sábado, 17 de marzo de 2012

Just like, magic; Segunda parte - Capítulo: #3

Capítulo: #3

Tan solo pensar que Gerard era su amigo, le regocijaba el alma a Frank. 


Esta vez, el público se empezó a levantar mientras aplaudía, él, aún algo perdido en sus pensamientos se levantó para seguirles la corriente a los demás. Sus manos aplaudían sin que la cabeza se lo ordenase, seguía observando directamente al mago con la mirada perdida en algún punto abstracto de su imaginación. 
Admitía estar algo confundido. ¿Quién no? El amor es un terreno muy apedreado y lleno de obstáculos, ¡Ni siquiera estaba seguro de que eso sea amor, tal vez tan solo fuera una terrible curiosidad! pero a Frank le bastaba una sonrisa del mago para que quisiera saltar por sobre toda la hilera de asientos y correr a sus brazos sin impedimentos y luego sin importarle nada él... 
Iero despertó de su ensueño algo alterado

Andaba tan distraído que no se había dado cuenta que el mago lo observaba fijamente y hacia una seña con la mano derecha. La gente empezaba a irse del teatro y sus espaldas no lo dejaban ver bien. Pero entendió el mensaje: “Sube” el corazón le dio un salto y movió la cabeza levemente en gesto afirmativo. 
El mago sonrió y se perdió por entre las cortinas borgoña al caminar por el pasillo... 



[...] 

A juzgar por su expresión, Mikey parecía estar sufriendo una fuerte jaqueca. 
Pero no era así, si lo observabas un minuto más notabas que esa no era una mueca de dolor, sino, de concentración. Aunque pareciera a punto de vomitar. 

Observando fijamente a un punto frente suyo, Mikey apretaba tanto los labios que estos ya se habían puesto blancos. Frente a él, un vaso de vidrio y lleno con agua se veía pacífico sobre la repisa. Sus ojos empezaron a lagrimear por el esfuerzo que estaba haciendo. Las manos que mantenía pegadas a sus costados, empezaron a temblar levemente. 

Su ceja derecha se levanto mientras el ceño se fruncía al máximo, el agua dio un leve signo de vida y Mikey cayó arrodillado al suelo, respirando agitadamente y con las manos en su palpitante cabeza. 
Levantó la mirada hacia el vaso otra vez y susurrando muy lento dijo: 

- Demonios... – 

Se levantó y sobándose las sienes se repitió a sí mismo que no debía rendirse. 
Volvió a ponerse en la misma posición de antes y fijó la mirada en el bendito vaso de agua, que había vuelto a recobrar su pasiva superficie. Se concentró en la idea y apretó los puños, quitó todas las ideas de su cabeza y se guió solo por su instinto. 
Sus pies parecían querer elevarse en el aire por el intenso temblor de lo que estaban siendo presos. Sus labios volvían a estar tensos y blancos. 
Entonces, en un milagroso momento, una pequeña ola se formó en la apacible superficie del agua. Mikey sonrió, evitando desconcentrarse. Frunció el ceño y levantó los brazos levemente, los ojos se le pusieron blancos por un momento en el cual lució como exorcizado. Se mordió los labios por el esfuerzo mental y mientras una herida se abría en estos, el vaso se partió en dos y el agua corrió por el estante hasta el piso. 
Mikey se soltó y cayo de bruces al piso, donde comenzó a reír lleno de euforia y júbilo. 

Lo había logrado, ahora podría demostrarle al mago lo tanto que él valía la pena
Pequeñas gotas de sangre de sus labios mancharon el suelo y parte de su cara, Mikey se sintió como en una fiesta y continuó riendo. Sin que por la cabeza se le pasara la idea de que había perdido los estribos por un simple acto guiado por la envidia.



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