miércoles, 25 de abril de 2012

Un instante para Noe; Capítulo: #9

Capítulo: #9

“Una bella y perfecta combinación”

8: 23 p.m.

Noe miraba fijamente a Gerard, su rostro no tenía expresión alguna, lo único que hacía era menear su cabeza, al tiempo que repetía “nada, no siento nada”

Gerard Way en cambio, moría de risa en sus intentos fallidos de buscar un punto sensible en el cuerpo del chico, intentaba hacerle cosquillas, intentaba hacerlo reír.

Noe tomo las manos de Gerard entre las suyas, mirándolo de forma tan pícara, que Gerard pudo jurar ver una insípida sonrisa en el rostro del chico

- No sigas, solo me haces sentir dolor, y me gusta el dolor – Entrecerró un poco sus ojos, lamiendo lentamente sus labios – Pero “otra clase de dolor” –

Esa simple mirada, ese tono lascivo con que Noe habló, hicieron que el cuerpo de Gerard se estremeciera, y sin querer una súbita aceleración de su presión sanguínea se apoderó de su entrepierna, infructuosamente el vocalista intentó contener las ganas de empujar a Noe contra la pared y arrancarle por completo la ropa, él no quería ser quien diera el primer paso, tenía planeado que fuera el mismo Noel quién le rogara por sexo, pero su plan se truncó.

Sorprendido por la extraña violencia de Gerard, Noe intentó empujarlo lejos de sí, pero su cuerpo estaba aprisionado entre la pared del baño del bar del hotel, y el cada vez más excitado cuerpo de Way, que ignoró las débiles peticiones de Noe, el “basta”, “detente” y “por favor Gerard” no lograron calmar el ánimo del vocalista, sus labios los aferraba con violencia al cuello del chico, sus manos se escurrían con rapidez entre la ropa interior de Noe, buscaba con desesperación el contacto de ambos sexos.

- Eres igual a él –

Alcanzó a decir Noe, justo en el momento que Gerard Way desataba su propio pantalón, fue cuestión de un segundo, la cremallera volvió a ser subida, el cinturón asegurado y dos pasos hacia atrás

- No, no soy igual a Frank… es solo que –

Gerard no pudo más que bajar su mirada, se sentía frustrado y profundamente avergonzado, pero sabía que estos sentimientos no eran fáciles de notar a simple vista, así que tomó ventaja de su habilidad para llorar sin un motivo real, y con ojos empañados miró a Noe fingiendo un profundo abatimiento

- Lo siento, Noe, perdóname… No sé qué bestia se apoderó de mí – Se acercó despacio al chico, tomando el rostro de éste en sus manos – Yo jamás te dañaría… - Esquivó un poco la mirada, estaba a punto de mentirle y no era capaz de verlo a los ojos – Mis sentimientos por ti son muy profundos, yo no quiero estar contigo solo de forma sexual, yo quiero que cuando eso llegue tu me ames tanto como te amo a ti –

Sonrió, dando media vuelta, dejándolo en el baño del bar, tenía rabia, esta acción podría costarle perder la confianza de Noe, y si no era por él, Gerard no podría enterarse de lo que pasaba con Frank.



9:07 p.m.

Frank atravesó el bar, dirigiéndose hacia el pequeño jardín interno del hotel, tenía la mente en blanco, tan solo caminaba atraído por el tranquilizante sonido de la cascada artificial, se acercó hasta pararse en la orilla de una pequeña alberca en la que unos cuantos peces de colores nadaban aleatoriamente

Noel Duncan fue atraído por la misma sensación de calma que el agua producía al caer, tenía que pensar, debía aclarar las dudas en su mente, le era extraño que de un momento a otro Gerard se interesará en él, y más extraño aun que asegurara no odiarlo a sabiendas que se estaba acostando con Frank, y ese estallido de violencia en su personalidad le hacían dudar mucho más, algo no andaba bien, y Noel no era un tonto como para no darse cuenta que estaba metido entre el fuego cruzado

- Son estúpidos –

Frank giró su cabeza al escuchar a Noe hablar detrás de él

- Los peces, son estúpidos –

El guitarrista sonrió, dando un vistazo a su alrededor, no había nadie más que él y Noe, estiró su mano ofreciéndola al chico, que la tomo y avanzó hasta pararse a su lado

- No digas eso, solo son animales, son bellos –

- Lo son, en un plato con salsa tártara por encima –

Frank meneó con rapidez su cabeza

- No hables así, me da rabia la gente que no respeta la vida –

Noel Duncan se encogió de hombros, decidió no contrariar a Frank, sabía que no le convenía, bajo ningún aspecto

- Vamos a mi habitación – Susurró el chico

Frank lo miró de reojo, se disponía a aceptar la invitación, pero notó una zona del cuello de Noe completamente enrojecida

