sábado, 30 de junio de 2012

Esa sexy esencia; Capítulo: #12

Capítulo: #12

Gerard observó su reflejo en el enorme espejo en la pared derecha de la sala, trató de sentarse lo más erguido posible, para no verse perdido entre los mullidos cojines de estampado floral, observó también en el reflejo al resto de personas que se acomodaban una a una en la sala de la casa de su madre. Su hermano y cuñada se sentaron frente a él junto a su esposa, su madre en el borde del asiento junto a él, Brian, el manager de su banda decidió quedarse de pie junto a Bryar y Toro, que lo veían con profunda expresión de pena.

- Estoy bien – Aseguró con fingida risilla – No tienen que hacer una intervención, no estoy loco, no he vuelto a beber ni a consumir drogas, es innecesario este circo, estoy bien–

- Estabas besando el aire, abrazando el aire, acariciando y hablándole al aire, pretendiendo que era Frank, eso no es estar bien Gerard –

Ella terminó de hablar y él tan solo rió de nuevo, sumergiéndose en los cojines, viendo en el espejo que solo su cabeza se asomaba del sofá

- No pretendía. Besaba, acariciaba y le hablaba a Frank –

“Te van a meter a un sanatorio, no digas eso”

- ¡Pero es la verdad! – Protestó llevando un poco la cabeza atrás, con intención de dirigirse a donde provenía la voz de Frank – Yo no tengo porque mentir, o engañar – Se alteró, y no procuró ocultarlo ni un poco, con rapidez se arrodilló en el asiento, dándole la espalda a los demás, apoyando los codos en el espaldar, hablándole aparentemente al vacío – Es por eso Frank que estamos así, tu muerto y yo sufriendo, por mentir y engañar, a todos, en especial a mí –

- Lo ven… les dije que estaba mal – Lindsey cubrió su rostro con ambas manos, encogiéndose en el mueble como si deseara ser tragada por el algodón de los cojines

“Gerard, ellos no pueden oírme, o sentirme, y tampoco lo quiero, estoy aquí por ti, no por ellos”

- ¿Acaso puedes verlo? – Mikey se paró detrás de su hermano, acariciándole la espalda

- No, no puedo verlo – Respondió con notable desilusión en la voz, volteándose para ver a su hermano – Lo escucho… siento su calor, su aliento, su aroma… -

“¡Gerard basta! No sigas con esto, no es bueno para ti”

- Es que no quiero ocultarlo, no quiero ocultarte… no quiero repetir el mismo error –

Frank se inclinó detrás de Gerard, rodeándole el cuello con los brazos, acomodando su mejilla contra la de él

“Lo sé, si yo tuviera una segunda oportunidad tampoco cometería de nuevo ese error, pero ahora debes entender, ellos van a pensar que te enloqueciste, y cree que aplaudo que el mundo ahora valga poco para ti, pero si te pido de calles es por tu propio bien. ¿Quieres que te lleven a un sanatorio, te encierren, o peor, te dejen todo el día drogado y atontado?”

- No… - Le respondió a Frank antes de levantar la vista y rodear a quienes estaban en la sala, no le gustó el aspecto asustado de su familia y amigos, estaban preocupados por él, y reconoció que Frank tenía razón, así que después un profundo respiro cambió la manera en que venía hablando – No puedo creer que Frank esté muerto –

Entrelazó las manos sobre su regazo, apretando los dientes, buscando que sus ojos se colmaran de lágrimas, le fue fácil, tenía la facilidad de llorar rápida y abundantemente

“¿Te preparas para el show?”

Advirtió Frank con una risilla

- uhum –

Masculló Gerard en tono solo perceptible para Frank que tenía el rostro pegado al suyo. Aspiró una buena cantidad de aire y se dobló para adelante, sumergiendo el rostro entre sus manos

- ¡Es que lo amo demasiado y no quiero aceptar que ya no está conmigo, lo quiero aquí, lo deseo aquí! – Gritó ahogando un poco el sonido en las manos - ¡¿Por qué tenía que quitarse la vida?! – Separó un poco los dedos para ver la reacción de los presentes, algo de calma se empezaba a notar, estaba logrando lo que quería, sonrió sin que lo notaran, y empezó a patear fuertemente el suelo - ¡¿”Ahhhg” Por qué me dejaste, por qué tuviste que morir, Ay, Ay, Frankie, qué voy a hacer sin ti?! ¡Ayyy, Ayyy! –

“Ja, ja, ja basta, sobre actuado”

Acomodó sus manos sobre las de Gerard, besando repetidamente su oreja derecha

“No grites así drama queen, creo que ya captaron tu intención”

- Cálmate Gerard, todo va a estar bien, es cuestión de tiempo –

Mikey se sentó sobre el reposabrazos del sofá, rodeando a su hermano en un apretado abrazo, luchando contra las lágrimas que empezaban a desbordarse, le daba profunda pena ver a su hermano así, para él era cuestión de tiempo para que Gerard se derrumbara por la muerte de Frank, solo lo había llorado el día del entierro, y cuando dejó el hospital actuaba como si nada hubiese pasado, le daba tristeza verlo así, pero sabía que era bueno para él, el periodo de negación había pasado ya.

