Capítulo: #5
El sabor del pene de Gerard es indescriptible, la textura de su piel, tan suave, tersa y aterciopelada, me concentré en chuparselo, olvidandome que la perra estaba allí, en la cama con nosotros, pero su lengua rozando la mia en la punta del pene de mi amor me recordó que no estaba solo, que Gee no era del todo mio, empezamos una lucha sobre su pelvis, mis labios no le daban tregua a los de ella, tomaba toda la extensión se su pene en mi boca, chupandolo con fuerza, moviendo mi lengua dentro, procurandole más placer, Silvia metió su cabeza por debajo de la mia, lamiendo sus testículos, mordisqueando la base de su pene.
Gerard empezó a gemir, se retorcía de placer en la cama, aun bajo los efectos del somnifero, ambos levantamos la mirada para verlo mientras abría sus hermosos ojos oliva, con las púpilas dilatadas, lamiendo sus labios, nos regaló una mirada lasciva a ambos, y nos pidió que continuaramos, yo como siempre de idiota enamorado que soy me quedé concentrado en la profundidad de sus ojos, así que Silvia se inclinó primero que yo y se metió todo el pene de Gee en la boca.
Me quedé un par de segundos pensando...
¿Qué hago para darle más placer?
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