- ¿Quién te hizo eso? – Señaló levantando su barbilla

Noel se llevó la mano al cuello, y como era usual, le contó a Frank todo lo sucedido en el baño del bar. El guitarrista soltó la mano de Noe, parándose frente a él con los brazos cruzados sobre su pecho

- Tu eres libre de hacer lo que te plazca, así como yo lo soy, solo te advierto, si tienes sexo con Gerard, yo no te vuelvo a tocar jamás, así que decide con quién quieres estar –

Y sin más abandonó el jardín artificial del hotel, alejándose de Noe, sintiendo como en su interior la ira contra Gerard comenzaba a aumentar, los celos se apoderaban de Frank, celos de Noel, celos de Gerard y las ganas inmensas de romperle la cara a los dos




9:30 p.m.


La lámpara en el techo de la suite del hotel se deformaba cada vez más, Gerard no despegaba su vista de la gran araña de bronce ubicada en medio del techo, se recostó en uno de los muebles de la salita que comunicaba el resto de habitaciones en el piso que habían tomado solamente para la banda, estaba solo, meditando, trazando un nuevo plan a seguir, buscando la forma más adecuada de eliminar el obstáculo en su camino.

Pensó en pedirle a Brian que despidiera al interno, pero esa sería una movida de un perdedor, y no era así como Gerard Way quería ganar esta guerra, él debía asegurarse que Frank Iero terminara odiando a Noe.

No sintió la presencia de alguien más hasta que escuchó el movimiento de los papeles, Noe se había sentado en un mueble frente a él, encendió su laptop y comenzó a ingresar los datos que tomaba de los documentos.

Gerard se levantó, sentándose junto a Noe, pretendiendo ayudarle, tomó uno de los documentos llevándolo a la altura de sus ojos

- ¿Kranz? –

El chico levantó la vista, revisando por encima el papel que Gerard sostenía, era un viejo certificado de sus notas en el colegio

- Ah, sí, es mi apellido –

- ¿Qué no era Duncan? –

- Es el de mis padres adoptivos, me lo cambié al realizarse la adopción-

Respondió fríamente, concentrándose de nuevo en su laptop

- Aun estás enojado conmigo, lo puedo sentir –

- No quiero hablar de eso –

Gerard cerró la computadora, obligándolo a prestarle atención, se inclinó sobre el chico, rozando su frente

- No quiero que te enojes conmigo, me hace mal –

Su voz era zalamera, exageradamente tierna, su mano izquierda recorría con suavidad los negros cabellos de Noe, y con su mano derecha acariciaba la barbilla del chico, intentando acercarlo hasta sus labios, Noel se estremeció, tenía deseos de besarlo, lo que Gerard producía en él nadie más lo había logrado, esa sensación de ternura, la ilusión de que el mundo perfecto existe, pero a la vez ese sentimiento de duda y desconfianza, cada segundo que Gerard acercaba más sus labios, Noe sentía reventar su cabeza de tantos pensamientos encontrados, él, sin la falsa seguridad de Gerard podría vivir, pero sin Frank, aun con su indiferencia, no.

- Lo siento – Murmuró al tiempo que se retiraba – No quiero –

Las manos de Gerard tomaron con fuerza el rostro de Noe, besándolo sin su consentimiento, creyendo que ese beso la haría cambiar de parecer, pero Noe lo empujó con fuerza, levantándose del asiento

- ¡No! – gritó – No quiero que me toques, no quiero que me beses, no quiero que vuelvas a hablarme más, aléjate de mí Gerard, yo solo quiero estar con Frank –

El desconcierto crecía en Gerard, pero aun así permanecía calmo, relajado, sentado en el mueble, mirando a Noe con indiferencia

- ¿Él te prohibió estar conmigo? –

- Tan solo quiero que te olvides de mí –

- Respóndeme –

Noel metió ambas manos entre los bolsillos de su pantalón, cada musculo de su cuerpo estaba tensionado, miró tristemente a Gerard

- Si, él me advirtió que si estaba contigo no podría estar con él –

- Pero él no tiene porque enterarse –

- No entiendes, yo no soy capaz de mentirle, no puedo –

- O sea que prefieres estar con un imbécil que te trata mal y que solo te busca para satisfacer sus deseos –

Noel asintió con su cabeza, hablando en tono bajo, más para sí mismo que para Gerard

- Lo amo demasiado –

Se levantó del asiento, parándose frente a Noe, muy cerca de él, sin tocarlo, tan solo mirándolo fijamente a los ojos

- No seas cruel… - Fingió que su voz se ahogaba por un llanto inexistente – Está bien si no quieres tener nada conmigo, te entiendo, pero no pidas que deje de hablarte, o de interesarme por ti, yo te lo dije, y lo confirmo, en ti no busco sexo, yo te amo, de verdad y por más que quieras alejarme, yo voy a estar siempre pendiente de ti, cuidando que nada te dañe jamás –

Gerard apretó sus labios para esconder una sonrisa, todo lo que acababa de decir le parecía absolutamente ridículo, pero efectivo, Noel se lanzó a sus brazos, hundiendo el rostro entre su pecho, suspirando repetidamente, Gerard lo abrazó con fuerza, descansando delicadamente sus labios en el oído de Noe

- No me pidas que deje de amarte, para mí eso es imposible –




9:57 p.m.


