miércoles, 9 de mayo de 2012

Amor en silencio; Capítulo: #4

Capítulo: #4

Llegamos a casa y todos dormían, creo que nadie sintió el ruido de la ambulancia.

Te lleve hasta tu pieza y te recostaste en la cama “te hizo algo la chica?” pregunte tímidamente “no” respondiste con la voz invadida por la tristeza “y….entonces por quien te hiciste eso?” pregunté extrañado “Ger…ya no me quieres?” me preguntaste “Frank! Como no te voy a querer!” te respondí “entonces…tal vez no es de la misma manera que yo te quiero a ti…porque o sino no me la hubieras presentado” dijiste a punto de llorar “no entiendo” dije “te amo!! Gerard, estoy enamorado de ti!!” me gritaste llorando. No sabía que decir estaba muy feliz, las palabras no salían de mi boca. Y que tal si era una ilusión? O si era un sueño? . “Ger! Di algo” me gritaste.

Como las palabras no salían de mi boca te bese. Fue un beso sutil lleno de miedo, pero que a la vez era majestuoso. Me miraste atónito “yo también” te respondí y tu cara se lleno de felicidad, me abrazaste y luego me diste otro beso, este tenía ya confianza no era tímido, estaba lleno de pasión. Me hiciste recostarme a tu lado, no nos dejábamos de mirar, creo que ambos teníamos una sonrisa boba.

Me volviste a abrazar , pero esta vez en vez de besar mi boca besaste mi cuello, sentía tu lengua en mi cuello. Sacaste mi pollera tímidamente y yo hice lo mismo contigo “Frank…estas seguro…?” pregunté “sí, Ger dame otro beso” dijiste te bese con todas mis fuerzas y me subí encima de ti, mordía tu cuello y este no tardo en comenzar a sangrar, lamía tu sangre y luego te besaba en la boca. Tus manos me acariciaban tímidamente el cuerpo “Frank, ya…habías estado antes con algún chico?” te pregunté “sí, más o menos, hace tiempo” contestaste ruborizado y luego me preguntaste “hace cuanto tienes este sentimiento?” “hace mucho tiempo, demasiado” conteste acariciando tus mejillas. Pasaste tu mano por el resorte del pantalón y me lo quitaste, yo saqué de un solo tirón tu pantalón. Ambos habíamos quedado solamente en ropa interior, aunque no tardamos en quedar completamente desnudos.

Tus caricias eran lentas y sutiles, pero se sentían jodidamente bien; nos giramos y tú quedaste encima de mí. Pasabas tu lengua por todo mi cuerpo, bajaste hasta mi muslo y lo mordiste, yo solté un gemido. Luego lo colocaste en tu boca, cada vez lo apretabas más fuerte y mis gemidos se pueden escuchar en toda la habitación “sigue, por favor” te suplico, estoy aferrado a las sabanas, mantengo mis ojos cerrados, mi respiración cada vez es más agitada. Te detienes, te acercas a mí y me besas apasionadamente. Te recuestas a mi lado y acaricio tu pelo, te acurrucas en mí como un niño pequeño y así te duermes. Estas cansado, yo también, son muchas emociones para un solo día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario