sábado, 26 de mayo de 2012

Teenagers thing's; Capítulo: #32

Capítulo: #32

Me aferré a sus brazos, nuevamente, mientras jugaba con su cabello. Nos recostamos en la cama, encontrando nuestras miradas. Estaba claro que no nos queríamos ni mover, pero el sonido del teléfono hizo que tuviéramos que dejar ese hermoso momento de lado.
- No vayas… - me retuvo Gerard.
- No me demoro nada. – respondí, poniéndome de pie y tapándome con una sábana.
- Que vergonzoso eres. – rió. – Si ya te he visto.
- Lo se, pero igual. – respondí sin prestarle atención y dirigiéndome al pasillo.

Contesté desanimado, pero mis ojos se abrieron de par en par, al notar que estaban llamando de mi escuela. Jamás habían llamado a mi hogar, pero por lo que entendí, teníamos un examen muy importante que rendir ese día y no podía faltar. Aseguré que me había quedado dormido y que llegaría en un par de minutos. A penas corté, corrí a decirle a Gee que nos teníamos que ir.

- Gerard, llamaron del colegio… - dije agitado, buscando mi ropa.
- ¿Del colegio?
- Si, tenemos una evaluación importante y no me acordé.
- Pero ya es muy tarde.
- No importa, es mejor que vayamos. Si nuestros mis padres se enteran que por estar juntos no fuimos a la escuela, nos van a matar.
- Está bien. – dijo poniéndose de pie y comenzando a vestirse. – Esto me hace enojar. – habló con rabia y yo sonreí al ver su rostro. Me gustaba verlo enojado.
- Estoy listo, ¿tú?
- También. – aseguró, amarrando sus zapatillas.
- Vamos. – salí del cuarto y Gerard me siguió.

Preferimos tomar un taxi para así llegar más pronto. Siempre preferí caminar, pero no era tiempo para dedicarme a hacer lo que me ‘gustaba’. Gerard llevaba una cara de cuatro metros y yo solo reía. ”No seas enojón, tenemos toda la vida para hacer lo que quieras” le susurré al oído, pero ni eso lo hacía cambiar su expresión. Me negó la mirada, clavando sus ojos hacia la ventana. Aproveché ese momento para besar su mejilla y decirle ‘te amo’. Noté una leve sonrisa en su rostro y con eso me bastaba para saber que ya no estaba enojado.
Bajamos del taxi y entramos al colegio. Recibimos un sermón de parte del inspector, ya que el llegar tarde y juntos, era suficiente para aquello. Dijo que llamaría a nuestros padres por andar librándonos de las clases y nosotros solo estábamos con la vista baja, aunque no precisamente de vergüenza. Era para que nuestras risas no se distinguieran.

- Ahora, vayan a su salón y hagan su prueba. Sus compañeros ya comenzaron a hacerla, así que les enviaré un pase de entrada. – firmó unos papeles y nos dijo que se los mostráramos al profesor que estaba tomando el examen. Asentimos efusivamente y nos largamos.
- ¿De qué es la prueba? – preguntó Gerard, sin detener el paso.
- No tengo idea. No recuerdo. – reímos ambos.

Tocamos la puerta de nuestra sala y el profesor nos miró extrañado. Gerard se apresuró a mostrarle los papeles, e inmediatamente nos dejó entrar. Nos sentamos en nuestros respectivos asientos y agradecí enormemente, recordar las respuestas de las primeras preguntas, ya que hace una semana atrás habíamos estudiado esa materia con Gee, pero iba hacia la quinta pregunta, cuando se oyó el timbre. Todos se pusieron de pie, dejando sus exámenes sobre el escritorio y escuché a Idiel susurrar "Irresponsable, quizás que estuviste haciendo" rió y fue a entregar su prueba. Miré hacia la puerta y se encontraba Bert con Mikey, que me miraron extraño, pero eso no era lo que me preocupaba ahora. Obtendría una mala calificación, ¿Qué iba a hacer? Miré a Gerard, asustado y él hizo lo mismo.

- Disculpe, profesor... - habló, levantando su mano.
- Dígame.
- ¿Habría alguna posibilidad de que nos dejaran terminar el examen? Hablo de Frank y yo.
- Pues, habría que preguntar... Espere un momento. - el profesor llamó a uno de los alumnos que ya había terminado y mandó a consultar. Aproveché para seguir respondiendo y luego el profesor nos aseguró que si podríamos continuar, pero en la biblioteca y con la supervisión del inspector. Rápidamente fuimos hasta allá y seguimos nuestra prueba.
Había pasado aproximadamente una hora o más, y dejé mi prueba en manos del inspector.

