domingo, 25 de marzo de 2012

Homophobia is gay; Capítulo: #4

Capítulo: #4


Cuando al fin logré encontrar sus labios, él me los negó y se separó de mí, formando una amplia distancia entre los dos.

-¿Qué pasó? ¿Hice algo mal?- le pregunté
-No, no es eso- miraba al piso.
-¿Entonces qué?
-Es que…
-Es que… ¿qué?-Me acerqué a él y comencé a pasar mis dedos por su espalda.
-¡Que pares Frank!- se volvió a apartar.
-¡¿Qué m!$rd@ es lo que quieres Gerard?! ¡Me traes acá para después dejarme con ganas! ¡Me cansé de ser tu maldito juguete!
-¡Quiero exactamente lo mismo que tú! Pero antes necesito que me prometas una cosa- Me miró a los ojos.
-¿Qué cosa?
-Prométeme que de ahora en adelante creerás todo lo que te diga, aunque, a veces podrán ser poco razonables las cosas que te diga, pero si te pido que me creas, hazlo.

-Siempre te he creído.
-No, no lo haces.
-Entonces lo haré.
-Entonces… ¿Ya crees lo que te dije en la piscina?- mordió su labio esperando mi respuesta haciendo que la herida que le había hecho en la piscina volviese a sangrar.
-¿Que me amas?
-Eso
-Se me hace difícil creerlo- agaché la cabeza.

Blanqueó los ojos.

-Es la verdad- se dio vuelta y caminó hacia la puerta
-¡Espera!- Tomé su brazo y lo voltee, traté de empinarme un poco para después susurrar en su oído –Es que eres demasiado para mí, no te merezco.

Volvió a morder su labio, esta vez la herida se hizo más grande y las diminutas gotas de sangre caían a mis pies.

-Escucha Frank, no digas tonterías. Sé que soy un pobre idiota, que te hago sufrir a cada momento, no soy demasiado para nadie y mucho menos para ti. Solo quiero que entiendas que te amo más que a la vida misma-Abrió la puerta del turco y trató de soltar su mano de la mía.
-No te vayas- le rogué mientras volvía a cerrar la puerta-
-¿Para qué quieres que me quede si no me crees nada?- preguntó
-¿Acaso no habías dicho que querías lo mismo que yo?- Le dediqué una risilla, tratando de que mal pensara al máximo lo que había acabado de decir –Además, si insistes, estoy dispuesto a que me compruebes cuanto me amas.
-Me parece una excelente idea- volvió a sonreír, me sentí aliviado. –Se me dan bien las demostraciones.

Narrado por Lyn-Z

-¿Gerard? ¿Amor?- me levanté asustada al no sentir su fastidioso cuerpo a mi lado.
–¿Dónde estás? ¡Gerard sabes que odio cuando te escondes! ¡Deja de actuar como si tuvieras dos años!- No escuché nada, y tras una ligera inspección a la habitación me di cuenta que no estaba de verdad.

Decidí llamar a la recepción, ellos tendrían que saber algo. -Disculpe, ¿Por casualidad no han visto a Gerard Way por ahí? -Sí el del 1504 -Sí, él es el vocalista de My Chemical Romance -No señorita temo que no podré pedirle que le deje un autógrafo. -Si yo soy su esposa o su novia eso no es de su incumbencia ¡Y si desea conservar su empleo deje de meterse en los asuntos personales de los huéspedes y averigüe donde está! -Disculpa aceptada, ¿Lo vieron entrando al
turco con Frank? … -Muchas gracias señorita, espero que no se vuelva a repetir lo de ahora, de lo contrario me veré obligada a avisarle al gerente.

Le colgué el teléfono a la recepcionista ¡Que molesto puede llegar a ser esto! A veces pienso que la fama que me da Gerard no cubre todo lo que tengo que pasar por él. A decir verdad creo que no me merezco la vida que llevo es demasiado ¿tortuosa? Sí, si hay una palabra que describa mi vida, tortuosa es la ideal. Tomar la decisión de estar con Gerard no fue fácil, él no me atrae en lo más mínimo, es mas cada vez que lo veo siento nauseas, odio tener que hacerle el amor, odio tener
que besarlo, odio tener que cuidarlo y ¡Odio que sea un maldito borracho! Pero estoy segura de que si no hubiera aceptado estar con él, aún estaría tratando de conformarme a la poca fama que tiene Mindless Self Indulgence y al poco dinero que me deja en comparación a los gustos y placeres que el idiota de Gerard me ofrece a diario. Además me gusta que la gente me envidie y estoy segura que tengo un par de millones de estúpidas groupies en el mundo odiándome y envidiándome por poderme acostar todas las noches con su “hombre”, el estúpido Frontman de My Chemical Romance. Definitivamente yo tengo que pagar un precio muy alto para tener todo lo que quiero, pero no me importa, mientras viva puedo amar el dinero y la fama, ¡No necesito amar a un hombre que hasta marica me está saliendo!

Marica. Eso me hizo recordar que tengo que bajar a ver qué m!$rd@ está haciendo con Frank, después de lo del concierto tengo que estar mucho más pendiente de él. No vaya a ser que el otro marica de Frank me lo quite ¡Y pierda toda la fama y el dinero que hasta ahora he conseguido!

Bajé al primer piso tan rápido como el maldito ascensor me lo permitió, corrí hacia la piscina, mi dinero y mi futuro estaban en juego. Al parecer lo que dijo la estúpida recepcionista es cierto. Pude reconocer una camiseta de Gerard en el piso, de la cual se desprendía un camino de pisadas mojadas hacia el turco. -¡Gerard! ¡Amor te necesitan urgente para una entrevista!- grité tratando de que interrumpieran cualquier cosa que estuviesen haciendo. De inmediato me di cuenta que la única forma de detenerlos era sacarlos de ese maldito turco, corrí hacia él pero traté de no hacer ningún ruido al llegar. Giré lenta y silenciosamente la perilla de la puerta, luego de un par de intentos en vano me di cuenta que estaban completamente encerrados. Había una pequeña ventana que daba una amplia vista del interior del turco, bueno, amplia pero no nítida, ¡El maldito vapor solo me dejaba ver la forma de sus cuerpos!

-Me parece una excelente idea, se me dan bien las demostraciones- dijo Gerard mientras empujaba a Frank contra la pared más cercana.
-Me pareció escuchar a Lyn-Z llamarte, ¿Qué hacemos si nos encuentra?- Preguntó el enano marica.
-Nada. ¿Acaso no entiendes que te amo Frank? Yo sé que ella me ama y lamento hacerle daño, pero yo solo quiero estar contigo.- Gerard entrecortaba las palabras, pude ver claramente que mientras hablaba besaba el abdomen de Frank, bajando y sacando cada prenda de ropa que encontraba a su paso.

-Lo mataré- dije en voz baja, mientras veía a Gerard tomar el enorme miembro de el enano y meterlo en su boca mientras Frank masajeaba su cabello y cerraba los ojos a causa del placer.

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