miércoles, 14 de marzo de 2012

Siempre es de noche; Capítulo: #4

Capítulo: #4

Kiss me goodbye.

El aire se podía cortar con un cuchillo si se hubiese querido en ese instante. 
Gerard se sentía… herido? Quizás, pero ni ese sentimiento, ni los nervios que ataban nudos en su panza, ni las nauseas que iban y venían, ninguno de esos sentimientos era más grande que su sorpresa. Estaba sorprendido de sí mismo, estaba sorprendido por Frank pero por sobre ambas cosas, estaba sorprendido de los efectos que Frank causaba sobre su persona.
Otra vez silencio.
Pensó en echarlo. No. Pensó en refutar la teoría de Frank. No. Ponerse a llorar no era una opción así que respiró hondo y lo guardo todo. No puedo hacer más que callar.
Y otra vez unos cuantos minutos.

-¿No vas a decirme nada?
-¿Sobre qué?
-No lo sé, pensé que me darías un poco más de pelea.
-No, yo ya no peleo. La vida me venció hace tiempo y no tiene caso pelear por nada más.
-Creo que te equivocas.
-Estoy asombrado…
-Aquí lo único que perdiste es la vista porque yo te veo completamente vivo para hacer lo que quieras.
-Que suerte que tienes de ver eso, a mi no me pasa.
-Porque no quieres verlo.
-No, si tuviese que darte una razón por la cual no veo algo, ese no sería el motivo.
-Esta bien Gerard…
-Disculpen…- se escuchó tras el golpe de la puerta la cual luego fue abierta. – Les traje el café y los sándwiches.
-Yo no quiero nada Rosa, gracias. – dijo Gerard secamente girando su cabeza hacia la ventana.
-De acuerdo. Frank, ¿usted?
-¡Claro! Déjemelo Rosa.
-Esta bien. – Le entregó a Frank la bandeja que traía.- ¿Cómo va todo?
-Rosa, ¿le puedo hacer una pregunta?
-Por supuesto señ… Gerard.
-¿Parezco de 5 años? No. ¿Parece esta una reunión de amiguitos de jardín de infantes? No.
-Gerard… - intentó intervenir Frank.
-Y usted no es mi mamá o mi niñera para que nos venga a preguntar si todo esta bien. Si no lo esta es mi problema, ¡tengo 33 años por el amor de Dios!
-Disculpe señor.
-Es Gerard… no señor, Gerard.

Rosa se retiró en silencio dejándolos de nuevo solos.

-Gerard estas bien?
-Sí, estoy bien, por qué?
-Porque demuestras lo contrario. ¿Qué pasa?
-¿Quién eres Frank?
-Soy un amigo de tu hermano… ya te lo dije.
-No, de verdad, ¿quién eres y qué quieres? Y no me vengas con las mierdas de ayer, quiero la verdad.
-Gerard, cálmate…
-Ya Frank, quiero saber ya quien es esta persona que me esta volviendo completamente loco en 24 horas. Qué me hace pensar cosas que nunca pensé en mi vida, qué me hace sentir todos estos… estas… YA Frank, ¿quién eres? ¿Qué quieres conmigo?

El par de avellanas frente a él lo miraban anonadado. Si había algo que Frank creía conocer era a Gerard, pero se dio cuenta de que no era así y ni en su plan ni en su teoría de cómo se podrían llegar a dar las cosas, esa reacción no estaba.

-Te vi el año pasado en el cumpleaños de Mikey por primera vez y sentí la curiosidad más grande que alguna vez pude haber sentido, de hecho soy muy curioso pero nada nuca me dio tanta curiosidad como tu persona. Te observé toda la noche, te escuche hablar, quejarte de la pena que decías dar. Tu humor no era el mejor, en realidad no es el mejor en ningún momento pero de todas maneras me cautivaste. Al final de la fiesta le pregunte a Mikey por ti y me contó un poco. Le pedí si podía conocerte y me dijo que eso dependía de ti. A partir de ese día vengo casi todos los días a visitarte.
-¿¡Qué!?
-Gerard…
-No, es que, ¿¡encima de ciego soy idiota!? ¿¡Me has estado espiando por un año?!
-Estas tan seguro de todo lo que sabes que te cierras en ello y nunca quisiste ver, en todo este año, que esa soledad que inventaste no era real.
-Te voy a pedir por favor que te vayas y si es posible que no vuelvas. Te has equivocado conmigo Frank.
-No, yo sé que no Gerard, por favor.
-No Frank, lo siento pero… yo… yo no puedo, simplemente no puedo manejar estos sentimientos… no… - su respiración se cortaba.
-Si puedes.- Frank se arrodillo a los pies de Gerard tomándolo de las manos.- Por favor, estas sintiendo lo mismo que yo, lo sé, lo siento.
-No… Adiós Frank.
-Gerard.
-Gracias por una experiencia que nunca olvidaré, por los dos días más extraños de mi existencia. Retírate por favor.
-Si me dejaras, te amaría por el resto de “existencia” que te queda.

Frank se inclinó sobre Gerard, tomo su rostro entre sos manos y lo besó. Se besaron. Un beso humedecido por lágrimas. Lágrimas que Frank no notó pero no eran solo suyas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario