sábado, 30 de junio de 2012

Esa sexy esencia; Capítulo: #8

Capítulo: #8

“Un mes…”

Frank se sentó junto a Gerard en el borde de la cama, giró un tanto su cuerpo para limpiarle las lágrimas del rostro, jugó con el liquido entre sus dedos, mientras ordenaba sus pensamientos

“Bien, un mes será, pero no para que me enamores, será un mes en que haré que termines odiándome”

Gerard meció su cuerpo al reír, mordió su labio inferior cerrando los ojos, aspirando profundamente el aroma de Frank

- Tú, al igual que yo sabes que es imposible que alguien pueda odiarte, y más cuando hueles tan bien –

“Sí, es que desde que morí, no sudo, ni apesto, no voy al baño… es raro Gerard, siento cuando hace frío o calor, puedo oler, saborear, llorar, pero no sudo, no me da hambre y no me dan ganas de ir al baño…”

- ¿Y de sexo, te dan ganas? – Sin abrir los ojos inclinó el rostro en la dirección en que provenía la voz de Frank, sin querer borrar la sonrisilla de sus labios

La esencia de Frank se estremeció por completo, le conocía bien el significado e intención de cada gesto, y él mismo sonrió relamiéndose los labios, sacudió la cabeza de forma divertida, si bien las acciones de Gerard en el pasado habían logrado menguar el amor que sentía por él, no podía evitar que su cuerpo y su impulso sexual se activara con la sola cercanía de Way


“¿Es una pregunta, o un deseo?”

- Es lo que tú quieras Frankie – Tanteó su suerte, recostándose sobre la cama con los brazos abiertos, relajados, en actitud de “Tómame” – Me ofrezco como modelo de prueba para saber si puedes fornicar aun siendo un fantasma –

“¿Piensas convertirme en un incubo? Gerard, con todo respeto…”

Se inclinó sobre él, besándole superficialmente los labios, deslizándole apretadamente la mano izquierda sobre el cuerpo, jugueteando con la hebilla de su cinturón, mordiéndose con fuerza los labios al ver cada gesto diferente que adornaba el rostro de Gerard, apretar los parpados cuando le bajó el cierre, fruncir los labios cuando le rozó el vello púbico con la punta de sus dedos, entrecortársele la respiración en el momento justo que llevó su dedo índice y del medio sobre su pene, rozándolo con un poco de presión, los ojos de indefinible verde que se abrieron llenos de extrañeza cuando se alejó de él para hablarle en el oído

“Lo último que quiero en esta vida… muerte, es tener sexo contigo, y perdona que te deje solo, pero no tengo ganas de estar más cerca de ti, al menos no por hoy”

A sabiendas que no podía verlo, Gerard rodeó la habitación con la mirada, gimiendo un largo

- Fraaaankie, no me dejes… así –

El fantasma rió liberando una buena carcajada, Gerard lo escuchó reírse y se subió el cierre del pantalón, sentándose con incomodidad en la cama

- Un imbécil en vida, un imbécil en muerte –

“Sí, sí, aprendí del mejor”

Besó la mejilla de Gerard, susurrando un “Te veo en la noche” y se fue atravesando las paredes.




Un cuarto de hora después de las 10 p.m. y después de pasar el resto del día sentado junto a la pared del baño esperando por el regreso de Frank, Gerard sintió la puerta abrirse, por una milésima de segundo se alegró pensando que el fantasma había regresado, pero esa alegría se esfumó al recordar que Frank no necesitaba abrir puertas.

- ¡Está todo muy oscuro! – Lindsey encendió la lámpara sobre la mesita de noche al lado de su cama, se sentó sorprendiéndose al ver a Gerard sentado en el suelo junto al baño - ¡Me asustaste, creí que no estabas! ¿Por qué todo a oscuras? –

- Porque a quién espero no necesito luz para verlo –

Fue simple, tajante y muy fría la respuesta, y de hecho no le importó que su esposa lo mirara intrigada, quería una mejor respuesta o al menos una lógica, pero Gerard se la negó

- ¿De qué hablas? –

- ¿Estás cansada? – Preguntó sin mirarla

- Sí, mucho, no sabes todo lo que hice hoy –

- Solo pregunté si estabas cansada, no me importa lo que hiciste hoy –

Ella se levantó preocupada, caminó acariciándose el cabello, se acercó arrodillándose frente a él

- ¿Estás enojado, molesto? ¿Te hice algo Gerard? –

- Lo siento… - Apretó los labios, quería llorar, necesitaba de Frank y desde que había empezado a oscurecer él se había empezado a desesperar porque no venía – No es tu culpa, no debería desquitarme contigo… - La miró directo a los ojos, fingiendo calma – En la mañana fuiste muy dura, no deberías hablar así de Frank, respeta su memoria, si quieres odiar a alguien por lo que ha pasado entre nosotros, ódiame a mí, soy el único culpable –

Terminó de hablar y una enorme sonrisa se dibujó en sus labios, sintió el aroma de Frank muy cerca de él, su corazón saltó de alegría y no lo disimuló frente a ella

- Pero bueno, no hagamos drama Lin, duérmete, es tarde, yo me voy a sentar un rato al computador –

- No me digas que hacer – Protestó ella levantándose al tiempo con él, empuñando las manos en la cintura – Estás muy extraño hoy, quien debe dormir ya eres tu –

“Él no quiere dormir lenta, ¿No ves que quiere llevarme al estudio? Está convencido que va a tener su primera experiencia sexual fantasmal”

- Ja, ja, es muy posible –

- ¿Qué es muy posible? ¿¡De qué te ríes!? –

- Sí, es muy posible que yo deba dormir, entonces, vete a hacer algo y déjame dormir solo en la cama –

“Gerard, deja de hacer eso, ni acá, ni en el estudio o la cocina, en ningún rincón de esta casa voy a tener sexo contigo, mejor, si tienes muchas ganas, cálmatelas con ella”

- Eso lo veremos –

Lindsey sacudió la cabeza sin lograr entenderlo

- Voy a llamar a tu hermano, creo que estás perdiendo la cordura –

“Esa la perdió el día que se casó contigo”

- Ja,ja, ja, ja, No puedes ser tan… - Cortó la risa al ver el rostro enojado de su esposa, carraspeó su garganta y moduló el tono de su voz – Perdona, es que recuerdo chistes y me río solo… - La tomó de la mano, hablándole dulcemente – Discúlpame, quiero estar solo un rato, voy al estudio a revisar mi correo y ver una que otra página de porno –

- Bien, haz lo que quieras, igual voy a telefonear a tu hermano –

- Sí, sí, lo que sea – Respondió saliendo de la habitación

“Eres tan malo con ella como lo fuiste conmigo ¿No eres capaz de amar a nadie verdad?”

Se sentó en el mueble del computador, Gerard no le respondió, se limitó a encender el equipo

“Ni a ti mismo… tu no amas a nadie Gerard Way”

- Te amo a ti – Respondió observando la luz azul de la pantalla

“No, quieres poseerme que es diferente, quieres poseerla a ella, a tus amigos, tu familia y al universo entero, pero no sabes amar”

Gerard se estiró en el asiento, bostezando sin ganas, hablándole a Frank, pero mirando la pantalla

- Entonces, enséñame a amar -

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