también, quien se cree para dejarle su fofa piel marcada, sólo YO tengo derecho de morderlo, arañarlo, pegarle si se me da la real gana!!!
Pero en guerra larga hay desquite.
Me hice el loco, el que no le daba importancia a las agreciones sexuales que la súcubo le hace, acomodé a Gerard de barriguitas arriba en la cama, empecé a besar su panza, bajando hasta su pelvis, y le pegué tres buenos mordiscos cerca de la base de su anaconda, me aseguré que quedaran bien marcados, así, cuando la súcubo lo viole de nuevo se de cuenta que mi presencia es algo que siempre tendrá que soportar.
En la noche hay fiesta en casa de Brian, ya la tengo calibrada, no me voy a bañar, para irme oliendo a Gee, cuando la alcohólica esa esté bien ebria voy a intentar de nuevo, es imposible que yo no le haga temblar los calzones...
- I want some mate -
- Said what? -
- Mate -
Mate, claro en plena fiesta y el idiota pide mate, solo le falta ponerse a bailar tango en el centro del salón, esa mujer lo tiene embrujado, quién sabe que clase de cosas le pondra en el "mate"... ajá! el mate le voy a poner unas gotitas para dormir, a eso de la media noche el gordo ya estará roncando y ahí si, Silvia Reymonte, te vas a encoñar con este cuerpecito.
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