domingo, 25 de marzo de 2012

Homophobia is gay; Capítulo: #1

Capítulo: #1

-Felicidades muchachos, excelente show el que dieron hoy-dijo Brian mientras entrabamos a backstage- Se ganaron una merecida semana de descanso.
-Ya nos hacía falta- dije en un tono algo molesto.
-Yo si sé a qué par le viene mejor este descanso, jaja- bromeó Ray mientras señalaba a Gerard y a Lyn-Z que se besaban en el pasillo sin importarles cuantos teníamos que aguantarnos su desagradable showsito.
-Ray no molestes- replicó Brian mientras le daba una palmada en la espalda-Eso sí, en una semana estamos en Denver ensayando no olviden el show en el Coors Amphitheatre.
-Si Brian, allá estaremos- repuse mientras evitaba mirar hacia el pasillo.
-¿Les quedó claro a todos?
-Brian tampoco estamos así de sordos- le respondí ya exasperado.
-No pequeño Frank, el no lo repite por ti ni por ninguno de los otros tres que estamos allá- dijo Ray conteniendo una de sus típicas carcajadas- él lo dice es por nuestro Don Juan, parece que esta noche…
-¡No más!-interrumpí a Ray- ¡Me tienen harto tus estúpidas bromas!
-¿Qué es lo que te pasa esta noche Frank? Todo te molesta más de lo normal, hasta las tontas bromas de Ray-preguntó Mikey
-Lo siento, lo mejor es que duerma esta noche en el bus y reponga energías debe ser el cansancio del tour, mañana en la mañana salgo para Belleville- contesté evitando la verdadera razón de mi enojo.
-Yo también me voy a descansar a Belleville- repuso Mikey- así que me voy contigo ¿Bob? ¿Ray? ¿Ustedes qué van a hacer?
-Yo me voy a Chicago, como siempre.-Respondió Bob
-¿Y tú Ray?-preguntó Brian
-Yo me voy a celebrar a Miami, lo que menos quiero hacer es encerrarme en mi casa a ver televisión
-¿Gerard tu a dónde vas a ir esta semana?- le preguntó Brian prácticamente gritando.
-Un par de días en New York y luego a Belleville- respondió antes de que Lyn-Z lo sumiera en otro de sus insistentes besos.

No aguanté más. Salí corriendo bajo la impactada mirada de todos los presentes corrí hacia el bus y me encerré. -Los demás encontrarán algún lugar donde dormir, necesito estar solo- susurré para mí. Es que ni yo mismo comprendo por qué me encuentro así, es necesario admitir que siempre he guardado un par de sentimientos por Gerard, el típico numerito de “Frerard”, como suele llamarlo la mayoría de la gente, despertó ciertos sentimientos por él y en este último par de meses los sentimientos se hacen cada vez más fuertes, en particular esta noche. Gerard fue... ¿cómo explicarlo? Mucho más insistente, se me revuelve el estómago de solo recordarlo.

Estábamos tocando I’m Not Okay se suponía que yo entraría con el típico Trust Me y le besaría la mejilla algo cerca de la boca, hecho que me tenía sumamente emocionado, pero no fue así. Yo estaba tan concentrado tocando que no me percaté de lo cerca que estaba, me dedicó una mirada abrasadora, de esas miradas a las que nadie puede resistirse y más si proviene de los hermosos ojos verdosos de Gerard. Yo me esforcé para no perder el hilo de la canción, pero Gerard no me dejaría todo tan fácil. –You wear me out- susurró, mientras introducía levemente su lengua en mi oído. Me perdí completamente, agradecí a Dios que Ray entrara en ese momento con su solo y me diera varios segundos para recuperarme. Respiré hondo, no sin antes darme cuenta que Gerard contemplaba mi entrepierna al mismo tiempo que soltaba una risilla. Si ahí estaba yo, el estúpido de Frank Iero ¡con una erección en frente de 50.000 personas! Rogué, supliqué que las cámaras no se posaran en mí por un momento, solo mientras recuperaba la compostura. Pero no, Gerard se vino hacia mí otra vez, rozando con uno solo de mis dedos el abultamiento en mi pantalón. Con eso fue suficiente para perder todo control sobre mí mismo, “haz lo que vayas a hacer conmigo, lo que quieras, ¡pero hazlo ya!” estuve a punto de gritarle, pero me di cuenta de lo cerca que estaba su micrófono de mi así que me abstuve. La canción terminó, nos dirigimos a backstage para un pequeño descanso, a tomar agua. -Un par de canciones más y se acaba el concierto- musité para mí.

Gerard me tomó de la mano y me jaló mientras se echó a correr. No podía creerlo, a esa altura aún estaba lo suficientemente inocente como para imaginarme que iba a hacer conmigo. Abrió uno de los camerinos, no estuve seguro de cual era hasta que reconocí otra de mis guitarras, me empujó contra el único sofá, debo admitir que era lo suficientemente grande tratándose del lugar en donde estábamos, yo me sentía en el cielo así que esbocé una amplia sonrisa seguida de un tímido “Te Amo”el cual estoy seguro que Gerard ni escuchó. Comenzó con un par de besos desaforados en mi boca, el solo hecho de sentir que posaba sus labios carmesí sobre mí me enloquecía. Mi excitación aumentaba cada vez que el hacía algo, besaba mi cuello mientras con sus manos reventaba los botones de mi camisa, no pude evitarlo hice lo mismo con la suya. Agarró con fuerza mi entrepierna aún cubierta por la gruesa tela del pantalón. Gemí, ya no soportaba más. Soltó mi
correa ágilmente y en cuestión de segundos había liberado una erección que con solo acercarse había provocado. Tomó la base de mi pene entre sus manos y solo alcanzó a pasar la punta de su lengua antes de que escucháramos un par de gritos afuera. –¡¿Gerard?! ¡¿Frank?! Salgan ya de donde quiera que estén, ¡los estamos esperando hace siglos!-la voz era de Brian y se notaba algo molesta.

Gerard se levantó ágilmente, yo suspiré me acomodé el pantalón y me levanté. – Estas camisas quedaron inservibles- dijo mientras me dedicó una sonrisa de perversión por lo que habíamos acabado de hacer. –Ponte esta- le respondí mientras le arrojaba una camisa que había comprado hace poco, casi igual a la que él tenía puesta.

Terminamos de vestirnos y salimos a terminar el concierto mientras yo, aún con la respiración cortada, escondía una sonrisa de felicidad, por un solo momento pensé que Gerard sentía lo mismo que yo.

Pero ahora véanme aquí encerrado en un bus después de presenciar el espectáculo de Gerard y Lyn-Z en el pasillo, está claro, me carcomen los celos en este momento y sinceramente no los puedo controlar.

-¿Qué crees que soy Gerard Way? ¿Tu maldito juguete?- grité mientras las lágrimas se asomaban a montones por mis ojos.

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