sábado, 30 de junio de 2012

Esa sexy esencia; Capítulo: #6

Capítulo: #6

Mikey decidió conducir el auto de Gerard y llevarlo a casa, así tuviera que regresar a la bodega en taxi por su auto, solo se tranquilizó y se fue una vez su hermano recostado sobre su cama, le aseguró con tonta expresión que estaba bien.


“Casi no se va”


Gerard sonrió moviendo como ciego su mano sobre la cama, buscando el rostro de Frank, sintió su pecho y se guió deslizando la mano hasta que sintió la línea de la quijada, sonrió al ver su mano aparentemente en el aire encima de la almohada.

- ¿Cómo, por qué, para qué regresaste?- Comenzó el interrogatorio sin dejar de acariciar el rostro del fantasma – ¿Fue por mi? – Movió su cuerpo, aproximándose al inmaterial, queriendo sentir todo su calor, aspirando con desesperación el sutil aroma - ¿Volviste porque ni muerto puedes estar sin mí? O a pedir perdón por esas horribles palabras en tu nota de despedida –

“Lo último no lo dijiste en forma de pregunta ¿Estás convencido que es por eso no?”

Sonrió hundiendo el rostro en el invisible cuello, aferró algunos mechones del cabello de Frank entre sus dedos, suspirando lleno de tranquilidad y regocijo por tener el privilegio de acariciarlo a su antojo

- No empieces a enojarte, debemos disfrutar este regalo, este tiempo extra que nos dio la vida –

Los brazos de Frank se doblaron alrededor del cuerpo de Gerard de forma natural, no tenía que pensarlo, su cuerpo se guiaba solo en todo lo que a Gerard se refería, de igual forma no pensó en besarle la frente, tan solo lo notó cuando sus labios se unían sobre la piel, y la rodilla que metió entre las piernas de Gerard llegó allí sola, no lo planeó, y ahora, después de muerto lo notó, todo su cuerpo era autónomo en relación con Gerard, como si la sola química de ese hombre fuera un magneto para su propio ser.

“Voy a responder a tus preguntas, pero te pido, no te vayas a enojar con las respuestas, recuerda, disfrutar el momento”

Sonrió, entristeciéndose un poco ante el hecho que Gerard no podía ver esa sonrisa, seguro habría amortiguado un poco lo que empezaría a decirle

“El cómo, fácil, llegué en una espiral de energía… ja, ja, no sé explicarlo, tendrías que morir y regresar para saberlo, un ángel… no, un arcángel y no pidas que diga su nombre porque no lo recuerdo, aparte era extraño, yo estaba en el limbo, y vi una luz, caminé hacia ella creyendo que era el camino al cielo, pero me topé con ese ser, esa era su luz, y me dijo que no podía ir al cielo o al infierno porque mi alma tenía otro dueño”

- ¿Dueño? – Sacudió la cabeza, pegando la mirada al techo - ¿Qué dueño, hay más estados aparte del cielo, el infierno y el limbo? –

Frank rió de nuevo, liberando parte de esa risa por la nariz, llevó su frente próxima a la de Gerard si dejar de reír

“Tú tontito, tú eres mi dueño, al parecer en abril del 2003 dije que te amaría por toda la eternidad…”

Suspiró liberando algo de preocupación

“Y esas palabras, en la otra vida son como un contrato de compraventa, así que eres el dueño de mi alma”

Gerard cerró los ojos, acariciando insistente el cabello de Frank, no soportaba el no poder verlo, había optado por imaginarlo ayudado por lo que sus otros sentidos percibían, estiró los labios esperando toparse con los labios de Frank, rió un poco cuando sintió en sus labios la barbilla de Frank, levantó unos centímetros su rostro para intentar de nuevo, y esta vez la extraña tibia humedad de los labios de Frank le aseguraron que no erró

- 5 de Abril, era casi media noche, en ese hotel en Calgary, recuerdo bien esa noche Frankie, te veías particularmente hermoso, estabas desnudo y tiritando de frío cuando te metiste entre las mantas de mi cama, te acaricié la espalda, estabas helado… recuerdo que te quedabas en la habitación de al lado, y para entrar a la mía, saliste por tu ventana en medio de la lluvia “Todos están en el pasillo Gerard, tuve que ingeniármelas” me dijiste con la voz temblorosa mientras sin vergüenza alguna me bajabas la ropa interior, “Te puede dar un resfrío” Te dije al tiempo que te ayudaba a desnudarme, y tu, en ese preciso momento mordiste con fuerza mi mejilla, hablando entre dientes, sin liberarme la piel “No me importa, por ti cruzaría un campo minado, recorrería el mundo de rodillas, solo por un segundo de tu piel” mi mano se escurría por entre tus nalgas cuando te dije que eras melodramático, liberaste la piel de mi mejilla para gemir cuando deslicé mis dedos en tu interior, me puse sobre tu cuerpo que ya no estaba tan helado, me estremecí, como siempre, al sentir mi pene rozar el tuyo, y mis ojos no querían ver nada más que tu rostro “¿Tanto me amas?” pregunté solo por jugar, y ese fue el día en que viendo fijamente tus ojos supe que lo nuestro había dejado de ser un juego, ese 5 de abril, en ese hotel, con tus ojos brillando llenos de sentimiento, y tus palabras cargadas de honestidad, supe que de verdad estabas enamorado de mi –


“¿Tanto me amas?, sí fue exactamente lo que preguntaste, y ahora lo recuerdo bien, se me hizo un enorme nudo en la garganta, y no solo porque sabía la respuesta, también porque tu mirada se llenó de ilusión y noté que solo había una respuesta en el mundo que te haría feliz, ese día confirmé que me amabas de verdad…”

- “Más que a mi vida, te amo ahora, te amé ayer, y te amaré por toda la eternidad, solo a ti Gerard, con este amor que duele, solo podré amarte a ti" Nos quedamos muchos segundos, minutos diría yo, en completo silencio, viéndonos a los ojos como un par de amantes de película romántica, mi piel comenzaba a hervir, y antes que mi libido no soportara más encierro te aseguré que te amaba también –

“Creo que esa fue la primera vez que hicimos el amor, antes de esa noche todo había sido sexo, una respuesta a la enorme atracción, pero el amor con todas sus ridículas connotaciones, solo lo hicimos por primera vez esa noche”

Gerard meneaba la cabeza sin borrar la sonrisa de sus labios, su mano bajaba por la espalda de Frank, rodeando hasta acariciar su abdomen, bajando la velocidad al llegar a sus genitales, aumentando la sonrisa progresivamente hasta convertirla en una risa cuando apretó suavemente el pene del fantasma

- ¡Andas por la tierra desnudo! –

“¡Ja! Sí, creo que los únicos fantasmas con ropa son los de las películas”

- Frank, no me di cuenta de algo… - Se movió con brusquedad hasta quedar sobre él, un poco de vértigo le dio al abrir los ojos y verse como si levitara sobre la cama - ¡Estas aquí porque me perteneces! O sea que sí, ¡volviste a la tierra por mí! –

No pudo ocultar su entusiasmo, agarró el rostro de Frank entre sus manos y cerró de nuevo los ojos, buscó otra vez los labios del fantasma, esta vez se guió por el choque de su nariz con la de Frank, y sin aguantarse un segundo más aprisionó los invisibles labios en los suyos.

Cayó de lado en la cama, un tanto extrañado por la forma violenta en que Frank se levantó, movió su mano sobre las mantas y no lo sintió más, se alteró, respirando con dificultad, sentándose en la cama comenzando a gritar

- ¡¿Dónde estás Frank?! –

“Aquí, junto a la puerta del baño… no te alteres”

El tono de la voz no le gustó a Gerard, recostó la espalda contra las almohadas, mirando al vacio

- ¿Todo está bien? –

“No, no está bien, Gerard, ¿Olvidas que me suicidé porque no soportaba más los estragos en mi vida causados por mi relación contigo?, no, nada está bien, y tus besos y caricias no ayudan… y no, No regresé por ti exactamente, el arcángel me dijo que sería bien recibido en el cielo si tu liberabas mi alma”

- ¿Por qué quieres ir al cielo, acaso no es mejor que estés junto a mí, hasta el día que yo muera y podamos irnos juntos? –

“Gerard, llevo un par de días en la tierra, el tiempo pasa de forma extraña, no necesito comer o dormir, me siento extraño… extraño, todo es raro, todo lo veo como desfasado, tiempo, espacio… las personas y los sentimientos, no puedo quedarme así, no puedo estar aquí sin estar de verdad, yo quiero ir al cielo… necesito que liberes mi alma, porque aunque suene a cliché… necesito descansar”

- O sea qué por eso regresaste, para que no te obligue a cumplir la promesa de amor eterno que me hiciste… -

Se levantó de la cama, parándose frente a la puerta del baño

- ¿Podrías pararte frente a mi? –

Sintió la frente de Frank sobre su barbilla, lo tomó de la cabeza con algo de fuerza

- Bien, quieres que te libere para ir al cielo… -

“Así es, solo di que no me obligas a cumplir la promesa y creo que con eso podré irme en paz”

- Y me dejarás solo en la tierra –

“No estás solo, tienes a tu familia, a tu esposa, amigos…”

- Ellos no son nada Frank –

La respiración le aumentaba, Frank podía sentir la violencia de las exhalaciones en su rostro

- Ellos no son tú –

“No quiero estar un segundo más en la tierra, déjame ir”

Suplicó, tomando entre las suyas las manos de Gerard que le sostenían el rostro

- Pero me amas, aun me amas –

“Sí, y cuando mueras te recibiré en el cielo…”

- Yo quiero que te quedes conmigo – Mordió sus labios, conteniéndose las ganas de llorar

“Gerard, amor, déjame ir”

Pidió de nuevo, asustándose un poco por la expresión cínica que había tomado el rostro de Gerard

- En tu carta de despedida dijiste que soy egoísta, la verdad que no pienso hacerte quedar mal, así que… - Apretó con más fuerza el rostro de Frank entre sus manos, inclinándose un poco sabiendo que Frank era más bajo que él y quería que sus ojos coincidieran - ¡Me jodiste la vida suicidándote! – Atinó en un solo intento de encontrar los labios de Frank, los mordió tirando al retirarse - ¡Pues ahora te voy a joder la muerte, me niego rotundamente a liberarte!

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