Capítulo: #4
Domingo.
A duras penas puedo ver los renglones del diario, no quiero encender la luz, para no despertarlo, la poca luz que produce la lámpara ilumina su rostro perfecto, tiene una sonrisa dibujada en sus labios, me gusta pensar que esa alegre pasividad es producida por mi, y que igual que él lo hace en mí, yo le produzco un efecto reconfortante, anoche en el elevador estabamos los dos solos, me acerqué por detrás, y le dije al oido, *quieres repetir lo del miércoles?*, yo quería decirle algo más significativo, que no sonara tan sexual, algo que le asegurara de una vez por todas que lo que siento por él es amor, pero soy tan orgulloso, o tal vez prevenido, y no quería decirle lo que siento en realidad, no quiero salir herido, no otra vez, y mucho menos por él, asi que entramos a mi habitación, y esta vez, a diferencia de la anterior, fue algo mas salvaje.. bueno, si es una palabra adecuada, siempre me ha parecido un cliché fastidioso... !pasional!, esa es la palabra, sus manos y su cuerpo me buscaban deseperadamente, y yo solo me dejaba llevar, me mordía, me lamía, me quitó la ropa en una centécima de segundo, ni me dí cuenta cuando, estaba tan absorto en producirle placer que no estaba llevando cuenta de sus actos.
cuando terminamos lo miré a los ojos, y tomé valentía de no sé donde le dije te amo y el solo sonrió, se cubrió con la manta y cerró los ojos, yo apagué la luz y me quedé ahí en la penumbra, esperando un *yo también* que nunca salió de sus labios... cuando despierte se lo voy a repetir, y esta vez espero una respuesta de su parte.
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