lunes, 12 de marzo de 2012

Just like, magic; Primera parte - Capítulo: #12

Capítulo: #12

Iero se quedó observando ese cambio del color en su pantalón de traje. Allí, donde se había limpiado asustado las manos, el color se había tornado un poco más oscuro por el contacto con el rojo de la sangre. Se denotaba algo mojado. 

Con la uña, raspó levemente la tela, al vérsela pequeñas manchas de sangre vieja se le habían atrapado en el pliegue de la uña y la piel. Se limpió otra vez, asqueado. Levantó la vista hacia Mikey y lo vio con el ceño fruncido dirigiendo sus ojos hacia la nada. 

- ¿Sucede algo? – preguntó. 
- Nada, solo intento recordar que es lo que sucedió en esa caja – señalo con la cabeza frente a él y Frank dirigió su mirada hacia el escenario del teatro. 

La gente ya se había ido del lugar, luego de unos minutos pidieron ver al mago y Mac les prometió que les avisaría cuando Gerard este listo para recibir visitas. 
Seguían esperando en la primera fila, mientras observaban como los trabajadores misteriosos limpiaban los rastros de sangre que había dejado el truco. 

- Pues amigo, fue uno de los mejores trucos que vi en mi vida ¡Te partieron en pedazos! – Iero pareció exaltarse al recordarlo. 
- Si ya me lo contaste... al parecer si fue así por que el lugar está manchado con mi sangre – ambos se estremecieron al ver como el trapo blanco con el que lo limpiaban se ponía de una tonalidad rosada. 
- Bueno podría ser fácilmente sangre falsa o kétchup – Frank sonrió. 
- Si quieren, levántense y huelan el rastro metálico que solo la sangre verdadera podría tener – la voz de la chica reflejó que ella estaba colérica. 
- No... gracias – Iero negó la invitación de Macarena algo asustado. 
- Él dice que ya pueden pasar – ella cerró la boca bruscamente, sus dientes sonaron. 

Mikey y Frank se pararon inmediatamente, como el segundo ya conocía el camino no necesitó que la chica lo guiara. Llegó ante la puerta y tocó con los nudillos. 
Un frívolo “pase” se escuchó dentro y la pareja ingresó al camerino. 
El mago descansaba en un sillón del costando derecho del lugar, aunque a simple vista no podrías notarlo, se le veía algo cansado. 
Se paró inmediatamente y caminó hacia Iero, le estrechó la mano como si lo conociera de toda la vida y se dispuso a saludar al otro. 
Pero cuando sus miradas se cruzaron el brazo extendido de Michael bajó lentamente, sintió como si una cuchilla le atravesara la nuca y se quedó paralizado. 

El color de ojos del mago y Huse se asimilaba tanto que podrían ser de la misma persona. Mikey levantó ambas cejas, al parecer sorprendido por algo y el hechicero dándose cuenta que ambos estaban mirándose directamente, apartó la cabeza y se bajó el sombrero. 

- Que agradable sorpresa Frankie... – comenzó a decir pero sus palabras se perdieron para su acompañante. 


Ya era tarde para evadir el tema, Mikey había notado esa magia de su mirada y sorprendentemente notó esa conexión escondida entre ambos. 
La astucia característica de este personaje, esa que tanto le encantaba a Iero, le hizo notar que no solo había descubierto que sus ojos eran la clave maestra para la magia de Gerard, si no que, también, algo extraño había sucedido cuando se observaron. Fue algo así como una conexión o un inesperado deja vú.
Algo raro había sucedido y no quería dejarlo de lado. Él era ambicioso, lo quería todo, incluso si no le pertenecía. Sonrió divisando en su cabeza los pasos de un complicado plan. 

- Querido amigo, tu negocio tiene una debilidad – dijo por fin, luego de un gran silencio. 
- ¿Cuál? – Gerard dejó de reírse con Frankie y le dirigió toda su atención al otro 
- No veo por las calles algún anuncio publicitario – Mikey con la personalidad de un experto en negocios sacó una tarjeta de presentación del bolsillo de la camisa y se la entregó 
- Para eso vino, nunca te dije que yo trabajaba en una agencia publicitaria ¿no? – Frank rió con sorna mientras el mago leía la pequeña tarjeta. 
- No, te tragaste ese pequeño detalle – dijo sonriente. 
- Yo te puedo ofrecer un par de tentadores tratos que podrían llevar a este show a la gloria... – Huse abrazó por los hombros al mago y lo llevó a sentarse al sillón, para hablar de negocios. 

Iero se quedó apartado observándolos. Gerard parecía una persona normal si le quitabas el gran misterio que llevaba siempre encima y el talento que tenía para ingresar en tu mente. En ese momento Michael le hacia divisar con un poco de imaginación sobre la pared un afiche perfecto para su show, tentando al mago para contratarlo. Este se levantó del sillón y apartando a Michael de la pared, hizo como si borrara el afiche imaginario y se puso a dibujar otro. - Ese también podría funcionar - dijo Mikey ante su idea, Gerard se echo a reír, sujetándose él estómago. 
Aun riéndose notó que Frank lo observaba, dirigió la mirada hacia él y dibujando una misteriosa pero bella sonrisa en sus labios hizo que el estómago de este explotara en regocijo. 
Ese fue el instante, en el que creo yo, que su amor a primera vista salió a flote. 
Iero sonrió también, mientras Mikey volvía a captar la atención del mago al jalarlo de la manga y regresaba a los complicados planos imaginarios en la pared. 
Cada tanto, Way volteaba ligeramente para ver a Frank y satisfecho afirmaba que seguía observándolo. 

Se sentía increíblemente halagado bajo su mirada. 



El trío pasó parte de la noche ahí, bebiendo, riendo y cerrando el trato de publicidad. 
Mientras fuera, una chica algo enojada esperaba que el mago traspasara la puerta de su camerino para desearle las buenas noches, como siempre. Pero eso no sucedió. Ni siquiera hasta a las tres de la mañana cuando Macarena, más llevada por el cansancio que por la resignación, cayó en un turbulento sueño.


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