Capítulo: #6
Primo y primo no se quitaban los ojos de encima.
Frank sospechaba que estaban hablando telepáticamente, pero esa tonta idea se le escapó por una de sus orejas.
- Bien, Mikey ¿Qué deseas? – el mago hizo una leve reverencia.
Un bufido se escuchó, tras él. Macarena, con los ojos todavía hinchados y cruzada de brazos lanzaba maldiciones en voz baja. Iero pareció oír un “entrometidos idiotas”
- Demostrarte que no eres el único, amigo – respondió este, ignorando a Mac y su susurro, que con el tiempo incrementaba de intensidad.
- ¿Unico en qué? –
Frank temía que su corazón se escuchara en ese silencio. Vio a la chica quitarse los zapatos ruidosamente. Pero entonces, cuando él pensaba que Mikey estaba alucinando cosas, las cortinas cayeron de golpe y una de las sillas cayó al suelo de espaldas.
Él y Mac dieron un respingo y se taparon las bocas al mismo ritmo para no gritar.
El mago juntó sus manos y sin dejar de observar a Michael, hizo que las cortinas volvieran a su lugar y la silla también, se desabrochó la chaqueta negra y se la quitó dejándola caer al piso. Frank sintió que algo le temblaba dentro al verlo por primera vez sin esta, la tela de su camisa era algo transparente, después de todo, dejaba su imaginación volar algo lejos. Way tronó sus dedos y sonrió.
- Impresionante, he de admitir – dijo sonriente – pero no lo suficiente –
Mikey frunció el ceño, uno de los reflectores parpadeó. Cerró las manos para formar un par de puños. Entonces, un estruendo se oyó a los lejos, una gran mesa se precipitó por el pasillo izquierdo y provocó que Frank saltara a un lado para evitar ser aplastado. Esto lo llevó junto a Mac, que soltó un gruñido y se alejó un poco de él.
La mesa se movió rápidamente dando rechinadas contra el suelo de madera y se abalanzó contra el mago, intentando herirlo. Pero este levantó la mano y la detuvo.
- Impresionante, novato, pero no lo suficiente – rió entre dientes.
Una expresión fría y seria se había apoderado del rostro de Michael. Relajó los músculos y se observaron fijamente. Frank temía que el teatro explotara.
- Me estás subestimando – Mikey se subió las mangas con brusquedad – y te va a doler... -
Iero no tuvo tiempo de reclamar por ese trato. Huse dio la media vuelta y lo encontró con la boca entreabierta. Dio tres zancadas, llegando frente a él y lo observó fijo a los ojos, sus manos rodearon los delgados hombros. Una especie de fuerza gravitatoria hizo que sus pies se clavaran al suelo. Frank cerró la boca y abrió más los párpados. El mago hizo un movimiento involuntario con los labios, deformándolos para la izquierda, movió los pies y quedo otra vez, quieto como estatua.
Un vacío, caída libre, un túnel largo, mucha oscuridad y en un dos por tres.
Michael había hipnotizado a Frankie.
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