sábado, 26 de mayo de 2012

Teenagers thing's; Capítulo: #22

Capítulo: #22

- Al parecer sí. - lo miré con susto. Gerard hizo una mueca extraña, inclinando sus labios a un costado.

Sonó el timbre y teníamos que volver a clases. Nos pusimos de pie y nos miramos un par de segundos.

- Solo actúa normal, Frank. No estés nervioso. - me animó. Supongo que mi rostro, demostraba mi preocupación.
- Si. Tienes razón. Si nos vieron, no fue besándonos, ni nada de eso.
- Ajá. - asintió y dio marcha al salón de clases.

Al entrar sentí subir la sangre hacia mis mejillas. Bajé la vista y me dirigí rápidamente a mi asiento, pero se encontraba Edward, conversando con Idiel. Me vieron, e inmediatamente se quedaron en silencio. Los miré sin entender.

- Bueno... aquí está. - dijo Edward a Idiel, sin quitar sus ojos de mí. Se puso de pie y se fue. Me senté fugazmente, intentando entender.
- ¿Qué...? - miré a Idiel, pero me costaba hablar. - ¿Qué fue eso?
- Eh... Frank... - revoloteó sus ojos por el aire, mientras pensaba.
- ¿Qué paso, Idiel? - yo, ya tenía mis sospechas.
- Edward y yo estábamos en el casino y necesitábamos dinero. Le dije que te pidiera prestado, mientras yo buscaba el poco dinero que tenía en mi mochila. Supongo que alguien le indicó donde ustedes estaban. - abrí mis ojos de par en par. Edward había sido el de la sombra. - Me preguntó si ustedes eran solo amigos. Yo no sabía que responderle. Le pregunté el por qué de su pregunta, pero él notó mi nerviosismo... - en ese instante, entró el profesor al salón. Mi asombro no disminuía. Idiel disimuló y lo miró con atención, pero yo me quedé helado.
- Entonces... - susurré. - ¿Le contaste?
- Se dio cuenta. Me dijo que los encontró abrazados de manera muy "tierna" en un pasillo escondido. ¿No crees que sea suficiente como para darse cuenta?
- Ash. - restregué mi rostro, pensando en que pasaría.
- Intentaré hablar con él después para que guarde el secreto.
- Por favor. - la miré con angustia.
- No te preocupes, lo haré. - me sonrió amablemente y dejó de hablar del tema.

Yo no me pude concentrar durante toda la clase. Miraba a Gerard que se veía atento a la clase. Edward, que se encontraba a su lado, no le habló en ningún momento, lo que me tranquilizaba.
La clase había terminado. Ordené mis cosas, mientras Idiel me juraba que haría todo lo posible por convencer a Edward. Me acerqué a Gerard, a quien saqué de prontamente del colegio.

- ¿Por qué nos vamos tan rápido? - preguntó, cuando íbamos camino a la escuela de Nathaly.
- Es que tenía que hablar contigo.
- ¿De qué?
- Ya se quien nos vio. - me miró sorprendido.
- ¿Quién? - Se veía asustado por la respuesta.
- Edward. - respondí seguro.
- ¡¿Edward?! ¿Edward Cullen? - casi me lo gritaba.
- Si, Gerard. Edward. - comencé a caminar más rápido.
- Pero, pero ¿cómo? no me dijo nada. ¿Quién te dijo que fue él?
- Idiel. Tratará de convencerlo de guardar el secreto. - Gerard bajó su vista, respirando profundamente.
- Está bien. - intentaba parecer tranquilo, pero yo lo conocía muy bien.
- Es tu amigo, - mi objetivo era animarlo - ¿Sería capaz de hacerte algo malo? - clavó sus ojos en mí, algo confundido. Me sorprendió su expresión. No creí que uno de sus mejores amigo fuera capaz de algo así.
- Supongo que no... La verdad... no creo que Edward hiciera algo así.

Bajé mi vista y caminé en silencio. No quería incomodarlo con más preguntas.
Llegamos a la escuela de Nathaly, quien se encontraba sentada sobre el pasto que había frente a la entrada. Alzó su mirada hasta dar con nosotros y clavó sus ojos en mí, algo confundida.

- ¿Qué hace él aquí? - preguntó Nathaly, muy seria. Gerard la miró enojado.
- ¿Cómo que "qué hace aquí"? - respondió él con voz alzada.
- Gee, cálmate... - susurré. Miré a Nathaly, quien se puso de pie y comenzó a caminar.
- Te dije que algo le pasaba. - habló Gerard, en voz baja.
- ¿Hablarás con ella?
- Eso espero. Ya te fijaste que no quiere nada conmigo.

Seguí caminando, junto a Gerard. En ocasiones lo observaba y se veía enojado, pero a la vez triste. Nathaly no se volteó en ningún momento. Solo caminaba rápido.
Llegamos a casa y subimos a la habitación de Gerard. Antes de que Nathaly entrara a su habitación, Gee le dijo que quería hablar con ella. Se negó un par de veces, pero al ver que su hermano mayor se alteraba, obedeció.

- ¿Te he hecho algo, Nathaly? - dijo Gerard, intentando parecer "tranquilo", mientras se sentaba en la cama. Nathy y yo quedamos de pie, frente a él.
- No, Gerard. - respondió ella, en voz baja. Se veía preocupada, pero no entendí el por qué.
- Entonces ¿por qué actúas así? Ni me hablas.
- ¡Porque siempre estás con Frank! - gritó, pero no se veía enfadada. Intentaba expresar otra cosa. Yo me quedé estático. Quería que me tragara la tierra.

Quería que me tragara la tierra. ¿Yo era la razón de distanciamiento entre ambos hermanos?
- ¡Es mi amigo! ¿Por qué no puedo estar con él? ¡Tú también estás con tus amigas y nadie te dice nada! - respondió Gerard, ya alterado.
- Gerard... no peleen. - susurré, pero el grito de Nathaly me interrumpió.
- ¡Cállate! ¡Quiero que se vaya Frank!
- ¡No! - Nathaly y yo saltamos con el gritó que dio Gerard, al mismo tiempo que se ponía de pie. Pareció más un rugido. Se acercó a ella, realmente enojado. - ¡Con que moral vienes a echar a Frank! ¡Él ha hecho todo lo posible por agradarte! - Nathaly se apegó a la muralla, ya que Gerard le gritaba muy fuerte, mientras la arrinconaba. La pequeña estaba a punto de estallar en llanto.
- ¡Gerard! ¡Déjala! - me acerqué a él, tomando sus brazos, pero me empujó hacia atrás. Jamás lo había visto así y quedé atónito. Nathaly aprovechó para salir arrancando, mientras sus lágrimas se dejaban notar. - Te desconozco, Gerard. - No me prestó atención y se sentó sobre la cama, dándome la espalda. Supuse que quería estar solo, por lo cual fui a buscar a la pequeña Nathaly. Bajé al patio y ahí estaba. Arrodillada sobre el pasto, cubriendo su rostro con sus delicadas manos. Me acerqué lentamente y posé mi mano sobre su espalda, mientras me agachaba a su altura. Levantó su mirada, con sus ojos empapados. Sus ojos pedían ayuda. Me miró con demasiada tristeza y luego se lanzó a mis brazos.
- Gee, nunca me había tratado así. - habló con dificultad, por los desesperados sollozos.
- Cálmate, Nathaly. Estoy seguro que él no quiso hacerlo. - acaricié su cabello. Estaba confundido, ya que, hace un rato ella no me quería ni ver. Se alejó de mi cuerpo para secar sus ojos. Después de hacerlo, los posó en mí.
- Perdón, Frankie. - dijo algo más calmada, pero aun entre sollozos. - Yo no quería... - tapó su rostro nuevamente.
- Tranquila... dime que pasa. - intenté levantar su rostro. - yo entenderé.
- No te puedo decir, pero... yo si te quiero. - lloraba sin parar y yo no entendía absolutamente nada. - Y no quiero que algo le pase a mi hermanito.
- ¿A qué te refieres? - dije sorprendido, pero Nathaly dirigió su vista tras de mí y se alejo. Miré hacia atrás y se encontraba Mikey, apoyado en el marco de la puerta.
- Me caí al suelo. - le dijo ella corriendo hacia dentro. - Me estaba consolando, nada más. - le susurró. Me puse de pie y miré a Mikey. Su rostro era inexpresivo. Estaba serio y yo sin entender nada. No me habló. Simplemente se fue, tras Nathaly, quien le mintió por… ¿mí? "¿Qué mierda estaba pasando?"

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