Capítulo: #13
La incandescente luz que emanaba la chimenea, se reflejába sobre los gotas de sudor que resbalaban copiosamente del ruborizado rostro de Gerard, su respiración agitada chocaba contra la piel de Frank, sin tocarlo, sin rozarlo con sus labios húmedos, tan solo respirando sobre él, notando trás cada exhalación, como los vellos se erizaban, los diminutos poros se cerraban, y mientras recorria todo el cuerpo tatuado de su amado, utilizando tan solo esta estratégia, respirar suavemente sobre él, la respiración de Frank aumentaba, un suave gemido dejó escapar, al ver como Gerard se arrodillaba frente a él, desnudandose, sin quitarle los ojos de encima, acariciandose él mismo, pasando su mano por su rostro, lamiendo sus dedos, dejando que estos encontraran el camino hasta su pelvis, Frank seguia atento cada movimiento de la mano de Gerard, veía esos bellos dedos largos acariciando esa piel blanca, esa piel de porcelana que él tanto ansiaba tocar, clavó su mirada sobre la entrepierna de Gerard, había comenzado a acariciarse, rodeando su pene entre la mano, moviendola despacio, logrando que alcanzara su máxima erección.
Los gemidos de Gerard eran ahogados, ruidosos, entrecortados por la excitación, aumentando el rítmo en su mano, masturbándose con más brío, empezó a repetir en un jadeo constante el nombre del chico que no retiraba sus ojos de él, Frank escuchaba su nombre salir de entre los labios de Gerard, sin pensarlo se sentó frente a él, apoyando su frente en el tíbio pecho de su amado, estiró sus manos hasta el miembro erecto de Gerard, pero él lo empujo, dejandolo caer nuevamente sobre el piso
- No, te prometí una erección sin tocarte... no me puedes tocar... ¿o es que no te aguantas las ganas? -
Sonrió, lleno de satisfacción al ver los ojos de Frank, casi desorbitados por la pasión que le invadía, se alegró de ver como aferraba sus manos a la alfombra, enterrando sus uñas, apretando los labios, tratando de contenerse, pero el deseo en su rostro lo delataba, la producción excesiva de saliva siempre le informaba a Gerard que Frank estába en otro plano, ya no pensaba, no razonaba, tan solo sentía, se dejaba llevar por sus instintintos, esa fase de Frank le excitába demasiado, haciéndolo alcanzar el climax, dejando que su semen cayera sobre el abdomén de Frank, su propio gemido de máximo placer se confundió con el quedo gimoteo de Frank, quien empáticamente exclamó el placer junto a él.
Gerard se sentó al lado de Frank, observando su entrepierna, una amplia sonrisa se dibujó en su rostro al ver el grueso pene de Frank, completamente erecto, con cada vaso capilar irrigado de la sangre ardiente, dándole esa belleza única, la rosada piel que le cubría se había tonalizado intensamente, y la húmedad le recubria, brillando ahora a causa del reflejo del fuego del hogar, Frank se arrodilló, halando a Gerard de las piernas, buscando la forma de meterse entre ellas, pero Gerard las movió con fuerza, zafándose de él, levantandose del piso
- Ah!, ¿ahora me quieres coger?, lo siento Frank, pero el momento que acabo de pasar lo disfrute mucho, quedé plenamente complacido, y ní tuve que tocarte... ¿si ves?, yo también puedo pasar bellos instantes contigo, sin tener que tocarte -
Dicho esto se inclinó, tomándo su ropa, vistiéndose aprisa, sentándose en uno de los butacos de la cabaña, Frank estába desconcertado, con la base de su abdomén en fuego vivo, lleno de ansias de tomar a su amante y llenarlo de sí, y ahora ¿Qué se supone que debería hacer?
El más joven se levantó del piso, caminando con mucha dificultad, Gerard intentaba contener la risa que ese espectáculo le producía, Frank giró su rostro mientras se dirigia al baño
- Idiota -
- Te amo -
- Callate, eres un... Idiota -
- Ese insulto ya lo dijiste -
Frank se encerró en el baño, Gerard escuchaba los sonidos provenientes del baño, intentó ahogar su risa, pero le era imposible, encendió un cigarrillo, y se sentó junto a la puerta del baño, escuchando como Frank se masturbába, mientras repertía una y otra vez
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