lunes, 12 de marzo de 2012

Just like, magic; Primera parte - Capítulo: #11

Capítulo: #11


Frank, sin salir de su sorpresa se dispuso a calmar su acelerada respiración. 

Por el costado derecho, apareció Mac y con ella una mesa con ruedas a los pies. El mago cogió de esta un pañuelo y sonriendo de manera extraña le cubrió los ojos a Mikey. Su amigo, sentado por entre el público, temió por su vida

- Van a presenciar uno de los mejores actos de magia e ilusionismo de los Estados Unidos – el público aplaudió levemente, sin dudar de lo que decía Mac - esta vez, hemos acaparado a un invitado que se llama... – 
- Michael Huse Way – interrumpió Gerard con las cejas arqueadas. 

Un extraño sentimiento recorrió las palmas de Iero, ¿Way? ¿No era que el mago se llamaba Gerard Way? Jamás le había tomado importancia al segundo apellido de su compañero de trabajo, pero ahora le parecía una extraña coincidencia ¿Mikey Huse Way? ¿Acaso ambos serían familiares? Dejando sus sospechas de lado y creyendo que realmente eso no importaba demasiado dejó el tema de los apellidos para más tarde. Sin pensar que esa extraña coincidencia le costaría caro luego. 

El mago, moviéndose con gracia cogió unas láminas de una especie de metal de la mesa que había traído su asistente. Hizo un par de señas a Mac y ella caminando rápido trajo una caja del tamaño exacto como para que una persona adulta entrara parada en ella – entra ahí, por favor – pidió a Huse. 

Mikey, sin ninguna especie de tropiezo ingresó a la caja e hizo un gesto afirmativo con la cabeza. Macarena, con cierta dificultad, soltó la tapa de las correas de los lados y esta impidió que los espectadores siguieran observando a la víctima. 

El mago, sin siquiera inmutarse de la cara de horror de un niño frente a él, con un pequeño esfuerzo metió la lamina por la rajadura horizontal que presentaba la caja. Se oyó como es que esta cortaba algo y todos vieron que el filo salía por el otro lado. Pero no como había ingresado, sino que estaba manchado con un poco de sangre.
La sorpresa de aquel pequeño detalle rompió el silencio del teatro. Alguien vociferó un “¡Lo ha cortado!” Mientras otros reprimían gritos en sus gargantas. Una niña comenzó a llorar silenciosa, gimiendo algo parecido a “Dile que deje de gritar”, mientras su hermana gemela decía con la misma voz apagada “Solloza” 
El anfitrión de la noche pareció ignorarlos y cogió otra de las láminas con delicadeza, la puso en posición y haciendo fuerza volvió a cortar el cuerpo que se encontraba dentro. Unas pequeñas gotas de sangre mancharon el impecable piso. 

Todos tenían los ojos abiertos como platos, incluso Frank que aunque sospechaba que todo saldría bien al final le parecía sorprendente lo bien tramado que estaba el truco. 
Por que efectivamente, parecía como si su amigo, dentro de la caja estuviera partido en tres perfectas partes

El mago sonrió de oreja a oreja, cogió bruscamente láminas del montón y sin dejarse llevar por los gritos ahogados que dejaban escapar su público metió estas por otras aberturas a los costados y por arriba. La luz parecía haberse disminuido. 
Luego de un rato, cuando el cuerpo de Mikey podría estar perfectamente mutilado dentro de la caja, Macarena la cogió por uno de sus lados y dio vueltas con ella, para mostrar que efectivamente las laminas de metal habían traspasado y chorreaban disimuladamente un poco de sangre. 

- ¿Asustados? – su voz pareció murmurar por cada uno de los oídos de los espectadores, el mago apenas había movido los labios al decir esto. 

Regresó a su posición original junto a la caja negra y sin dar más ceremonias comenzó a quitar las laminas verticales que minutos antes había puesto él mismo. 
El sonido que hicieron estas puso con la piel de gallina a todos los que observaban, era un sonido desgarrador, sentías inevitablemente como es que el metal cortaba la carne y se separaba de esta con brusquedad. 
Pero lo que vino después fue peor, luego de quitar estas y ponerlas totalmente ensangrentadas sobre la mesa, se dispuso a sacar las que estaban en posición horizontal que si lo pensabas dos veces sujetaban el cuerpo mutilado del que estaba dentro. Sonriendo bajo la sombra de su sombrero, el mago sacó la que estaba más arriba. Se hoyó un golpe sordo, como si la cabeza de Mikey hubiera caído sobre sus otros miembros. Muchos se estremecieron cuando sacó la segunda lámina y el sonido incrementó, el tórax y abdomen habían caído sobre las piernas. Un asco impredecible subió por la garganta de Frank. 

Los pasos de Mac despertaron a muchos de su sorpresa, ella puso con delicadeza en los brazos del mago una gran tela negra. Luego se dirigió a la caja, desamarró un par de correas y a sabiendas del asco que reinaba a los espectadores, la abrió y dejó su interior a los ojos de todos. 
Iero estaba preparado para vomitar, pero su nausea se disipó al ver sorprendido como es que dentro no había sangre ni cabellos. Y al observar al pie de esta no había rastros del cuerpo mutilado que antes había resguardado en su interior. 
Muchos suspiraron aliviados, sin notar como el mago en un movimiento rápido se ponía frente a la caja y reposaba la gran tela negra en el suelo, en el cual sorprendentemente se formó un bulto algo grande. 
Frank se maldijo por no tener unos ocho ojos más. 

- Pobre Mikey – comenzó a decir Gerard, mientras Mac sacaba la caja del lugar – está partido en miles de pedazos – con el pie derecho, golpeó levemente la malformación que hacía la tela. 

Una niña que estaba sentada frente a Iero pareció desmayarse al notar que ese no era tan solo un bulto, si no que eran los miembros destrozados del chico. Su madre la sujetó en un movimiento guiado por la inercia y evitó que se cayera del asiento. Lo que causaba más perturbación no era la palidez de la niña, si no los ojos de su madre, que como hipnotizada no podía quitarle la vista al famoso bulto. 

El mago se puso tras este y levantando las manos como si invocara algo del cielo, sonrió aún con más ganas al notar que su “magia” funcionaba y el bulto empezaba a moverse levemente

- ¿Quieren que todo regrese a la normalidad? – dijo sin bajar los brazos. 
- ¿Quieren que el tiempo se detenga y te dé el chance de pensar las cosas dos veces? ¿Quieres que eso que extrañas vuelva a ti? ¿Quieres que las cosas malas se disuelvan con el aire? – Macarena volvió a hablar con esa voz amplificada. 

Muchos de los presentes acertaron con la cabeza y la vista perdida. 

- Pues eso – el mago intensificó el movimiento de sus manos, Frank, asustado notó que el bulto no solo se movía exageradamente, sino que comenzaba a crecer hacia arriba – solo se logra con magia – 

La tela resbaló del ya agrandado bulto que yacía antes sobre el piso, el protagonista mantuvo los brazos levantados, la multitud había dejado de respirar inconscientemente. 
Y frente la sorprendida mirada de todos, Mikey estaba parado ahí, con los ojos descubiertos, mientras la gran tela negra resbalaba por sus piernas muchos soltaron suspiros, pero cuando esta llegó a sus pies. Algunos gritaron

La cabeza, pecho, brazos, abdomen y cadera de Mikey estaban intactos, pero a su pierna derecha le faltaba la pantorrilla y parecía flotar sin ella. 
Los pies de Frank lo impulsaron, se levantó de su asiento de un brinco y no hizo nada para cerrar la boca, el mago lo observó algo perturbado, pero al momento sonrió y su delgado dedo lo señalo, como echándole la culpa. 

- Bajo su asiento – susurró este, todos dirigieron la mirada hacia Iero y este sintió un picor de nerviosismo en el cuello. 

Lentamente, rogando en voz baja que no sea verdad, se agachó y echó un vistazo. Aguantando un grito observó que efectivamente una pequeña bolsa negra estaba reposando en el suelo. Sin pensarlo dos veces la cogió con algo de asco y evitando tocar mucho lo que se suponía que estaba en su interior corrió hacia el plató y le entrego esta al mago. Que agradecido le sonrió. 
Volvió a cubrir a Mikey (que parecía muerto) con la tela y puso la bolsa entre sus pies, concentrado en lo que hacia, volvió a elevar los brazos. 

- Aunque la magia no siempre es perfecta – dijo, luego de un rato de dolorosa espera, quitó la tela de un tirón y Michael volvió a aparecer, esta vez completo y más consiente que la anterior vez – genial – agregó sonriente. 

El teatro explotó en vítores, Mikey parpadeó un par de veces y sonrió al notar que estaba vivo y coleando. El mago y su asistente se cogieron de las manos y se agacharon levemente como acostumbraban. El trío estaba con una perfecta sonrisa dibujada en las caras y muchos del publico los imitaban mientas otros se sentaban a respirar intentando calmar sus nervios. 








Frank aplaudió intranquilo pensando otra vez que el truco había sido perfectamente planeado y que tal vez Huse era parte del fraude. Negando creer en la magia que se había realizado, se prometió a sí mismo que no descansaría hasta saber la clave. 
Bajó la vista hacia sus manos, recordando que con las mismas había recogido un “pedazo” de su amigo y su grito fue enmudecido por los aplausos de los demás. 




Tenía rastros de la sangre de Mikey en estas...



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