domingo, 18 de marzo de 2012

Just like, magic; Tercera parte - Capítulo: #7

Capítulo: #7

Pensó un momento en la probabilidad de quitarse la camisa y escurrirla, pero desnudarse con tanta gente a su alrededor y peor, con el frío que había, no parecía una muy buena idea. Cogió con sus frías manos la chaqueta que minutos antes estaba usando, se dirigió a la ventana y sacándola por ahí, la escurrió. Salió una alarmante cantidad de agua. Entonces fue a su escritorio y con un poco de esfuerzo lo empujó más cerca del calentador, para no congelarse. Entonces, la volvió a ver.

La rosa, por la cual había estado un par de minutos remojándose en la lluvia, tenía unas gotas aferradas a sus pétalos. Se veía tan hermosa y tan... tentadora.

El aguacero había cesado minutos después de que Frank se refugiara bajo el techo de su oficina, ahora el cielo se veía nublado, pero los rayos del sol se esforzaban por atravesar esa gruesa capa de lo que parecía, algodón sucio.

¿Ahora qué? ¿Iría al teatro?
La rosa se movió tan débilmente que Iero no lo notó.

- ¿Quién fue el idiota que se puso a escurrir su ropa hacia la calle? – dijo una voz afuera – pensé que sería el único seco en esta oficina hasta que un chorro de agua me cayó en la cabeza -

Un coro de risas femeninas siguieron a la voz.

- Señor Huse ¡Cristina quiere preguntarle qué hará el Viernes! – se oyó un golpe y un aullido, al parecer, la chica le había golpeado a la persona que la delató
-Díganle que estoy ocupado, pero aceptaría si vamos a cenar – Frank sonrió.
- ¡SÍ! – dijo una chillona voz y comenzó a reírse tímidamente.
- Entonces acepto – Mikey ya había llegado a la oficina de Iero y la abrió luego de decir esto. Tenía el saco con manchas oscuras del agua y el cabello aplastado en la parte superior, le sonrió a su amigo – buenos días –
- Hola –

Si Michael tenía tantas posibilidades, si tenía a la mitad de la ciudad tras él, ¿Por qué no se facilitaba las cosas y aceptaba a alguna muchacha?
¡Las cosas eran tan sencillas para él!

- ...y Way podría decir si está bien... – Huse movía algunos papeles, buscaba algo.
- ¿Qué tiene Gerard? – el sonido de su nombre lo había despertado.

Mikey levantó la vista y enarcó las cejas.

- Te decía que podría llevarle el afiche a Way para que lo aprobara y de una vez, pegarlo por la ciudad – enderezó su espalda y lo observo detenidamente - ¿Qué te pasa?

Frank no contestó, se limitó a observarlo a los ojos. Mikey, al parecer guiado por el instinto, examinó la habitación con sus ojos castaños y se detuvo en la esquina del escritorio.

- ¡Oh! – dijo, caminando hacia el lugar.

La inmaculada rosa descansó sobre sus dedos mientras Michael la observaba, entonces levantó la vista hacia Iero.

- ¿Qué te dijo? –
- Nada en especial –
- Creí que intentabas evitarlo –
- Mis pies me llevaron hacia él, no estaba muy consciente de lo que hacía –

Se quedaron en silencio, hasta que la estufa emitió un rugido y se apagó.

- ¿Vas ir a verlo? – pregunto Michael, devolviendo la rosa a su lugar.
- No – se detuvo – lo sé – completó.
- Haz lo que quieras –








Toda la tarde no se dirigieron otra vez la palabra. Mikey estaba demasiado serio y él no acostumbraba a ser así. Frank sintió que estaba haciendo algo mal, cuando en la noche, recogió sus cosas, inclusive la rosa y se despidió de su amigo.

- ¿Vas conmigo? – preguntó tímidamente en el umbral de la puerta, Michael estaba agachado sobre unos papeles – no sé si pueda solo... –

Él no le dirigió ni la mirada. Iero se mordió los labios. Y continúo haciéndolo hasta que llegó a la puerta del teatro. Echó un largo suspiro, apoyó una de sus manos en la perilla y la giró.
Sus ojos verdes. Sintió que poseía vista rayos X al notarlos, pues el mago estaba usando el sombrero otra vez, pero aun así, los sentía.
Caminó con la cabeza gacha hasta un asiento. Se acomodó y suspiró fuertemente.

- Genial – dijo la voz de Gerard, por sobre los aplausos. Frank levantó la vista y lo vio sonreír.

No supo porque, pero él también estaba sonriendo. Sentía que hacía lo correcto.
Por el momento.


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