sábado, 30 de junio de 2012

Esa sexy esencia; Capítulo: #13

Capítulo: #13

Gerard permanecía en silencio, de pie, recostado un poco sobre el lado derecho de Frank, que guardaba silencio también.

Ambos observaban a Lindsey terminar de empacar las cosas más esenciales en una maleta, ella no miró a Gerard al salir de casa, decidió tampoco ver atrás cuando se subió en el taxi, “atrás” era algo que debía quedar allí, ahora solo debía concentrarse en el futuro y en cerciorarse que esta vez había aprendido bien la lección.



- Ahora sí Frank Iero –

Gerard rompió el silencio, caminando despreocupado hasta el borde de la cama, no se sentó, se cruzó de brazos mirando el tendido gris que la cubría.

- Ahora si estamos completamente solos –

“No Gerard, ahora tú estás completamente solo”

Mientras Frank se sentaba sobre la cama vio el rostro de Gerard adornarse con una sonrisa

- Se siente bien – Observó la cama hundirse, y el tendido gris arrugarse un poco justo en el lugar que Frank ocupó, así que calculó y se sentó junto a él – Solo, estoy solo, y por primera vez en mi vida, no tengo miedo –

“Porque yo aun estoy aquí, pero tan pronto te deje, te vas a arrepentir de lo hecho”

- Tú no estás aquí, es solo tu esencia, tu maldita esencia, tu tóxica esencia, esa sexy y enloquecedora esencia que nunca fue realmente mía cuando vivías, y ciertamente no es mía ahora –

Un profundo suspiro se escuchó en la habitación, Frank cerró los ojos al hacerlo, y con los ojos cerrados tomó la mano derecha de Gerard entre las suyas, entrelazando sus dedos con los de él

“Eso no es cierto, si algo he sido, antes que hombre, antes que músico, es haber sido tuyo, siempre lo fui, y tu estuviste muy ocupado para notarlo”

- Es verdad – Respondió con profundo tono de amargura en su voz – Y es algo que jamás voy a perdonarme –

“Entonces… ¿A dónde nos dirigimos? Ya no quieres enamorarme, quieres descubrir qué nos pasó, pero la verdad no sé si baste una charla, siento que vamos en círculos, yo me quejo que no me viste, tu lo aceptas y me aseguras arrepentimiento, y volvemos a lo mismo…”

Otra sonrisa más dibujada ampliamente en el rostro de Gerard, se recostó atravesando el ancho de la cama, con ambas manos bajo su cabeza, empezando a hablar sin dejar de sonreír

- Lo gracioso, y cruel de esta historia, es que solo me di cuenta de cuánto te amo, de lo importante que eres para mí y lo indispensable que es tu presencia en mi vida, justo un segundo después de que te drenaras la sangre del cuerpo – Se rió con cinismo – Y sabes algo Frankie, asumo la mitad de la culpa, pero la otra mitad es completamente tuya, siempre fuiste un niño rebelde, agresivo, adorable no lo negaré, pero con los suficientes cojones para decir y gritar lo que pensabas. Pero conmigo, tú simplemente callaste –

El tendido gris se arrugó según la esencia de Frank se dejaba caer junto a Gerard, acomodó la cabeza en el pecho, justo sobre el corazón, reconfortándose un poco con el sutil movimiento producido por los latidos cardiacos de Gerard

“Así no llegaremos a nada Gerard, acusación tras acusación. Lo que pasó debe quedar en el pasado”

- No tiene sentido Frank, y estoy seguro que enterrar el pasado no es lo que quieres, de lo contrario ya te habrías ido al cielo o al infierno, donde sea que quieras ir –

Gerard sintió su camisa mojarse con agua un tanto tibia, acarició suavemente el rostro de Frank y sintió que más lágrimas empezaban a resbalarse por las mejillas, sintió también un nudo en su garganta y una fuerte opresión en su pecho que no provenía de la presión de Frank sobre él

- Frankie, aquí estoy, dispuesto a escucharte, mi atención es completamente tuya, habla ahora, sácate del alma todo lo que no me dijiste en vida, ahora en este preciso momento, en esta habitación solo estamos los dos, ahora, solo estoy para ti –

“Ya no sirve de nada”

Suspiró largamente, acomodándose más adherido a Gerard, rodeándole el torso con su brazo, se sintió extrañamente derrotado, triste al pensar que no había nada ya por qué luchar

“Estoy muerto… de nada nos sirve que comprendamos, de nada sirve ya que aceptes la culpa, que te arrepientas de lo que no hiciste o no viste”

Se incorporó para ver el rostro de Gerard, lo sopló suavemente para hacerle saber que tenía la cara justo sobre la suya

“No tenemos nada ya, mi cuerpo se pudre, mi alma debe irse a descansar, tú tienes como 50 o 60 años más para vivir, no hay caso… no lo hay”

Volvió a recostar la cabeza sobre el pecho de Gerard, apretándole la camisa entre los dedos, sintiendo ahogarse por lo que sentía

“¿Sabes por qué la odio? Por qué con ella decidiste formar el hogar que te negaste a construir conmigo, porque ella usurpó mi lugar en tu vida, y puede que no fuera su culpa, pero es que a alguien tenía que odiar por eso, y a ti Gerard, a ti no soy capaz de odiarte”

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