sábado, 19 de mayo de 2012

Teenagers thing's; Capítulo: #1

Capítulo: #1

La clase se tornaba cada vez más aburrida. Aquel profesor tenía la costumbre de hablar y hablar sin parar, mientras todos nos quedábamos dormidos. ¿Yo? Estaba sentado en el rincón del salón. Bien atrás. Junto a mi compañera y mejor amiga Idiel, quien observaba al profesor de manera concentrada. Ella era mayor que yo, al igual que todos los de ese salón. Me consideraban un chico “superdotado” por lo cual teniendo quince años, estaba en la clase de los de dieciocho.

Mi cabeza me pesaba. Solo quería posarla sobre la mesa para dormir, al igual que todos lo demás. No había nada, de lo que decía el profesor, que yo no supiera. Muchas veces era algo molesto para mis compañeros y profesores, el que yo tuviese un nivel de inteligencia mayor, ya que en ocasiones corregía cosas de las cuales hablaban o en las formas que se expresaban, pero no era con mala intención. Simplemente… me salía.

Di un vistazo a toda la clase y pude notar que solo había un par de chicos que seguían escuchando, incluyendo a Idiel. Pero ahí estaba, solo una par de asientos más adelante… Gerard Way tan perfecto como siempre. Me pareció raro que aun no durmiera, ya que él no era de la clase de chicos estudiosos. Más bien era de aquellos populares molestosos, al igual que su grupito de “amigos”. Gerard era el líder. Era el chico más popular y engreído que en mi vida he conocido. Bueno… no lo conozco, pero si corren muchos rumores de su personalidad y lo demás se nota a leguas. Todas las chicas quieren salir con él y al parecer no es muy difícil. Todo su grupo lo sigue en las cosas que hace, todos los imitan. Pero no se que es lo que capta mi atención en él. ¿Será su perfección? Me cuesta mucho pensar en esa opción, ya que me decepcionaría de mi mismo de lo superficial que eso suena. No lo sé…

No me considero un chico tan básico como para eso, pero si me considero un chico raro como para estar bobamente “enamorado” de aquel tipo desde pequeño sin si quiera conocerlo. Siempre me gustaron los hombres, no fue algo que pudiese controlar. Sabía lo que me sucedía y sabía que estaba mal por el nivel de moralidad que aprendí desde muy corta edad, pero me lo reservé hasta el día de hoy. Solo Idiel lo sabe. En fin… Consideraba que Gerard era una especie de amor platónico para mí, aunque fuese un estúpido creído.

Continué observándolo y entre tanto baboseo, pude notar como los rayitos de luz que provenían de la ventana, se veían como si estuviese pintado y quise dibujarlo. Tomé un lápiz y comencé a formar el hermoso rostro de Gerard, entre pequeñas curvaturas. Intentaba hacer que quedara bien y la vedad, logre mi objetivo gustoso. Hace mucho tiempo que no hacía algo realmente como quería. Me gustaba mucho el arte, sobre todo dibujar y tocar guitarra.

Al fin tocaron el timbre para el receso, yo guardé mis cosas con aquel dibujo entre mis cuadernos y salimos todos del salón.

- Que clase más aburrida, ¿cómo podías estar tan despierta? – le dije a Idiel, mientras me restregaba los ojos. Ella sonrió.
- No se si recuerdas, pero no soy superdotada… Y tengo que prestar atención para las pruebas. – dijo con su dulce tono de voz muy calmado y una leve sonrisa en su rostro. - ¿Es mi idea o creciste un poco?
- No te burles.
- No lo hago – Comenzó a jugar con sus manos como si estuviera midiéndome, comparándome con su cuerpo, mientras caminábamos hacia el patio. Yo solo la observaba, pero llegó alguien.
- Hola – saludó por detrás de Idiel tomándola por la cintura, a lo que ella saltó y quitó las manos del chico bruscamente.
- ¿Si? – dijo con tono molesto. Yo reí. Era Edward Cullen otro del grupito de los “populares” que últimamente observaba mucho a Idiel. Ella no lo notaba, pero yo siempre la molestaba. Idiel era de la clase de chicas difíciles. Era muy inteligente y hermosa, pero no le importaba mucho el tema de los “chicos” así que mucho menos le importaría que uno de esos tarados estuviese intentando llamar su atención.
- ¿Puedo hablar contigo? – esta vez Edward intentó ser dulce, ya que no le funcionó su “coqueteo” como generalmente.

Idiel me miró con una cara de “ayúdame” yo sonreí y no hice nada, por lo que ella se enojó y no le quedó otra. Edward se la llevo a “hablar”.

El resto del receso me la pase divagando solo por la escuela, hasta que retomamos las clases. Entré al salón y pude notar que MI asiento estaba ocupado por Edward, que conversaba con Idiel. No vi ninguna reacción de parte de él, por lo que supuse, me tendría que sentar en otro lugar. Idiel esta vez me miró satisfecha por su “venganza”.

Ella sabía que yo odiaba sentarme adelante.

Me acomodé en el primer asiento, ya que era el único que estaba desocupado. La maestra comenzó su clase, haciéndonos prueba sorpresa, lo que provocó el enfurecimiento de la mayor parte de los alumnos. Pero no hubo caso, la hizo igual. El que terminaba podía ir saliendo al patio. Obviamente la mayoría salió muy luego, ya que no sabían nada. Fui uno de los últimos en terminar. Me puse de pie y fui a dejar mi prueba. Me devolví para tomar mis cuadernos e intercambiarlos con los de la otra clase, pero pude ver que Gerard terminó al mismo tiempo y al salir, rozó mis cuadernos, haciendo que todos se cayeran al suelo.

Giró asustado y yo corrí a recogerlos. Él se agachó y me ayudó, mientras mis ojos estaban pegados en el suelo.

- ¡Wow! ¿Soy yo? – Levanté mi vista rápidamente y pude notar que era el dibujo que había hecho hace unos minutos atrás.
- Eh… no, es decir si. – me puse de pie muy nervioso, con mis otras cosas en la mano, mientras él seguía con el dibujo entre sus dedos.
- ¿Lo hiciste tú? – pregunto saliendo de la sala. No le podía decir que si.
- no, no… - mentí. Él me miro extrañado. – Lo hizo… una amiga.
- ¿Una amiga? – nos sentamos en unas bancas que daban hacia la cancha de fútbol.
- Si… - intenté inventar algo. – Está algo… obsesionada contigo. – comenzó a reír, pero pude notar que no quitaba su vista de aquel dibujo. - ¿Te gusto?
- Me encanto. – dijo deslizando sus pálidos y largos dedos por la hoja. – Es que… es idéntico… Me encanta el arte y este dibujo realmente está bien hecho. Capto cada detalle a la perfección. ¿Quién es? ¿La conozco? – Esta vez dirigió sus ojos a mí, pero yo quede bobamente mirándolo al procesar cada palabra que dijo. Le gustaba el arte, más bien, le encantaba y le gusto MI dibujo. Estaba fascinado.
- No creo… No es muy conocida, pero también le encanta el arte – dije con mi mirada pegada a la suya, admirando cada gesto que hacía.
- Lo pude notar… Háblame de ella ¿Cómo es? – El interés que mostró Gerard en aquella “chica” inexistente, bueno no tan inexistente, ya que era yo, me empezó a preocupar, pero no podía decirle la verdad ahora.
- No sería lo mejor hablarte de ella, se enojaría. No sería justo. – Al decir esto, él frunció el ceño y sonrió.
- ¿Crees que no le gustaría que me hablaras de ella, para intentar…? – hizo un gesto con las manos, que pude captar inmediatamente. Quiso decir “unirnos”.
- Pues… No lo sé. ¿En verdad te importa tanto?
- Si… - nuevamente bajo su vista al dibujo. – Es que nunca nadie había hecho algo así… Me conquistó, sin siquiera hablarme lo logró. - ¿Lo conquistó? O mejor dicho ¿Lo conquiste yo? Mi corazón se aceleró.
- Y ¿Si ella no es lo que esperas?
- ¿A qué te refieres?
- No lo se… Solo digo. – Me sentía tan mal por haber mentido. Siempre desee poder hablar con él, pero ahora, mi deseo era jamás haberlo hecho
- ¿Cómo te llamas? – preguntó dejando de lado aquel dibujo.
- Frank – sonreí. Considere estúpido preguntarle el nombre, ya lo conocía… Bueno ¿Quién no? Él, por otro lado, tampoco se molestó en presentarse.

Hablamos por largo rato. Me preguntó un par de cosas sobre la “chica” yo esquivaba el tema o solo respondía “si” y “no”. Hablamos sobre mi estilo de vida de “chico superdotado” y él me comentó algunas cosas y curiosidades sobre el grupito de los populares. La verdad es que me agrado bastante, lo único que me hubiese gustado es que las circunstancias hubiesen sido diferentes. Me refiero a la manera en que nos conocimos, ya que esto de “la chica” no sería nada fácil…

Quiso llevarme con sus amigos, pero yo me negué

- Vamos, Frank. Son buenas personas – dijo tomando mis brazos para poder dirigirnos hacia donde se encontraban ellos.
- si, claro – dije irónico. - ¿Sabes quién es la persona que más me molesta en la escuela por ser como soy? – Me referí a lo de superdotado. Era común que me molestaran porque me consideraban nerd.
- ¿Quién? – pregunto soltando mis brazos y cruzando los suyos.
- TU mejor amigo.
- ¿Bert?
- Si, ese estúpido.
- No es estúpido, solo es ocioso – rió.
- Al igual que todos ustedes.
- ¡Hey! No te enojes, Vamos, deja presentártelos.
- ¿Para qué?
- Porque me caíste bien. – sonrió y tomó mis brazos con fuerza. Yo no me seguí oponiendo. La verdad es que no me agradaban aquellos chicos, pero si él lo decía…
Caminamos hasta encontrarnos con un grupo de chicos y chicas bajo un gran árbol, que reían y coqueteaban entre ellos. Me pareció muy raro ver que entre esas chicas estaba Idiel. Algo apartada del resto, pero conversando y sonriendo con Edward, que le coqueteaba descaradamente. Me miró y también se sorprendió al verme ahí.

- Chicos… - alzó la voz Gerard intentando captar la atención de todos. – Tenemos nuevo amigo… Él es Frank – dijo dándome una palmada en la espalda intentando darme ánimo para hablar, pero yo quedé estático pensando en aquellas palabras: “Tenemos nuevo amigo” ¿Ahora era amigo de Gerard Way? ¿Llegaría a pertenecer a ese grupito de tarados?
Todos se me quedaron mirando, como si viniese de otro plantea. Me sentí incómodo. Me giré a ver a Gerard, mientras todos me analizaban.

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