{*Narra Gerard*}

Frank ya había terminado y a mi solo me faltaban un par de preguntas. Estaba confiado, me sabía la mayoría de las respuestas.

- Tome... - le entregué mi examen al inspector y tomamos nuestros bolsos para retirarnos.
- ¿A dónde van? - habló el inspector con su voz autoritaria. Frank y yo nos miramos extrañados.
- Nos vamos. - dijo Frank, sin entender el propósito de su pregunta.
- No, no. Ustedes se quedan aquí haciendo sus deberes. Tal como sus compañeros hicieron hoy en sus horas de clases.
- Pero eso es injusto. - dije desconcertado.
- Claro que no. Todo lo contrario, es lo más justo.
- ¿De qué habla? ¿Alguna vez han hecho que otro alumno de la institución se quedé haciendo tareas hasta tarde? - reclamó Frank, se veía bastante enojado.
- No, pero su caso es diferente. ¿Tienen justificativo por no venir a clases? ¿O solo faltaron porque se escaparon de las clases?
- ¡Ash! - grité con rabia y me senté en uno de los escritorios, nuevamente. Sabía que yo le desagradaba a ese inspector, pero no pensé que tanto.
- Espérenme aquí. Les traeré los contenidos y las actividades de hoy.
- ¡Genial! - Frank se sentó a mi lado.
- Creo que no le agradamos al inspector. - reí, pero Frank me miró furioso. - Lo siento.
- No, está bien. No es tu culpa... ¡Estúpido viejo amargado! - gritó golpeando la mesa y yo no pude evitar reír. Esperamos un rato,
Esperamos un rato, hasta que el inspector volvió con unas hojas entre sus manos.
- Muy bien, aquí tienen guías de trabajo y no se pueden ir hasta terminarlas.
- ¿Todo esto? - pregunté sorprendido al ver la gran cantidad de hojas.
- Si, cualquier consulta, van a la sala de profesores. - Sin más, se retiró.
- Hagámoslo rápido, me quiero ir a casa. - dijo Frank, comenzando a hacer una de las guías.
- Estoy seguro que hoy no hicieron ni la mitad de todo esto.
- Yo también, pero nos pasa por irresponsables.
- ¿Sientes lo de esta mañana?
- No. - rió y besó mi mejilla. - Claro que no. - continuó su guía y yo hice lo mismo.

Ni siquiera hablábamos. Ya se había ido la mayoría de los profesores y nosotros seguíamos ahí, al cuidado del guardia de la escuela. Llamaron hasta a nuestros padres, para avisar que estaríamos ahí hasta tarde y nosotros no dábamos más de la rabia.

- No doy más. - oí, al fin, la voz ronca de Frank, mientras se estiraba sobre su asiento.
- Yo tampoco. - dije sin mirarlo y restregando mis ojos.
- ¿Me esperas? Voy al baño, a ver si con el agua se me pasa un poco el sueño. - habló poniéndose de pie y yo solo asentí.

Recosté mi cabeza sobre el escritorio un momento, pero ni me fijé cuando me quedé dormido.

- Gerard... - sentí una mano zamarrearme.
- ¿Mm? - alcé mi cabeza y vi al trabajador de la escuela. El guardia que permanecía a nuestro cuidado.
- Mejor váyanse a casa, ya es muy tarde. No diré nada. - dijo, indicando la ventana.
Miré por fuera de esta y noté que ya había oscurecido.
- ¿Tanto dormí?
- ¿Ah?
- No, nada. ¿Dónde está Frank? - pregunté, preocupado.
- No lo sé, quizás está en el patio. Solo váyanse, yo después cerraré el colegio. Estaré trabajando en la sala del fondo. Unos alumnos rompieron una puerta.
- Está bien, gracias por dejarnos ir. - me puse de pie y guardé mis cosas. Hice lo mismo con las cosas de Frank y salí a buscarlo.

Fui hasta el baño y no lo vi por ningún lugar. Recorrí la mayor parte del colegio y no lo encontré. Grité su nombre, pero el ruido que hacía la máquina del guardia, era muy fuerte, así que dudo que me haya podido escuchar. Llamé a su celular, pero tampoco contestaba. Mi preocupación aumentaba y el corazón se me aceleraba de tan solo pensar que algo malo le había pasado. Me acerqué a esa especia de 'bosque', que se encontraba tras la escuela, el cual tenía un par de salones viejos en su interior, que ya no eran ocupados.

- ¿Frank?... - pregunté al oír un ruido al interior de una de las salas.

"¿Gritos?"

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