domingo, 18 de marzo de 2012

Just like, magic; Tercera parte - Capítulo: #1

Tercera parte: Milagro (Julio - 1999) 



Capítulo: #1

Los días pasaron, las semanas corrieron y los meses se volvieron segundos.
Las tardes en el trabajo eran eternas, el reloj parecía ser su peor enemigo, las manecillas avanzaban lentamente, no podía esperar, necesitaba verlo.

Los días que había presentaciones, salía disparado de la oficina e iba al teatro, eventualmente Mikey lo acompañaba, otras lo encontraba ahí, practicando, pero su “magia” no había levantado demasiadas gratificaciones por más que se esforzaba.
A veces, el exhausto Mikey se tiraba al suelo y dormitaba por exquisitos segundos.
Hasta que Macarena llegaba y lo interrumpía, ellos habían forjado un lazo. Pero no del verdadero, de la que se forja por puro interés.

La meta de ambos: Mantener al mago lejos de Frank.

Mac lo hacia por celos, Mikey por puro interés hacia ella. Frank solo quería mantener su relación con Gerard, lo apreciaba demasiado y no quería perderlo. Las conversaciones que mantenía con él no tenían comparación con ninguna otra, sus gestos, su manera de hablarle, todo él, era como una droga que se negaba a dejar.

Pero el mago por otro lado, se dividía entre los tres de manera calculadora. A Michael le enseñaba trucos, para lo cual se encerraban solos en una habitación al final del pasillo, a Frankie le daba curiosidad descubrir sus secretos y más de una vez se golpeó de cara con Mac que también solía espiarlos.
A la chica le daba el trato de siempre, un cariño paternal, la sobre protección de un hermano y el cuidado de un novio. Todo en exactas proporciones. A ella siempre la cuidó, pero jamas sintió algo más que cariño. Pero al mismo tiempo, Mac lo perseguía, seguía con esa idea en la cabeza: Iero se lo iba a quitar y no lo permitiría.
Y con Frank era lo de siempre, conversaciones, pasear por el teatro hablando, ver televisión, llamarse por teléfono. Una gran amistad forjada en poco tiempo.
Jamás se aferró a uno solo y eso plantaba dudas en la chica y en Iero.

Mac lo sabía, siempre lo supo, el mago no la quería como ella quisiera que lo hiciera.
Pero al menos, podía mantenerlo a su lado, aferrarse a él y no soltarlo...









Pero siempre fue así ¿no? Gerard nunca era demasiado obvio. Mantenía a la raya sus sentimientos, mantenía a la raya sus acciones. Por que él sabía que si se descontrolaba, hasta peligroso podría resultar.
Perdía el hilo de las cosas, perdía el hilo de lo que decía y luego se avergonzaba de sí mismo. Se arrepentía, se auto criticaba. Neutro. Neutro.

Pero por entre las olas del mar de la vida, entre las confusiones de su cabeza y esas extrañas alucinaciones, Gerard encontró un gran obstáculo sentimental que no podía controlar. Y sentía que ya no podía soportar su incesante golpeteo.

O su olor...
O su expresión...
Esa cara de niño...
Esa destreza de adulto...
Su inteligencia, su delicadeza...
Su ternura, su perfección...

Él...

Way dejo de incrustar sus dedos en el pequeño juguete anti tensión que tenia en el bolsillo. Miró hacia los lados y el sol le quemó los ojos. Caminando por un lado del parque, ÉL, se acercaba.

Obstáculo... – pensó, sin poder evitar sonreír.

Perdió el hilo de lo que pensaba y se trazó una meta invisible pero concreta.
Si no puedes con el enemigo, únete a él...


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