Un instante para Noe; Capítulo: #36

Capítulo: #36

“Un instante…” 

Gerard se levantó pesadamente de la cama, cerrando las ventanas para evitar que la fría brisa entrara a congelar aun más la habitación que de por si tenía un gélido ambiente de muerte.

Frank sostenía entre sus manos un hoodie negro que pertenecía a Noe, lo llevaba repetidamente a su rostro, aspirando profundamente el aroma al chico que aun tenía.

- Hay mucho silencio –

- Si, hacen falta sus sermones – Frank respondió sin separar el rostro de la tela

- ¿Quieres comer algo? –

- No, no quiero nada… quiero abrazar a Noe, quiero besarlo, y quiero enojarme con él… - El guitarrista sonrió al decir la última frase, mirando a Gerard – Adoraba enojarme con él, siempre se ponía mal, y así me hacía saber cuánto me amaba –

- Yo quisiera hablar con él, que me contara de su vida… quisiera que se aferrara a mi cuerpo como si yo fuera ese refugio seguro al cual acudir cuando se sentía vulnerado, y quiero morderle la piel, y que se enoje… y me diga que soy el adulto más infantil que conoce –

Se permitieron un momento para llenarse de recuerdos, Gerard se sentó en el borde de la cama junto a Frank, pasando el brazo por sobre los hombros del guitarrista

- No deberías temer, ahora que Noe no está más con nosotros… no debes temer por mí, yo jamás te dejaré, nunca más Frank… te lo juro, por Noe, que siempre voy a estar a tu lado, amándote –

- Eso lo dices ahora – Frank dobló cuidadosamente el hoodie, guardándolo debajo de la almohada, para mirar fijamente a Gerard – Pero después, todos tus demonios surgirán, y volverás a temer ser feliz conmigo, sacarás una excusa patética, y me dejarás de nuevo en el infierno de mi soledad –

Empujándolo suavemente de los hombros, Gerard obligó a Frank a recostarse de nuevo sobre la cama, acomodándose sobre él, tomándole el rostro firme pero delicadamente

- Ahora tienes miedo de perderme también porque sientes ese terrible dolor que crees no superaras, sé por lo que pasas Frank, yo también me estoy muriendo por dentro, y no puedo evitar pensar en él cada segundo, desear que esté aquí, rogarle al cielo que retroceda el tiempo, martirizarme al pensar que si hubiera conducido con más cuidado nada de esto habría pasado… Pero no soporto que estés así, me duele esa actitud… me duele que no creas en mi amor, y sé que tienes razones para no hacerlo, pero te juro, que si en el futuro llego a sentir miedo, o mi pensamiento se nubla de forma irracional, me tomaré un instante para pensar en Noe… y sé que todo el miedo y las dudas se irán porque no permitiré que este dolor enorme que sentimos sea en vano… y voy a honrar su recuerdo, amándote a ti cada segundo de mi maldita vida –

Frank lo miraba lleno de amor, pero lleno también de dolor, levantó las manos para acariciar la blanca piel de Gerard, hablándole entrecortadamente

- Un instante… Recuerdo cuando él me pedía instantes de mi tiempo para ser feliz… - No pudo contenerse, se dejó abrumar por el dolor, hablando ahora entre lágrimas – Y justo ahora… soy yo quién ruega por un solo instante más con él, uno solo… para decirle que lo amo, para pedirle que me perdone… un instante más… -

Gerard se inclinó besando superficialmente la frente de Frank

- ¿Sí Noe estuviese aquí, qué crees que te diría? –

- No lo sé… -

- Yo sí lo sé – Arrodillándose sobre la cama, sin dejar de ver a Frank, comenzó a hablar – Te diría que si hubiese estado consciente después del accidente, él mismo te habría obligado a sacarme primero, estaría sentado en esta cama, con sus enormes ojos castaños abiertos por completo recriminando tu actitud, y se lanzaría sobre ti, susurrando en tu oído, que estás pensando de forma irracional… seguramente derramaría algunas lágrimas, y limpiaría las tuyas, asegurándote que tomaste la decisión correcta, y luego se enojaría contigo, por no apreciar el hecho de estar vivo para compartir el resto de tus días junto a mí… Estoy completamente seguro, que Noe en este momento se siente complacido al vernos juntos, porque el maldito chico… - Apretó los dientes, intentando contener sus propia lágrimas – Ése chico… logró lo que se había propuesto, ver juntos… felices a los seres que más amaba – Se dejó caer de nuevo sobre la cama, abrazando con fuerza a Frank, hundiendo el rostro entre el cuello del guitarrista – Sí Noe estuviese aquí, te gritaría que lo recuerdes con amor y no con dolor, y que hagas un esfuerzo más allá de tu humanidad para ser feliz conmigo, porque eso es justamente lo que estoy haciendo –

El sol iluminaba por completo todo el cementerio, Frank llevaba una rosa roja en su mano derecha, y la izquierda la apretaba fuertemente alrededor de la mano de Gerard

- Hay pasto sobre la tumba, ¿En tres días puede crecer tanto? –

- No creo Frank, ellos acomodan el prado encima cuando terminan de echarle tierra –

Liberó la mano de Gerard sentándose de piernas cruzadas junto a la tumba

- Me gusta la lápida, es sencilla, como lo era él –

- Yo aun creo que es una pesadilla… ¿No lo sientes como si fuera la vida de otras personas Frank? –

- Sé a qué te refieres, como si en cualquier momento despertaremos los tres en la cama y Noe dirá alguna de sus cursilerías… tu le seguirás el juego, y yo me burlaré de ambos –

Frank extendió su mano invitando a Gerard a sentarse con él sobre el prado, sin despegarle la mirada, observando la extrema palidez del vocalista

- Te estás enfermando… no comes casi nada desde hace días –

- Mira quién habla… hasta tus tatuajes se están decolorando de lo pálido que estás – Sonrió

- Se va a enojar, Noe… se va enojar de vernos así –

Gerard asintió sonriendo con un par de lágrimas en sus ojos

- Cuando salgamos del cementerio, vamos a nuestra casa y comemos bien, que este muchachito es capaz de levantarse de la tumba y embutirnos comida para evitar que enfermemos –

- ¡Éste muchachito! – Frank repitió la frase con tono divertido – Me daba tanta rabia cuando lo llamabas así –

- Era de cariño –

Acomodó la rosa roja sobre la tumba, inclinándose hasta besar el prado verde que la cubría, regresando hasta acomodarse entre los brazos de Gerard

- ¿Alguna vez se irá? –

- ¿Qué cosa? –

- Este maldito dolor… -

Suspiró hondamente, apretando el abrazo con que sostenía a Frank

- Si, un día se irá… pero estoy seguro que el amor que sentimos por él prevalecerá por siempre -

FIN