sábado, 9 de junio de 2012

A little more touch me; Capítulo: #5

Capítulo: #5

Una vez mas me encontraba trabajando, esta vez, en casa, solo. Mi abuelo y mi padre fueron sastres toda su vida, y así heredé mi profesión. Admito que me cansa trabajar de esto, pero lo disfruto.
Terminé el ultimo traje y me recosté en mi cama mientras miraba la pintura blanca del techo. Pensé en Gerard, que gran giro le había dado a mi vida, inolvidablemente incomprensible. Miré indiferente el cielo por la ventana, estaba lloviendo. Con esfuerzo me levanté y caminé hacia el balcón, vi las gotas pegadas resbalando en el vidrio trasparente muy lentamente, apoyé mi cabeza contra la ventana y suspiré.
-Demonios...-dije suavemente-
Una vez mas, extrañaba a aquel extraño que me encerró en un baño publico en un salón de fiesta cambiando mi vida para siempre.
“Solo tienes sexo con él Frank...” pensé seriamente.
Hacía cuanto mis ojos no derramaban lágrimas? Jamás lo sabré, pero en ese momento, quería llorar como lo estaba haciendo el cielo.
El teléfono sonó y me desperté bruscamente de mi entresueño.
-Hola?-contesté sin ánimos-
-Hola bombón-me contestaron de la misma manera-
-Te extraño-fue lo primero que pude decir-
-Yo mas-
-Donde estas?, quiero verte-supliqué-
-En mi casa...-
Colgué el teléfono, lo apoyé en la mesa de luz y salí de mi casa. Hacía frío y lo único que llevaba puesto era una camisa porque no me había tomado la molestia de agarrar un abrigo. A las dos cuadras, mi cuerpo estaba completamente mojado y tenía demasiado frío. Por fin llegué, toqué la puerta, no sabía si estaba solo o con alguien, solo quería verlo. 


Abrió la puerta, lo miré, apenas podía mantener los ojos abiertos por el agua. Me miró tiernamente y se corrió un poco para dejarme pasar. Cuando cerró la puerta, todo era silencio, solo se escuchaba el ruido de la lluvia. Miré unos segundos a mi alrededor, amaba la casa de Gerard. 


-Estas...?-dije-
-Si-sonrió él-
Tardé dos segundos en reaccionar, cuando finalmente lo hice: lo empujé contra mi y lo besé desesperadamente. Lo extrañaba, extrañaba su esencia. Él respondió de la misma manera, ambos nos despeinamos mutuamente tratando de acercarnos más. Nos alejamos un poco para respirar, observé tu ropa divertido, mi cuerpo había dejado marcas oscuras sobre ella; sus manos dulcemente limpiaron las gotas en mi rostro acariciándome hasta caer en mi boca. Mordí sus dedos tiernamente sin dejar de mirarnos, ambos suspiramos. 


Como si hubiera un cambio brusco de escena y en ese pequeño segundo nos abalanzamos uno sobre el otro como si hubiéramos pasado años sin vernos. No hubo palabras. Te saqué la remera rápidamente, y mientras me besabas intenté despegar la tela mojada de mi camisa, todo mientras nos encaminábamos a un extremo del lugar, a aquella cama para 5 personas que Gerard tenía. 


Caímos al piso antes de llegar. Tarros de pintura se derramaron por el suelo y sobre nuestras pieles. Reímos sin dejar el contacto de nuestros cuerpos. Un poco mas, Gerard bebía del agua sobre mi piel y mis dedos llenaban su rostro y brazos de pintura roja y negra. Pude notar en toda aquella trayectoria, porque los amantes hacen este tipo de cosas, descubrí, que no importa cuanto lo acariciara o él a mi, no podíamos llegar a saciar ese sentimiento en el pecho que nos consumía, por eso pedíamos mas y mas, por eso nos extrañábamos desesperadamente. 


Pasos mas, café y alcohol sobre nuestros cabellos, estábamos cegados en el espacio y no importaba si llegábamos o no al colchón, caíamos, caíamos por pasión. 


Nos tiramos sobre las suaves sabanas que también manchamos. El sonido de la lluvia me daba escalofríos al sentir el contacto con Gerard. Me subí sobre él, lamí su cuello lentamente saboreando el wisky que había caído sobre él, sus hombros. Volví a su boca, nuestras lenguas amagaron un instante e hizo que nos diéramos vuelta situándose él sobre mi. Sentí sus dulces labios bajar por mi torso desnudo, llegó a mi cintura, de apoco iba absorbiendo el agua de mis caderas haciéndome temblar. Jadié un mínimo mientras mis manos se extendían a tocar tu cuello. Me encontré con sus ojos una vez mas, no nos habíamos mirado desde que llegué, aquellos verdes me hicieron olvidar todo, mi persona, mi vida, mi mundo. Me besó otra vez mientras estiraba su mano hacia la mesa de luz, tomó su cámara y se sentó sobre mi. A partir de ese momento comencé a ver el flash por todos lados. Las fotos iban cayendo a nuestro alrededor, entre nuestros besos y caricias. 


Dejó la cámara en el suelo. Nos miramos, él estaba lleno de pintura, con el cabello revuelto y los jeans desabrochados. Se veía hermoso para mis ojos, su respiración volvía a la normalidad mientras me miraba. Estiré mis manos hacia su cuello y tomándolo de él lo atraje lentamente hacia mi. Juntamos nuestras frentes y volvimos al ritmo natural de nuestra respiración de apoco. 


Se bajó de encima mío y se recostó a mi lado. Ambos estábamos inclinados hacia el centro de la cama, rodeados de fotografías. Nos miramos por un buen rato. Ese día no iba a haber sexo, no esa vez. 


Sin siquiera pensarlo tomé una de sus manos e hice que me abrazara con ella, lo acerqué a mi lo mas que pude y allí se quedó, a dos centímetros de mis ojos, pegado a mi cuerpo. Un gesto mínimo realizó al estrecharme con su brazo. Le sonreí. Que nos estaba sucediendo?. 


-Frank...-lo escuché susurrar mientras juntaba nuestras narices y cerraba los ojos- 


Emití un pequeño sonido y lo bese, lo besé dulcemente, despacio. Mis labios ardían, durante aquella larga hora lo único que había hecho era besar a Gerard. Acaricié con una de mis manos su rostro y sus cabellos mientras sentía sus manos adentrarse por detrás de mi pantalón. Unos minutos mas así, y lloré. Pequeñas lágrimas soltaron mis ojos entre sus besos, no lo pude evitar. Él sintió las lágrimas en sus mejillas y se alejó de mi. 


-Frank..?-preguntó suavemente-
No contesté, tragué saliva y cerré los ojos.
-Que sucede Frank?-vivió a preguntar del mismo modo, pero con un tono de preocupación- 


Tampoco contesté, lo aferré mas a mi. Pronto, sentí su lengua deslizarse sobre mis mejillas, absorbiendo mis lágrimas. Respiré por la boca y acurruqué la cabeza junto a la suya. No dijo una palabra mas, y yo tampoco. 


Y no sabía que decir, no sabía como actuar, no tenia idea de lo que me estaba sucediendo, pero me sentía bien allí entre sus brazos, con el sonido de la lluvia sobre nosotros.

1 comentario: