sábado, 17 de marzo de 2012

Just like, magic; Segunda parte - Capítulo: #2


Capítulo: #2

Sin Mikey en la oficina, el ambiente se sentía más sombrío.
Frank intentó concentrarse en lo que hacía, pero se rindió luego de unos minutos. No había podido trabajar tranquilo teniendo esa cosa al frente. Se levantó de la butaca con el propósito de sacarlo, pero cuando se encontró frente al afiche, no lo arrancó, si no que sonrió.
Este, mostraba uno de los espectáculos del famoso mago en acción, esta vez tenía que hacer desvanecer a un montón de conejos y hacerlos reaparecer en extraños lugares.
La foto mostraba al montón de animales que intranquilos intentaban escapar de debajo de la manta, donde el mago pretendía desaparecerlos. Y bajo esta, la descripción de las presentaciones, el lugar y la hora. Frank suspiró al recordar ese día.

Sonrió para sí mismo y regresó al escritorio. Sin quererlo, se acordó repentinamente de Macarena y su lacia cabellera que danzaba siempre al viento cuando estaban en el parque que se encontraba a pocas cuadras del edificio donde trabajaba.
Echando un vistazo a sus costados comprobó que no tenía nada urgente.
Pasó por el despacho de su jefe antes de salir, pidió permiso y aliviado, hizo que sus pulmones respiraran la fresca brisa de ese día, mientras caminaba hacia el parque.
Pero no para ver el cabello danzante de la chica, si no para ver al mago y su increíble pero natural, belleza.


[...]

Él jamás imaginó que habrían tan solo en esa ciudad, tantos apellidos que empezaran con “W”. Tras cinco largas horas de buscar en libros demasiado gruesos, Mikey había descubierto que la ciudad natal del mago era New Jersey, igual que él mismo.
Y tras otras largas horas encontró lo que sería la partida de nacimiento de este.
Sus pequeños y cansados ojos recorrieron el papel, el corazón le latía rápidamente dentro de las costillas. Leyó todos los nombres, presuroso y reconoció solo uno.
Su expresión se tornó sorprendida y satisfecha a la vez.

Corrió ansioso y sacó fotocopias a un par de papeles, luego, aún con la nariz manchada de viejo polvo salió del edificio con un solo destino en la mente: el parque donde el mago solía estar a esas horas, para mostrarle las pruebas infalibles de que podría confiarle, sus más oscuros secretos...

[...]


- ¡Mac! –

La chica pegó un salto al oír su nombre, volteó para buscar el origen de aquel grito y frunciendo levemente el ceño, observó a Frank mientras se acercaba.

- Hola – saludó ella secamente.
- Hola – Frank se acercó para besarle la mejilla - ¿y Gee? –
- Por ahí – se enfureció al escuchar que Iero llamaba “Gee” al mago – debe estar comprando agua – señalo con el dedo hacia un puesto de revistas en la esquina.

Frank la dejó un momento y se encaminó hacia el lugar señalado. Ya desde lejos se veía el traje negro del mago y su sombrero. Apresuró el paso y procurando no hacer ruido, cubrió con ambas manos los ojos de este.

- Adivina quien es – le dijo por la espalda.
- Elvis Presley – sonrió el mago - siempre supe que estabas vivo! -
- Correcto, baby – Frank se apartó y dejó que el otro se diera vuelta para observarlo.
- ¿Qué haces aquí tan temprano? – preguntó sonriéndole leve.
- Es que Mikey no fue a trabajar y sinceramente, estaba aburrido –
- ¿Eso quiere decir que soy tu segunda opción? – Gerard levantó las cejas y agrandó su ya formada sonrisa.
- No – negó Frank – bueno está bien, lo admito, no puedo vivir sin ti, vine, no pude evitarlo – se rió fuertemente, ante su obvia exageración.
- Si, suele suceder – rió Gee mientras cogía un par de botellas de agua y las pagaba.
- Egocéntrico –
- Gracias – el mago comenzó a caminar hacia Macarena.
- ¿Ya hechizaste a alguien? – preguntó Frank siguiendo los pasos de este.
- No... es que Mac esta algo rara, no sé por qué – hizo una mueca.
- Si, lo noté. Mikey también está algo raro. Me llamó a eso de las cinco de la mañana para decirme que no iría a trabajar, luego de eso no pude dormir –
- Pobre Frank, no tuvo sus ocho horas de descanso – se burló Way.

Ambos rieron y se callaron cuando llegaron junto a la chica.

- ¿De qué se ríen? – preguntó ella, observado al mago de mala manera.
- De nada interesante – respondió este, entregándole una botella de agua.

Mac arrugó la frente y le dirigió una dura mirada a Iero, que comenzaba a creer que ella tenía un serio problema con los celos. Hablaron de cosas tontas parte de la tarde y cuando casi anochecía, Mikey apareció corriendo por detrás de él.

El trío, sorprendido por su llegada, lo observó descansar las manos sobre las flexionadas rodillas para recobrar el aliento.

- Mira... esto... – dijo con la respiración acelerada, extendiéndole un par de papeles blancos al mago.

Este, los recibió interesado y empezó a leer sin permitir que Mac o Frank espiaran por sobre su hombro. Levantó la vista y observó a Mikey por largos minutos.

- Así que... – doblo los papeles en cuatro y los guardo en uno de sus bolsillos – querido primo... –

Mikey sonrió satisfecho al observar los rostros sorprendidos de Iero y Macarena, que observaban a los primos Way sin poder creerlo.

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