sábado, 30 de junio de 2012

Esa sexy esencia; Capítulo: #9

Capítulo: #9

Frank se quedó en silencio, Gerard tampoco hablaba mucho, solo exclamaba algún fonema de vez en cuando si algo en la internet le causaba alguna reacción, empezó a escribir algunas frases sueltas en Word, Frank se inclinó para ver la pantalla, le intrigaba el hecho que Gerard escribía, leía lo escrito, hacía una mueca de desagrado y borraba, una y otra vez, lo mismo.

Se bajó del escritorio, parándose detrás de Gerard, apoyando los brazos en el espaldar de la silla, Way se estremeció al sentirle la respiración tan cerca de su oído, y cerró la ventana en que escribía

“No seas fastidioso, déjame leer”

- No es nada Frank, solo unas frases para una posible canción –

Frank sintió como si algo dentro de él se incinerara, suspiró dejando caer la cabeza sobre el hombro de Gerard

“Nunca más voy a poder hacerlo… cantar frente a una audiencia… nunca más podré tocar la guitarra… nunca más”

- ¿Y de quién es la culpa? –

“No quiero hablar de eso, me duele… mejor, déjame ver que escribías”

- Es algo estúpido, no es nada Frank –

“¿Cómo puede ser algo estúpido si lo escribes tu?”

Gerard abrió nuevamente la ventana, los ojos de Frank se pasearon por un par de frases escritas, Gerard las leyó de nuevo, resoplando molesto

- Esto es mierda – Acto seguido, las borró

“¡Gerard! Estaban bien”

- Bien está todo en el mundo. Pero, excelente, perfecto, sublime… tú entre otras pocas cosas, y no soporto solo hacer las cosas “bien” yo quiero excelencia –

Frank se desesperó un poco, agarrando la cabeza de Gerard con ambas manos, sacudiéndolo un poco

“¡Pero has hecho cosas excelentes antes! No seas tan duro contigo, tan solo ponte a escribir y verás que la genialidad brotará por si sola”

- De todos modos no importa, después le hablo a Toro para que me ayude – Retiró las manos del teclado elevándolas sobre su cabeza para rodear a Frank entre ellas - ¿Quieres ver algo en especial? Los fans han escrito mensajes muy lindos en la web desde que te suicidaste –

Lo abrazó también, apretándolo contra el asiento, sin levantar la cabeza, estaba cómodo en esa posición, sentía a Gerard extrañamente vulnerable y eso le gustaba

“No, no quiero leerlos, me harían mal, mejor después… Gerard, ¿por qué tienes que llamar a Ray para que te ayude? Te lo digo en serio, por ti solo eres genial, no necesitas de nadie más, y no entiendo porque borras todo lo que escribes, a mi me parece que alcanzas la excelencia”

- No es excelencia, es lo mismo de siempre… y si las borro es porque me harto de mí mismo, cada cosa que hago es un reflejo de lo que soy, y no me gusta… no me gusto, lo peor es que algunas veces siento como si el universo me mirara por una fracción de segundo y afirmara que todo está bien en mí, y no lo está, nunca lo ha estado, ¿sabes Frank? dicen que un obeso sin importar cuánto adelgace siempre será un obeso, es igual conmigo, un perdedor sin importar cuánto gane siempre será un perdedor –

Cerró los ojos, rozando la nariz en la mejilla de Gerard, le dio un par de rápidos besos y volvió a ver la pantalla

“Eres demasiado duro contigo, nunca me dijiste que pensabas eso de ti mismo”

- Es que antes vivías y me daba temor que pudieras usarlo contra mí –

Frank se retiró de él, regresando sobre el escritorio, levantando las piernas hasta poner los pies sobre las rodillas de Gerard

“¿Por qué haría algo así? Yo jamás usaría algo que te doliera en contra tuya”

Gerard sonrió tomando los pies de Frank entre sus manos, jugando con sus deditos, mirando como la tela de su pantalón se movía junto al movimiento de los pies de Frank

- Lo hiciste, lo hiciste muchas veces, es más Frankie, tengo la prueba escrita de ello – Sacó la nota suicida de Frank de su bolsillo trasero, desplegándola sobre los pies de Frank y comenzó a leer – “…a ver si ahora que estoy muerto tendrás detrás de ti a otro imbécil que te repita mil veces que no eres la basura que piensas… Pues te tengo noticias… Sí eres todo lo malo y mediocre que crees ser” – Sonrió más ampliamente, pero solo hizo para disimular las lágrimas que se asomaban en sus ojos - ¿Sí Frank? Estas palabras… ¿Soy todo lo malo y mediocre que creo ser? –


El fantasma sintió helarse cada molécula de su ser inmaterial, balbuceó sin poder formar una palabra coherente

- No, pero espera antes que construyas una respuesta que te haga quedar bien – Señaló una frase en el papel que leyó con énfasis – “PD: Gerard, tampoco eres bueno en la cama” – Esta vez la sonrisa se convirtió en una seca carcajada - ¿Cuántas veces te confesé que me sentía egoísta en el sexo, y que para compensarlo intentaba dar más y que por eso creía que quien se acostaba conmigo terminaba sin ganas de más porque era exagerado? Frankie, no vengas a decirme que jamás usarías mis temores más ocultos en contra mía, porque este papel es prueba suficiente que sí lo harías –

“Tenía rabia Gerard…”

- Lo sé, y por eso siempre te oculté muchas cosas, porque te conozco bien, y cuando sientes rabia no puedes controlarte, eres el ser más dulce para dar amor, y el más cruel para expeler odio, y yo soy demasiado sensible para soportar que quien más amo me diga en la cara lo peor que pienso de mí –

Frank movió los pies sobre el regazo de Gerard, jugueteando sobre él, apretando el borde del escritorio en sus manos, se sintió en evidencia y tal vez por estar muerto no le importó

“Tienes razón, y no quiero justificarme, pero cada vez que tú me dañabas, yo sentía la urgencia de dañarte mucho más”

Retiró las manos de encima de los pies de Frank, dejándolas caer a los lados, relajándose en la silla para dejarlo mover sobre él los pies a voluntad

- Y en ese aspecto, tu yo somos diferentes, cuando te herí lo hice sin intención, en cambio tu lo premeditaste, siempre –

“Lo lamento”

Se bajó del escritorio, sentándose de frente sobre Gerard con las piernas a cada lado, rodeándole el cuello con los brazos, empujándose adelante para sentirlo muy cerca de él

“Lo lamento tanto Gerard”

Le habló pegado al rostro, tomándole los labios entre los suyos, sintiendo que comenzaba a hervir una vez Gerard lo abrazó con fuerza, apretándolo contra él, hundiendo la punta de los dedos en su espalda

- Yo también… lo lamento – Habló entre los besos de Frank – Lamento haberte herido, lamento… - Deslizó las manos por la espalda del fantasma, tomándolo suavemente de la cabeza para separarlo unos centímetros – Lamento no darme cuenta antes que mis acciones te estaban destruyendo – Cerró los ojos, apoyando la frente en el pecho de Frank, liberando lágrimas que se escurrían por entre sus parpados cerrados y se deslizaban sobre la piel invisible del fantasma – Y lamento tanto que estés muerto, y te odio… - Bajó las manos aferrándolo de los brazos, enterrándole las uñas, respiró profundamente con la intención que el oxigeno le cortara el dolor que empezaba a sentir, levantó el rostro con los ojos bien abiertos y sin importarle nada, gritó - ¡Te odio por haberme dejado, te odio por no haberme advertido, y sobre todo, te odio Frank por no haber luchado por mi! – Su respiración se entrecortó por el sentimiento que lo embargaba, bajó la mirada sin soltar a Frank, y susurró con espasmos de llanto en su voz – Y odio tanto no poder verte, no poder perderme en la dulzura de tus hermosos ojos, odio no poder deslumbrarme con la desnudez de tu piel tatuada... odio el solo pensar que todo es mi culpa, es mi culpa que no estés… es mi maldita culpa –

“Basta…”

Alcanzó a suplicar en un susurro, levantándole el rostro, llevándolo hasta sus labios para cubrirlo de besos, sin respirar, sin hablar más, tan solo sentía que debía llenar esa pálida piel de sus besos, y sin notarlo aun, Frank estaba sintiendo algo que hace años sintió, la desesperante necesidad de proteger y abrigar con su cuerpo y su alma a ese hombre que se desmoronaba emocionalmente entre sus brazos.

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