Las pupilas de Frank estaban dilatadas, lo podía notar al ver su reflejo en el espejo, recorrió su propio cuerpo con la mirada, estaba apoyado con ambas manos sobre el tocador de la habitación, el mueble se movía por completo, Frank reía al escuchar el golpe ahogado que daba la madera contra la pared, su cuerpo doblado a 45 grados, podía ver a la perfección los tatuajes en sus brazos, el sudor caer por su frente, y cuando no cerraba los ojos para acompañar la acción de gemir en cada profunda penetración, podía ver sus labios enrojecidos, bañados en su propia saliva, abiertos para poder respirar mejor, amó esa imagen, en un segundo se pensó el ser más bello sobre la tierra, pero sus ojos se elevaron un poco, mirando al hombre que aferraba con fuerza su cadera, el que rozaba con las suyas sus piernas, él que fruncía el entrecejo y tenía sus olivos ojos en el nirvana, cada vez que empujaba con violencia la pelvis contra sus glúteos, él que no se ahogaba los escandalosos gemidos de placer, ése que no podía evitar el temblor en sus labios cada vez que susurraba “oh, Frankie uno de estos días te voy a matar”, ése hombre de piel blanca, de facciones prácticamente perfectas, ése hombre que era su locura y sanidad, ése que Frank por momento quería odiar, era para él, el hombre más bello sobre la tierra.


Gerard abrió un poco sus ojos, deslizando sus manos por la cadera de Frank, hasta tomar sus glúteos entre ellas, apretándolos suavemente, mirando complacido como la tersa piel de Frank se enrojecía lentamente bajo la presión de sus manos, continuó el recorrido con su vista, leyendo como si nunca antes lo hubiera hecho, lo que decía en los tatuajes de Frank, elevando su vista hasta encontrarse con su propia mirada en el espejo, desde ese ángulo, él y Frank parecían uno solo, un extraño ser mitológico, una bella y perfecta combinación, recorrió su rostro con la mirada, su pequeña nariz, sus mejillas ruborizadas por la excitación, su frente pálida bañada en sudor, sus cristalinos ojos verde oliva adornados con esas imposiblemente rizadas pestañas negras, sonrió amando su propio reflejo en el espejo, sin mirar nada más, embelesado con su propia imagen, pero sus ojos se enfocaron en Frank cuando éste sintió que su cuerpo estaba a punto de estallar y gimió con más intensidad, los labios completamente rojos, reflejando en su humedad las luces de la habitación, sus parpados completamente cerrados, sus delicadas cejas arqueadas, sus mejillas tan encendidas que parecían irradiar luz propia, la delicada curva de su barbilla que enmarcaba su rostro perfecto, su cuerpo rollizo y compacto, Gerard no pudo guardar dentro sí lo que pasaba por su mente en ese momento, y olvidando su propio reflejo aseguró, fuerte y claro

- Maldito Frank, eres lo más hermoso que he visto en mi vida –

El mueble de tocador dejó de ser golpeado contra la pared de la habitación, Frank se dejó caer sobre el frío piso de cerámica, Gerard lo acompañó, recostando su cabeza en el pecho de Frank, haciendo círculos con su dedo alrededor del ombligo del guitarrista, logrando sacarle una risa tras otra

- Al menos tú sientes cosquillas –

Frank acariciaba los cabellos de Gerard

- ¿Al menos yo? –

- Si… ese amante tuyo es insensible –

- Ahora no quiero hablar de él –

- Obvio, porque sabes que tengo una queja –

El guitarrista apretó entre sus dedos el cabello de Gerard, halándolo hasta hacer que el vocalista levantara su cabeza y lo viera a los ojos

- ¿Qué, Noe te rechazó? –

- Estás jugando sucio Frank –

- ¿Cuántas veces tendré que decirte que Noel no es un juego para mí? –

Gerard liberó su cabello de entre los dedos de Frank, acomodándose sobre el cuerpo de Iero para verlo mejor

- Estás tan preocupado en escurrir de Noe hasta la última gota de placer que no te has preocupado por saber “quién” es él, pero tu sigue así, que yo tengo mucho tiempo en mis manos para arrebatarlo de las tuyas y destruirlo por completo –

No hay comentarios:

Publicar un comentario