- ¿Qué necesitas hermanito, dime, quieres tomarte el tiempo que habíamos pensado, quieres que nos vayamos a algún lado? –

“No, tiempo no, yo quiero que toquen, quiero estar en un escenario y disfrutarlo antes de irme… aunque nada podré tocar, pero quiero estar ahí”

- ¡Ja! ¿Ahora tengo que hacer lo que quieras? –

- ¿Qué dices Gerard? –

- Eh… ¿qué ahora, harán lo que yo quiera? – Los miró un poco pasmado intentando no reírse, al parecer los presentes pasaron ese lapso por alto, porque todos se relajaron y asintieron con la cabeza – Bien, como les dije, quiero cantar, para mi será mejor lidiar con la muerte de Frank si estoy ocupado –

- Claro, como quieras G – Afirmó Ray Toro fingiendo entusiasmo

- Y conmigo ¿Qué piensas hacer Gerard? – Lindsey se levantó de su lugar, caminando hasta pararse frente al espejo de la pared – Porque desde que Frank murió me has tratado peor que nunca – Hizo contacto visual con Gerard a través del espejo, lo miró llena de tristeza - ¿Habrías preferido que la muerta fuera yo y no él, verdad? –

- No digas eso Lindsey, yo te quiero… - Se levantó a acompañarla frente al espejo

- Querer no es igual a amar –

Gerard levantó la mano para acariciarle el rostro, pero se detuvo antes de que sus dedos lo rozaran si quiera

- ¿Podrían dejarnos solos? – Pidió a los demás

- Para decir que quieres dejarme no necesito privacidad –

“¿Qué vas a hacer Gerard?”

Preocupado, Frank se paró tras él, recostando la cabeza sobre el hombro de Gerard

- No puedo seguir siendo… injusto – Un nudo se hizo en su garganta, su corazón palpitaba con rapidez, sabía bien que era hora de dejarla ir, no era justo con él, no era justo con ella, y en su momento fue injusto y cruel con Frank, ella ya no le traía la paz que alguna vez pensó encontrar en ella y de hecho le estaba negando el derecho a ser de verdad feliz – Soy un completo imbécil Lin, lo sabes bien, yo siempre amé a Frank, más que a nadie en el universo, es solo que… solo que no lo supe con certeza hasta el momento en que lo vi cubierto con su propia sangre en el baño… y este infierno, este infierno en que vivimos debe terminar –

“Te das cuenta lo que haces, vas a quedar solo Gerard, y no eres una criatura que pueda vivir sola”

- Tengo que aprender a vivir conmigo – Le respondió a Frank sin dejar de ver el reflejo de su esposa – Y tú debes dejar de ser tan masoquista, e irte, hazlo por ti –

- No es masoquismo – Sus ojos se empañaron un poco – Es la esperanza de que algún día todo será como lo planeamos, no soy masoquista, solo una ilusa enamorada –

- Lin… - Un leve ruego se sintió en su voz

- Está bien, no te haré esto difícil, si quieres un tiempo para dejar ir a Frank, por mi está bien, hablemos cuando sientas que el periodo de duelo terminó –

- Lindsey es que yo… -

“Dile que si tonto, después que me vaya y te veas solo, te vas a arrepentir”

Gerard bufó en silencio, su semblante lucia profundamente molesto, atravesó con rapidez la sala gritando un “Voy al baño, es urgente, ya regreso”

- ¿A ti qué es lo que te pasa? – Le preguntó al vacío mientras cerraba la puerta del baño

“Solo trato de impedir que cometas una estupidez”

- ¿Crees que obligarla a quedarse a mi lado, sin amarla, es algo muy sensato? –

Frank acomodó las palmas de sus manos sobre el pecho de Gerard, inclinando la cabeza hasta rozarle la frente con su barbilla, un tono dulce se apoderó de su voz

“Yo solo quiero protegerte, Gerard tú no puedes vivir solo, desde siempre y para siempre vas a necesitar quién te guie, te cuide y sobre todo, que te proteja de ti mismo”

Las manos de Gerard parecían formar un círculo en el aire al tomar la cabeza de Frank entre ellas

- ¿Podrías tener un poco de fe en mí? Además, me pides que haga exactamente lo que tu censuraste, esa fue justamente tu razón del descontento el día que me case, que no lo hacía por amor dijiste, que lo hacía para no estar solo, pasaste días completamente enojado conmigo, remarcando lo injusto que era con ella y contigo –

“Sí, pero ahora lo veo todo de forma diferente Gerard, y no quiero irme en unos días sabiendo que te dejé solo, eso sí que sería un infierno para mí, además, ella quiere seguir contigo, está idiotamente enamorada, se conforma con poco, es muy evidente”

El tono dulce con que Frank venía hablando se tornó sarcástico al pronunciar la última frase, Gerard le apretó las mejillas entre las manos, preguntando lleno de curiosidad

- ¿La odias? –

“Debemos volver, te esperan”

- ¡La odias! – Aseguró sorprendido – Por eso quieres que siga con ella… ¿es una venganza Frank? – Rió meneando la cabeza - ¡Ja! La odias, que horrible eres Frankie, quieres castigarla a mi lado –

“Ella no me importa Gerard”

Aseguró entre dientes.

“Por mí, ella se puede morir… Además, te digo que solo pienso en ti, no quiero dejarte solo”

- Eres horrible, horrible… un horrible fantasma vengativo Frank – Giró con lentitud el picaporte de la puerta, hablando con resignación – De todas formas, le pediré el divorcio, tengo muchos asuntos que resolver contigo, y su presencia en mi vida me hará las cosas muy difíciles –

“Un error, vas a cometer un grave error”

- Frank, ¿Por qué no te fuiste anoche cuando te liberé? – Sostenía la puerta entre abierta con sus dedos - ¿Es por qué quieres descubrir a dónde se fue tu amor por mí, o quieres cobrarle algo a Lindsey? –

“Te espero en la sala”

Gerard sintió la esencia de Frank atravesar la puerta del baño, salió también de allí, sin poder ocultar en su rostro las dudas y la preocupación que le dejaron la fugaz charla con Frank.

No hay comentarios:

Publicar un comentario